18- Mensaje

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— Buen día. — saludó Eimi con una sonrisa.

Todo el mundo volteó a ver a la chica de cabello rosado. Parecía una nueva y radiante persona. Todas las personas que se encontraban ahí intentaron disimular su asombro, pero no lo consiguieron.

5 meses habían pasado en que la chica no se pasaba por las oficinas. Su cabello estaba casi a la mitad de su espalda y su traje de héroe era completamente blanco y con un pronunciado escote. "Traje nuevo, chica nueva" era lo que decían las Hayashi al hacer un cambio en ellas.

La de hebras rosadas camino hasta la oficina de Endeavor donde entró si tocar, ahí estaba Reí con los niños quienes caminaban de un lado a otro haciendo desastres. Suspiró al ver que cuando se escondió del mundo se perdió los primeros pasos de sus ahijados.

Enji y Rei parecían estar en medio de una discusión pero eso no era que a ella le interesara.

— ¡Volví! — dijo con una sonrisa atrayendo la atención de los presentes. Los bebés caminaron a ella de manera torpe para de ese modo abrazarla. Correspondió al abrazo de Touya y Fuyumi que habían crecido bastante.

— ¡Linda! Me alegro que estes bien. — dijo la albina acercándose a Eimi para abrazarla, pero la mano de Eimi se interpuso evitando el contacto.

— Gracias, no me toques. — dijo con una sonrisa y vio el rostro desconcertado de Rei.

Su tiempo aislada la llevó a pensar muchas cosas y aunque aún no están totalmente segura de lo que Airi decía de que Rei era una perra si sentía una energía rara salir de ella mujer cundo ella estaba cerca de Enji.

— Bienvenida de regreso. — informó Enji, con algo de Alegría en la voz por verla frente a él de Nuevo, tan radiante como siempre.

— ¡Gracias! - hizo una reverencia y salió del lugar.

Eimi camino a su oficina tranquilamente, al entrar vio todo Perfecto como lo dejó y limpio. Sonrió al ver que Enji lo había limpiado el mismo, ella sabía eso pues el no dejaría que más nadie tocara lo que le pertenecía a ella.

Durante los meses que estuvo en su hogar el le hablaba para saber de ella al menos una vez a la semana.

El patrullaje ese día fue normal, uno que otro saltante menor y ya, sin contratiempos mayores y con la menor interacción con Enji que podía haber.

Al terminar el día Eimi estaba en el estacionamiento esperando a Enji que ese día la llevaría a su hogar, cuando a su teléfono llegó un mensaje que le congeló el corazón.

Toshinori: Tomare un vuelo, necesito hablar contigo.

Eimi: Está bien.

Reí está preparando cena para todos. Quiere que invite a Airi y a las Yukimura.

Eimi asintió y subió al auto en silencio. Esperando una respuesta de Toshinori que no llegó durante todo el camino.

— Me alegro que hayan podido venir. - dijo Reí colocando el último platillo en la mesa. Airi y Shiori rieron.

— No me lo perdería por nada. — Dijo aquella de enormes ojos negros.

Enji giró los ojos mientras su esposa servía la deliciosa comida que había preparado.

—¿Como has estado estos meses? — preguntó la albina, todos detuvieron lo que hacían para de ese modo miras a la de ojos rojos.

— ¿Destruida? Estuve meses en casa sin ver el sol. ¿Cómo demonios pregunta eso? — preguntó con molestia en la voz.

— Lo siento... Pero ya saliste, supongo que estás mejor.

— Fantástica mi querida Reí. ¿Como vas con tu matrimonio? ¿Tu esposo ya duerme contigo o sigue soñando conmigo?

Rei miró a Eimi que comía tranquilamente. La Hayashi menor se insultaba mentalmente por hacer eso, pero no podía evitarlo cuando se sentía amenazada atacaba.

— ¡Que Rico! — murmuró Airi y Shiori sintió mientras que Saori solo comía lista para cualquier cosa que pudiese surgir.

— ¿De que hablas?

— La comida está deliciosa, cada vez mejoras más.

Esta vez quien no pudo contener la risa fue Shiori.

— ¡Eimi!

— ¿Me dejas comer? Ya qué me invítaste a tu hogar Para hacerme sentir miserable déjame disfrutar la comida.

— Jamás haría algo como eso.

— ¿Entonces cual fue el punto de tu pregunta?

Rei no respondió pero todos los presentes notaron como los palillos de la chica estaban cubiertos de hielo, Airi sonrió al ver aquello mientras que Enji se quedó extrañado pues jamás había visto a su esposa perder el control de esa manera.

— Lo que más me gusta de todo esto es como Enji esta como idiota. No escoge un lado.

— ¿Puedes dejar de hablar como si no estuviésemos aquí?

La cena siguió con más comentarios tajantes por parte de todos los presentes, más que una cena de amigos parecía una especie de guerra donde cada quien tenía un lado diferente.

Eimi salió de ahí al quedar satisfecha y revisó su teléfono al llegar a casa. Suspiró al no tener ninguna respuesta.

Soltó una maldicion y después escuchó su teléfono.

La llamada que esperaba.

— Hola.

— ¿Puedo ir a tu apartamento?

— Claro.

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Ardiente Veneno- Enji Todoroki / EndeavorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora