Llegada (Yaoi/BL)

Cap. 29

Los médicos solo pedían sitio y más sitio ignorando completamente a la niña que tenía en brazos llorando histérica suplicando volver con Allan.

No me podía dar una crisis de ansiedad ahora... no frente a una niña y con el estado de Allan.

Viendo que nadie me lo impedía huí al jardín intentando recuperar el aire y solo centrarme en la niña, ahora solo tenía que pensar en ella.

–Disgustaras mucho a Allan si sigues llorando –Comenté caminando tembloroso pero firme.

–No quiero que se muera! –Sollozó a mi oído pataleando para librarse de mi agarre.

–No se va a morir! –Contesté parando de golpe y apoyando a la niña en el suelo pero agarrándola por los brazos casi consiguiendo de golpe que dejará de llorar por la impresión –. Nadie se va a morir hoy! Está enfermo! Muy enfermo! Como tú! Pero eso no hace que se vaya a morir! O acaso tú te vas a morir ahora!?

–Ese día iba a morir! –Me gritó contagiada por mi tono.

–Si! Estuvo al borde de la muerte y lo viste agonizando en una cama de hospital! Pero sobrevivió! Siempre lo hace! –Insistí sabiendo que estaba pagando en esa niña mis propios nervios.

Si algo le pasara a Allan ahora está niña no tendría ni idea de lo que realmente es el dolor.

–Siempre? –Murmuró deteniendo sus gritos y llantos y pataletas.

–Siempre... él no se va a ir tan fácilmente, te lo prometo, así que por favor... dame un respiro...

Completamente congelada aceptó mis palabras en silencio y no me impidió ser ahora yo el que lloraba histérico en silencio.

Por qué tenía que ocurrir esto? Allan no podía terminar en ese hospital igual que Dumi... no podía morir... si ahora mismo me dejaba ya no sería capaz de volver a llevar algo solo... no de nuevo...

Si volvía a quedarme solo perdería la cabeza.
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–Está bien... lo hemos conseguido estabilizar de alguna forma –Explicó Luke sin atender a la niña que se acurrucaba al lado de un Allan inconsistente que necesitaba de una mascarilla de oxígeno para respirar–. Creemos que ha venido por la ansiedad, aún no se encontraba bien y escuchar a la niña hablar de ese momento tal vez hizo imposible para él mantenerse tranquilo, pero realmente hemos encontrado una mejor medicación, incluso es menos agresiva, en cuanto consigamos darle el alta tendré que pedir que la siga tomando para ir reduciendo las dosis y ver si su cuerpo consigue estabilizarse solo. Que tal te encuentras?

–Mal... –Respondí apoyando la espalda en la pared aún sintiendo la presión en el pecho del pánico.

–Se recuperará, solo fue un susto –Intentó calmarme apoyando su mano en mi hombro.

–Con él todo son sustos... empiezo a vivir con miedo de que un día el susto no tenga solución –Reproché quitando su mano de mi hombro.

–Y vas a huir? –Preguntó pillándome por sorpresas.

Pero en su mirada se podía ver perfectamente que no iba a coña su pregunta.

–No, a donde se supone que huiría? El miedo vive aquí –Contesté señalándome la cabeza.

Por muy lejos que estuviera de él el pánico de que pudiera ocurrirle algo no me dejaría vivir tranquilo.

–Entonces solo queda esperar a que se recupere y seguir ayudándole, estábamos haciendo muchos avances, ni siquiera considero esto un retroceso, es parte del proceso de superación –Explicó intentando decirlo con las palabras adecuadas para mi.