Advertencia: lemon
Se amaron tan intensamente que se rompieron...
Se separaron y caminaron en sentidos opuestos, olvidando que el mundo es redondo.
Portada hecha por @miss-horrible
Enji veía a las dos Hayashi entrenar y tenía un deja vú en su interior, antes de que el desatara la tormenta todos solían entrenar juntos, sus peleas no habían cambiado en absolutamente nada, las hermanas Hayashi al igual que las Yukimura se amaban y darían la vida por la otra sin pensarlo, pero en un entrenamiento parecían enemigos a muerte.
Solo paraban cuando una no podía continuar más.
Enji cerró los ojos. Recordando el pasado que los hacía felices a todos.
Airi y Eimi peleaban cuerpo a cuerpo. Eimi atacaba y Airi simplemente esquivaba frustrando más a la menor. Se podía notar ya que se frotaba el rostro más de lo necesario.
— ¡Joder, Airi! Deja que te golpee - gritó haciendo reír a la mencionada.
— Tienes que pensar tus movimientos. - gritó Enji viendo a la chica acostada en el suelo.
Eimi lanzó un golpe que Airi detuvo con su mano, la tomó de la muñeca y levantó en el aire para hacerla caer, un quejido salió de los labios de la Chica.
— Hermana, de esa forma tu nunca entrarás a Yuuei. Y si logras entrar serás expulsada. ¿Verdad Enji?
— Tu hermana tiene razón. Aún no estás al nivel.
Esas palabras enfurecieron a la chica, giró en el suelo haciendo caer a su hermana mayor y con un movimiento rápido colocándose sobre ella. Airi empezó a reir.
— Estas ahí porque te dejo estarlo.
Cuando Airi se cansó de burlarse de su hermana se fue dejándola a solas con Enji, Eimi seguía golpeando el árbol, aumentando la dureza de sus golpes.
— Detente. - exigió el muchacho de cabello rojizo al ver los lastimados nudillos de su novia.
— Tengo que ser mejor. - dijo en un jadeo, el dolor de sus manos y piernas era casi insoportable.
Enji se colocó frente a ella haciéndola desistir a duras penas. Le pidió el botiquín a su madre y regreso al patio a curar a Eimi entre quejas y peleas. A pesar de que era una Hayashi, Eimi salía bien parada de los problemas y no se hacía más que una cortadura, por lo general el herido era el o Airi y la chica frente a él solía curarlos.
Enji no tenía ninguna experiencia y hasta para mojar el algodón con un poco de alcohol tuvo que seguir indicaciones.
— Eres un asco curando personas - se burlo ella. Enji se molestó haciendo que un antifaz de fuego se colocara en su cara.
— ¡No te lastimes! Eres una mujer muy molesta.
— ¡Aww! Enji se preocupa por mi, que lindo eres amor. - Ella se acercó a besarlo y por reflejo apagó su rostro, sabía que ella podía soportar unas cuantas quemaduras pero el no quería lastimarla. Al alejarse de sus labios Eimi lo miró con una sonrisa burlona.
— No quiero que te pase nada. - murmuró mientras la chica lo abrazaba.
— Cuando ambos seamos héroes seremos un gran dúo. Contigo a mi lado nunca va a pasarme nada.
Pensar en el pasado le revolvía el estómago. Pero tener a Eimi cerca prácticamente lo obligaba a recordar todos los buenos momentos que vivió a su lado y a querer regresar el tiempo para poder arreglar las cosas.
El sonido de la puerta empezaba a molestarlo. Se colocó de pie para abrir y Justo al hacerlo alguien le saltó encima enredando sus piernas en la cadera de Enji, por inercia la sostuvo para que no se cayera y sintió que sus labios eran invadidos.
— ¡Me aceptaron amor! ¡Fui aceptada en Yuuei! - volvió a besarlo y ahora de manera más apasionada. La abrazo fuerte intentando no lastimarla.
— Hay que celebrarlo. - susurró Enji mientras camina con ella en brazos.
Sale de su mente cuando escucha un quejido, Airi está en el suelo ya que fue tumbada por Eimi, ya han pasado tres años y ahora Eimi puede hacerle frente a su hermana mayor, no la supera pero puede mantenerse a la par y hasta subir en algún momento en que Airi se confíe. En este tiempo han pasado muchísimas cosas y Enji sabe eso, Eimi ya no es la adolescente que lo ama con locura y eso le duele más de lo que debería. Su Eimi ya no es solo suya.
— Me gustan las estrellas. - murmuró ella.
— No tienen nada de especial.
— Si, si. Mira. Todas ellas están ahí brillando ¿lo ves? - interrumpe ella con su emoción de siempre, se sienta en el suelo abrazando la sabana para así cubrir su torso.
— Lo veo.
— No están cerca, cada una está años luz de distancia de la otra - la de cabello rosa hizo un ademán extraño con las manos. - y siguen brillando, yo creo que eso es fascinante.
— Todo luce así cuando lo explicas de esa manera.
De todas las cosas que Eimi solía explicarle a Enji la que siempre se quedó grabada en su cabeza fue esa de las estrellas, la chica era un desastre pero ver su emoción y dedicación al hablar de cosas que a ella le apasionan era algo que sin duda alguna lo apasionaba a él.
— Prometo que voy a amarte siempre. - susurró Enji en el cabello de la chica que dormí abrazada a él. - voy a cuidarte me cueste lo que me cueste y no dejare que nadie más que yo te toque, porque eres mía y yo soy tuyo. Te amo tanto Hayashi Eimi, te amo tanto que dudo que mi amor sea real... porque no es posible amar tanto a alguien.
Eimi se quedó estática, era la primera vez que oía a Enji hablar de esa manera tan profundo, el pensaba que ella ya estaba dormida ¿que tan seguido pasaba eso? Quizás cada noche que se escapaban para dormir juntos el susurraba su amor al oído de la chica.
— También te amare toda la vida. - dijo levantando el rostro y encontrando a un sonrojado Enji
El zarandeo lo regresó.
— ¡Viste, viste! - gritó Eimi con una sonrisa. - le gane a Airi por primera vez.
— Lo vi, felicidades - dijo con su molesto tono de siempre. Eimi le sonrió abiertamente y tomó su mano.
— Ven, lucha conmigo.
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Hola!
Este cap es con cosas del pasado ya que me parece que no he dado mucho a entender la relación.
Si no entendieron el que está en cursiva es parte del pasado y lo que en normal es el presente.
