Cuando Allan salió de consulta parecía abatido, tenia los ojos rojos e hinchados y llevaba un pañuelo de papel destrozado en la mano.
–Mañana quieres que sea a la misma hora? –Preguntó Luke dejando que me acercara.
–Supongo –Contestó Allan encogiendo los hombros.
Dejó que apoyara mi mano en uno de sus hombros y podía notar perfectamente como temblaba de ansiedad.
–Entonces mañana a la misma hora, si llegas antes no pasa nada –Se despidió sonriendo con calma antes de volver a entrar en su consulta.
–Como estas? –Pregunté preocupado por su estado.
–No lo sé –Contestó tratando de respirar con toda la calma posible–, es extraño. Creía que aliviado en una pequeña parte, pero al mismo tiempo... la ansiedad... me pregunto sin obligarme a responder, pero... no se... no conseguía expresarme de ninguna manera y él trató de entenderme entre todas las estupideces que decía...
–Respira un segundo –Traté de calmarlo cortando lo que decía al ver que solo le estaba creando más ansiedad.
Repitiendo lo que hacía yo tomó aire hasta que consiguió empezar a recuperar el color de la cara.
–Dijo que tenía que poner de mi parte y forzarme a mí mismo sin obligarme a nada si no me veía capaz, y que no debía avergonzarme de tratar de recibir tratamiento ahora, que mucha gente aún no es capaz –Consiguió hablar con coherencia al calmarse mucho más– y, sobre todo, que no tuviera prisas... tenemos tiempo y si no es hoy será mañana.
–Y tiene mucha razón –Contesté frotándole los brazos–, poco a poco conseguirás todo lo que quieras, y si no eres capaz te ayudaré.
Me sonrió aún algo alterado, pero fue él quien inició el paso para ir a alguna parte.
–Quieres desayunar, verdad? –Preguntó tratando de que no se notara ya su ansiedad.
Pero sabía que sería incapaz de probar bocado por mucho que lo intentara.
Aún así fuimos a la cocina y, como dijo Mar, un cocinero muy amable no le importo calentar una taza de leche para mi al ver que Allan se negaba en rotundo a todo.
–Por aquí es muy raro que nieve, si estáis acostumbrados al frío aquí vais a pasar calor –Comentó el cocinero hablando conmigo muy animado–, eso si, que llueva no es tan raro.
Antes de que pudiera contestarle Allan agarro mi mano tembloroso y dudoso y se puso de cuclillas abrazándose a sí mismo como un niño pequeño.
–Eh! Estás bien? Te duele algo? –Me apresuré a preguntar agachándome a su lado cogiendo su mano con fuerza.
–Me duele la cicatriz –Murmuró temblando de dolor y apoyándose en mí al ser incapaz de mantener el equilibrio–. No es nada...
–Que ocurre? –Preguntó el cocinero acercándose a nosotros asustado.
–Podemos ir a la enfermería –Intenté convencerlo dispuesto a cargarlo.
Pero Allan se negó completamente en rotundo, solo quería volver a la habitación y no cedió a querer ver a nadie.
Cargando con mi taza de leche con cacao y dejando que Allan me usara de apoyo regresamos a mi habitación y él se hizo una bolita en la cama intentando no quejarse pero notándose muy dolido.
–Déjame ir a por una enfermera o algo, no estás bien –Insistí incapaz de ver cómo seguía sufriendo.
–Estoy bien... siempre estoy bien... –Siguió negándose rotundo
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Llegada (Yaoi/BL)
FantasyTras una dura guerra contra Los Angeles Blancos llena de pérdidas y sangre Allan tendrá que seguir hacia delante y ser capaz de adaptarse a las nuevas decisiones y compañeros, sobre todo a los compañeros. (En la historia "Datos random" subo, literal...