Todo era demasiado rápido para ser real, también demasiado doloroso como para el aceptar que era real. Otra foto había llegado a su teléfono, Airi no dejaba de enviarle fotos de todo lo que ellas veían, la Hayashi menor estaba confirmando todo lo de su boda con Toshinori y era algo realmente doloroso para Enji.
La pequeña Koemi casi tenía un año y la boda sería una semana antes que el cumpleaños de la pequeña. Enji suspiro viendo aquellas rosas rojas. Por fin Eimi estaba teniendo todo aquello que alguna vez quiso y no era el quien se lo daba, no era el quien la hacía feliz y eso lo mataba por dentro.
Simplemente no podía con el gran pesar que sentía. No cumplió su promesa. Simplemente no tuvo el valor, con razón no era el número uno.
Miró por la ventana y suspiró. Pero el toque en la puerta lo saco de su ensoñación. No sonaba como el temeroso toque de sus empleados y las Hayashi jamás tocaban una puerta, era como si eso fuera a matarlas.
— Pase. — indicó y vio a la última persona que se habría imaginado. All might estaba frente a él con su habitual y molesta sonrisa. — ¿Que demonios haces aquí?
— Vine a entregarte esto. Sería muy agradable que nos honraras con tu presencia. — fueron las palabras del rubio al poner el sobre dorado en la mesa. Sabía muy bien lo que era eso solo por el color. El ya sabía de memoria cómo sería esa boda. Mientras tanto Toshinori no perdía su sonrisa.
— ¿Por que me das esto?
Esa pregunta provocó que la sonrisa de Toshinori se borrara por unos segundos, pero volvió a ser tan grande y brillante antes de contestar.
— Eres amigo de Eimi.
Al decir esas palabras Toshinori dio la espalda para salir de ahí lo más rápido posible, pero Enji no se contuvo y tuvo algo que decir.
— Sabes que fui algo más... que para mi ella es algo más. — aquellas palabras hicieron que el rubio detuviera su andar. Se giró para ver los ojos de Enji.
— Lo se. Yo lo sé todo... — hubo un silencio de unos segundos que para ambos se sintió como largas horas. — pero eso es el pasado. El pasado no me importa, solo me importa su futuro.
Enji sentía furia, las palabras del rubio hacía. Que quisiera incinerarlo. Sentía que le decía que el era una porquería.
— ¿Sabes todo? — recalcó, Enji estaba consciente que sabía lo de la infidelidad, pero quizás era una yaga aún abierta que podía presionar. El rubio asintió.
— No importa. Yo amo a Eimi, por eso puedo entender que tú la ames también... Todos cometen errores, solo que no todo el mundo perdona los errores. Yo perdone los de ella pero ella no perdono los tuyos... nadie podría en verdad.
— ¿Cual es tu problema? — cuestionó el usuario de fuego haciendo que su barba se encendiera.
— De verdad quiero que vayas a la boda. Harías feliz a Eimi... se sentiría como en los viejos tiempos.
Eso sorprendió a Enji, sabía que Toshinori no iría a su oficina a pedirle una cosa así, el sabía bien lo que había pasado con el y su prometida durante su adolescencia y también lo que había pasado delante de sus narices, pero daba igual, el estaba ahí frente a él casi rogándole que asistiera a la boda solo porque sabía que al final eso la haría feliz a ella.
Enji suspiró antes de hablar.
— No iré... — Toshinori Abrió los ojos sorprendido. — yo no tengo el valor para verla mientras te jura amor eterno, no soy tan fuerte como ella, no soy tan hombre como tú.
— Lo entiendo, respeto tu decisión. También hay que ser valiente para admitir cuando no se es.
Cada segundo Enji odiaba más a Toshinori, lo tenía ahí cara a cara y aún sabiendo todo lo anterior no tenía ni un gramo de malicia en su voz o su mirada. Le daba asco la pureza de ese hombre.
— Gracias.
— Gracias a ti por tu tiempo. — contestó el rubio y justo en el momento que se giró para irse Enji empezó a hablar.
— Por favor, cuida a Eimi y nunca seas tan idiota como yo.
— Claro.
— Nunca olvides que le gusta el café súper dulce y a una temperatura que pueda tomarlo de un trago... escúchala cuando sea critica de una película y siempre está pendiente de los pequeños cambios en su rímel, se siente bien con cosas pequeñas.
Toshinori sabía todo eso y más, mucho más. Pero no le diría eso a Enji en un momento tan doloroso para el. Era claro que estaba aceptando que perdió a Eimi para siempre.
Que esta vez no había marcha a atrás.
— Prometo siempre cuidarla.
Enji asintió. Ahí. Cara a Cara con su enemigo y haciendo una especie de pacto que solo ellos entenderían.
N/a
Esto está por llegar a su fin.
En otras noticias se acerca el día para saber si mi criaturita es un nene o una nena. Estoy emocionada. Síganme en Instagram y twitter para que no se lo pierdan.
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Ardiente Veneno- Enji Todoroki / Endeavor
Fiksi PenggemarAdvertencia: lemon Se amaron tan intensamente que se rompieron... Se separaron y caminaron en sentidos opuestos, olvidando que el mundo es redondo. Portada hecha por @miss-horrible