EXTRA

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Es agradable tener momentos tan llenos de felicidad y momentos únicos en familia. Aunque Adara no es mi hija, aprendí a quererla como si lo fuera

Lleva dos años viviendo con nosotros y debo admitir que son los mejores de mi vida. Ella y mis otros dos pequeños han complementado mi felicidad junto a mi esposo

Jeremías tiene ya cinco añitos y es el niño más precioso que ví, y por supuesto, el más parecido a su padre o como él lo llama, su mejor amigo. Luego está Aileen, mi niña de dos añitos

Sus ojos son como los de su padre, sus cabello tan lacio, largo y castaño como el mío. Ella es en definitiva una perfecta combinación de ambos

Adara y Jeremías la cuidan como un tesoro, no dejan que nadie se acerque a ella y siempre están queriendo llevarla a todos lados. Dicen que la princesa de la casa se merece ser tratada como tal

Ruggero está muy orgulloso de ellos, sabe que a pesar de todo sus hijos aprendieron a quererse. Y yo, bueno yo estoy orgullosa de él por ser un excelente padre y esposo

En este momento me encuentro sentada en la cama con Aileen entre mis piernas mientras Adara me pasa las pequeñas ligas para poder peinarla. Ruggero y Jeremías en cambio siguen intentando dormir abrazandose el uno al otro

Se que mi esposo no pudo dormir en toda la noche por lo que el abogado nos dijo, está intentando encontrar la mejor manera de asimilarlo. Y de decírselo a su hija mayor, para ella no será nada fácil

Ada: Quedaste preciosa, hermanita -besó la mejilla de mi pequeña haciendome sonreír-
K: Tu turno, princesa. Ve por tus cosas
Ada: Si, mamá

Cuando ella salió corriendo limpié una lágrima que rodó por mi mejilla mientras ponía a Aileen al lado de su hermano. Me va a doler tener que dejar ir a Adara

Con el tiempo aprendí a quererla como si se tratase de mi propia hija, incluso acepté que me llamara mamá sin saber que cometía un error. Ahora que ella tiene que irse no sé que vaya a pasar

K: Amor, tienes que decirle -susurré acariciando el cabello de mi esposo- hazlo antes de que ella se encuentre con su madre
R: No quiero, no puedo romperle el corazón a mi pequeña
K: Ella va a entenderlo, mi amor. Tenemos que hablar con ella

Volvió a negar abrazando con fuerza a Jeremías quien ya se encontraba totalmente dormido. Sabía que esto era difícil, pero teníamos que hacerlo

Adara en algún momento va a descubrir la verdad, o en el peor de los casos, Candelaria vendrá por ella. Y nosotros, como sus padres, o bueno, Ruggero como su padre, tiene que decirle la verdad

Ahora que su verdadera madre se encuentra completamente sana recuperó sus derechos y va a llevarse a Adara con ella. Nosotros no podemos hacer nada más que aceptar la orden del juez, según él es lo mejor para el bienestar de la niña

Ada: Ya, mami. Quiero una trenza francesa muy bonita -asentí sentandola en mis piernas-
R: Preciosa, ¿Sabes a dónde iremos hoy?
Ada: Si, papi. A mis clases de ballet y después a las de violín
R: No, amor. Hoy voy a llevarte a otro lugar, solamente iremos tú y yo
Ada: ¿Tú no puedes ir, mami?
K: Hermosa, tú entiendes lo que es el mundo de los mayores, ¿Verdad?
Ada: Si, mami. ¿Pero por qué no vas tú?

Miré a Ruggero pidiéndole que se haga cargo de esta situación consiguiendo un suspiro de frustración de su parte. Se que esto está matandolo por dentro, se trata de su hija

Mi esposo solamente acertó a pronunciar un “Cuando terminen de peinarte voy a contarte todo” antes de ponerse de pie y desaparecer de nuestra vista. Me tomé todo el tiempo del mundo peinandola sabiendo que sería la última vez

¿Cómo mirarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora