"Prefiero entrenar dragones que enfrentarme a mi novia." -Hiccup.

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Hiccup se levantó pesadamente y, después de desayunar con sus amigos, Sandman, el profesor de encantamientos y cabeza de Hufflepuff, lo guió a unas tiendas de campaña armadas en el patio del castillo. Allí se encontraban Elsa y Eugene, los otros dos competidores, el hombre enviado por el ministerio de magia para asegurarse de que todo saliera bien, y Sam Chispas. Hiccup entró con algo de timidez y saludó a las personas a su alrededor, luego, el hombre que descubrió que se llamaba Gobber, los llamó cerca de él.

Sostenía en su mano un saco con algo en movimiento. Les pidió a los competidores que introdujeran la mano y sacaran una sola cosa de lo que había ahí.

Elsa fue la primera en introducir su mano en el saco. Hizo un gesto de dolor y el interior de la bolsa emitió varios sonidos extraños. Finalmente, la bella bruja sacó su mano con la miniatura de un dragón descansando en su palma.

Era un dragón hermoso, de escamas azules con amarillo y una cola puntiaguda y afilada.

—¡Un Nadder Mortífero! — exclamó Gobber, y Elsa le dedicó una mirada nerviosa a Maléfica, la directora de Beauxbatons.

La directora y la estudiante caminaron aparte dejando solos a Eugene e Hipo. El siguiente en escoger su dragón fue el desventurado Eugene. Introdujo su mano, haciéndose el fuerte y sacó un dragón completamente prendido en llamas.

Aulló de dolor y lo tiró al piso. El pequeño reptil huyó por debajo de la tienda y Eugene se quedó atónito, intercalando miradas entre su mano lastimada y Gobber.

—Un mero Pesadilla Monstruosa— dijo, casi excusándose, — tienen la mala costumbre de encenderse a sí mismos en llamas.

Como Hiccup ya sabía lo que había en el saco, introdujo su mano sin temor y sacó un pequeño Furia Nocturna que se acurrucó en su mano, como si supiera que estaba en casa. El Hufflepuff le sonrió al pequeño animal y Gobber excusó a los tres competidores para prepararse, cada uno de ellos en una sección especial de la carpa.

Hiccup estaba jugueteando con la pequeña criatura de su mano cuando alguien le tocó el hombro y él se volvió a ver quién era. Se encontró con los azules ojos de Astrid, y le dedicó una sonrisa honesta.

La chica lo besó, pero Hipo se retiró casi por instinto. Esto confirmó las sospechas que Astrid había tenido y comenzó a hablar.

—Creo que sabes que no me gusta hablar con rodeos— empezó Astrid, mientras Hiccup asentía aún algo confundido, —y yo creo que algo anda mal entre los dos.

—¿Sabes? Si realmente nos quisiéramos, podríamos resolverlo. — respondió Hiccup, en un tono más hiriente del que le habría gustado.

—Es que... No eres la persona que creí que eras.

—Eres diferente cuando estás conmigo que con los demás.

Astrid asintió, conteniendo las ganas de sonreír— ¡Exacto! Nos hemos estado observando desde lejos y nunca nos conocimos bien. Debimos darnos más tiempo.

—O podrías sólo actuar como tú misma cuando estás conmigo, eso resolvería todo. — respondió el castaño, sin darse cuenta que eso enfureció a la rubia increíblemente.

—¿YO? ¡¿Así que crees que yo soy el problema?

El Hufflepuff trastabilló hacia atrás, casi cayendo al suelo por culpa de su prótesis, e intentó remendar su error.

—Es que, cuando estás con otros, eres directa y honesta, pero parece que no confías lo suficiente en mí. Me gustabas más cuando decías lo que pensabas.

Los Hijos Del Firmamento - ROTBTD Hogwarts AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora