CAP 4

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La estilista continúa cortando y acomodando mi cabello en contra de mi voluntad, solamente sé que son órdenes de la amable señora que me trajo hasta aquí. Este lugar es divertido, me gusta mucho

Sé que va a ser mi nuevo hogar,  y que el chico con el que voy a vivir está extremadamente disgustado con eso. Existe una sola cama, y eso que llama habitación no tiene paredes o una puerta

Vivimos en un loft, todo está aquí abajo, es decir, la cocina, el baño y una pequeña sala. Y unas pequeñas gradas nos llevan a la que se supone es la habitación

Ruggero parece estar muy disgustado, y más cuando su abuela me pidió que por favor la acompañara a comprarme un vestido y a llamar a su estilista de confianza. Tendré que asistir a una cena con la familia de ese pesado chico

No entiendo nada, por qué estoy aquí, durante cuanto tiempo será ni nada por el estilo. Ellos no han querido darme explicaciones

C: Los veo en media hora en casa -anunció mientras Ruggero la ayudaba a levantarse-

K: ¿Podría decirle a esta chica que deje de cortarme el cabello? Lo quiero tan largo commo estaba antes

R: Bueno... eso lo hubieses dicho antes de que te cortaran casi cuarenta centímetros de cabello

K: ¡No puede ser posible!

Me levanté de golpe sintiendo un nudo formarse en mi garganta mientras miraba mi cabello en el suelo, lo tenía muchísimo más abajo de la cintura. Y ahora.... ¡Ahora por suerte me llegaba más abajo de los hombros!

C: Tranquila, cariño. Te ves bien

K: Quiero mi cabello de vuelta

R: Si quieres podemos guardar esa gran trenza para donarlo -asentí no muy conforme-

Donar mi cabello no era una decisión que tomé porque quise, sino porque hicieron que me corten el cabello sin siquiera preguntarme. Odiaba a todo el mundo

R: Planchado se te va a ver al menos tres centímetros más largo

K: Que gran consuelo -casi grité irritada-

C: Van a peinarte y maquillarte para que después te cambies. Tienen que llegar a tiempo

Ruggero lanzó un largo suspiro antes de llevarsela lejos de mí, supe que el tema no me incumbía cuando comenzaron a hablar en italiano. Por lo que simplemente me senté a dejar que terminen con la desgracia que comenzaron

Pasó aproximadamente una hora en la que soporté todo ese maquillaje que me pusieron para hacerme ver pasable para esta cena. Las desventajas de no ser agraciada fisicamente, supongo

R: Ven, tienes que cambiarte -murmuró tirando de mi mano-

K: No iré a ningún lado hasta que te disculpes por lo que hicieron con mi cabello 

R: Eres una niña inmadura

K: Y tú un imbécil amargado. ¡Debieron dejarme en México!

R: ¡¿Para que sigas viviendo en la miseria?!

Yo era feliz en esa miseria, y ahora simplemente me espera un infierno de vida. Jamás debí salir de México

Presiento que lo que se viene no es nada bueno....

A regañadientes me vestí negándome rotundamente a usar tacones, ya de por sí estaba haciendo el ridículo, no quería seguir con esto. Extrañaba demasiado México

Jugar con los niños del barrio, salir muy temprano a trabajar junto a mi prima y volver en la tarde luego de haber visitado la institución en la que muchas personas construyen su futuro. Mi vida en mi país era perfectamente imperfecta

Pero era feliz y eso me importaba, papá pronto iría por mí, eso me daba fuerzas para cualquier día lleno de tristezas. Ahora tengo que esperarlo aquí, en este país que no conozco

En un hogar en el que no soy bienvenida, en dónde nadie me quiere o querrá, soy algo así como la oveja negra de esta familia a la que apenas estoy llegando. Si Ruggero me odia, el resto de su familia lo hará

Tenía miedo de lo que ellos puedan llegar a hacer conmigo, estoy completamente sola. Nadie aquí podría ayudarme, estaba tan sola que a gritos silenciosos pedía...

Ven por mí, papá. 

¿Cómo mirarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora