Mis manos tiemblan y mi corazón acelerado evita que las palabras puedan salir de mi boca, creo que hice mal, muy mal. No debí haber aceptado el trato que acaba de revolucionar mi vida
Desde que salimos del hospital no he hecho más que pasármela encerrada en la habitación utilizando la excusa de que mi pie aun duele al caminar. Cuando la realidad es que prefiero evitar un encuentro con Ruggero
Él está muy consiente de cuál fue la decisión que Cande y yo tomamos, y por cierto se encuentra muy feliz desde que se enteró. Pero es que aún no han podido hablar con los padres de él o de ella, y por lo tanto, tengo miedo
C: Cariño, te he traído el desayuno –corrí a sentarme en la cama antes de que la puerta pueda abrirse-
K: Gracias, abuela. No debiste molestarte, yo ya planeaba bajar a desayunar con todos ustedes
C: Pues bueno, eso no es posible ahora. Ruggero está hablando con su padre, quizá Antonella no quiera aceptar lo que está pasando entre tú y el terco de su hijo, pero estoy segura de que mi hijo, va a ponerse de tu lado
K: Y los padres de Candelaria, ¿Ya saben lo que está pasando?
C: Aún no, ellos siguen en Argentina, y solamente vendrán para el supuesto día del matrimonio. Y bueno, ya sabes que esos temas no son para tratarse a través de una pantallaAsentí lanzando un suspiro de preocupación antes de tomar el cereal en manos, toda esta preocupación no me provocaba nada más que hambre. Estaba volviéndome loca con todo esto
No sé qué vaya a ser de nosotros luego de que Ruggero les cuente la verdad, pueda que el señor Bruno no lo acepte nunca. Y ese trato que hice con Candelaria se irá por la basura
Desayune en silencio, los gritos podían escucharse a lo lejos y mis ojos volvían a llenarse de lágrimas al imaginar que quizá no me aceptaron para su hijo. Problemas y más problemas son lo que nos espera de aquí en adelante
Me apresuré a darme una ducha y a vestirme con un sencillo vestido que encontré en el armario, até mi cabello en una coleta y finalmente salí corriendo. Porque sí, ya podía usar mi pie hace mucho, pero no quería enfrentarme a Ruggero, por eso fingí seguir lesionada
El yeso me lo retiraron hace mucho, dolió y las terapias para recuperar toda la movilidad duelen mucho más, pero las cosas iban bien con todas mis lesiones. El problema aquí es que los padres de Ruggero no me aceptan ni de broma
A: Karol, espera –ordenó cuando me vio pasar con la bandeja en mano hacia la cocina- tenemos que hablar contigo
B: Ruggero, déjanos a solas con ella
R: Papá, yo...
B: No te pedí que hablaras, solamente vete y déjanos a solas con tu novia¿Novia? ¿Desde cuando soy novia de este? Yo que sepa nunca me lo pidió o me aseguró que somos algo. Yo me anduve escondiendo durante todos estos días
En fin, Ruggero solo articuló un "lo siento" y se puso de pie desapareciendo del comedor en cuestión de segundos. Yo en cambio dejé la bandeja sobre la mesa mirando mis manos asustada
B: Ruggero ya me habló del absurdo plan de vida que tiene, y quiero preguntarte a ti si estás de acuerdo con toda esta locura. Dime la verdad, pequeña. Si Ruggero te está obligando a algo dímelo para poder poner un alto a todo esto
K: Ruggero no me ha obligado a nada –me apresuré a decir- es todo lo contrario, su hijo ha sido muy bueno y delicado conmigo. Y no quiero que piensen que soy una aprovechada ni nada por el estilo, yo si quise hacerme un lado cuando me enteré de que Ruggero y Candelaria esperan un hijo, pero fue ella mismo quien me pidió que no renunciara a él, dice que pueden cuidar juntos de ese bebé, pero separados a la vez. Candelaria cree que ellos pueden ser los mejores padres del mundo a pesar de no estar juntos como pareja, y yo le creo
A: Sabemos que Candelaria renunció como mujer a Ruggero, y respetamos esa decisión, pero queremos que tú, Karol. Pienses bien en las cosas, porque estás atándote a una responsabilidad muy grande, ¿Estas consciente de ello?
B: Cuando aceptaste estar junto a Ruggero, estás aceptando también a ese niño, estás aceptando ser una segunda madre para él o ella
K: Eso suena muy extraño –murmuré incómoda-Ambos rieron haciéndome sentir mucho más incómoda aún con toda esta situación. Y es que no sé a dónde nos va a llevar todo esto
A: Piensa en que tal vez el amor que tú y mis hijo sea eterno –sonreí ante la idea- y si algún día ustedes dos llegan a casarse, pasarías a ser la madrastra de este niño
K: Tampoco lleguemos tan lejos, es decir, apenas tengo diecisiete, la semana que entra cumplo los dieciocho, y Ruggero va para los...
A: Veinticuatro
K: Eso, los veinticuatro. Somos muy jóvenes aún, y no sabemos lo que queremos, tengo eso muy claro, yo amo mucho a su hijo, pero si las cosas no llegan a funcionar, tendremos que simplemente separarnos. Supónganse y Ruggero se enamora de alguien más, yo no podría hacer nada contra ello, pero lo que en verdad no me gustaría, es que le de muchas, madrastras al niño, eso se vería muy feo. Y... lo siento, me desvié del temaMe callé al sentir los brazos de Ruggero rodearme y sus labios depositar un beso en mi mejilla, supe que todo iba bien cuando sus padres sonrieron mirándose entre sí. Ok, supongo que me voy calmando
R: Ya entendimos, ustedes la aceptan, aceptan nuestro plan de vida y así. Ahora, es mejor que organicemos la fiesta de cumpleaños de esta hermosura –besó mis labios-
K: ¿Qué haces?
R: Marcando un nuevo comienzo para los dos, princesa
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¿Cómo mirarte?
RomanceAmar es sólo un sentimiento más que no está incluido en mi vida. Pero... ¿Y si te pido que apuestes en mí?