Eugene y Rapunzel juntos eran sinónimo de aventura. Desde aquella tarde en la biblioteca, Eugene ayudó a Punzie a descifrar otros hechizos del libro, y una que otra vez se colaban a la concina para robar manzanas. Eugene consiguió que unas niñas de primer año trenzaran el enorme cabello de Rapunzel, a un punto en que ya nadie tropezaba con éste. Incluso trabaron amistad con una reservada chica de Beauxbatons, llamada Casandra, quien se unió a su diversión con el tiempo.
Una mañana, tras un sueño intranquilo, Rapunzel despertó con la irrefutable necesidad de buscar las reliquias perdidas. Sabía que Hiccup y Merida habían encontrado las suyas respectivamente, pero eran tan terribles escondiéndolo que le pareció demasiado gracioso como para confrontarlos al respecto, así que, con ayuda de Eugene, trazaron un mapa del bosque perdido y el trío se internó sin miedo hacia su búsqueda audaz.
Tardaron un rato en llegar a las ruinas, y después de analizar los vitrales con sus respectivas placas, Rapunzel Corona caminó frente al imponente vitral de Ruiponce Krone, su ascendente. Ambas rubias se miraron la una a la otra. La blanca mano de vidrio señaló a la columna de piedra bajo ella. Punzie, aguantando la respiración, estiró su manita pecosa para alcanzar su muy esperada reliquia y la tomó.
Los tres jóvenes miraron la reliquia con emociones mixtas. Rapunzel se sentía solemne, Eugene intentaba aguantar las ganas de reír, y Casandra se sentía engañada. Los tres examinaron el objeto a la luz del sol de mediodía. Un gran panel redondo con una agarradera, todo de una sola pieza de peltre. Querían pensar otra cosa, pero el objeto en cuestión era absolutamente un sartén. Sí, antiquísimo y cargado de magia, pero un sartén.
—No sé por qué esperaba otra cosa— espetó Casandra con voz gélida.
—Tal vez no sea un sartén. — quiso decir Eugene, —Puede que en realidad sea algo más, encantado para parecer un sartén.
Rapunzel caminó entre ellos hacia la salida del casi destruido edificio, cabizbaja. Su cabello ya no dejaba rastro, y lo único por lo que sus amigos podían localizarla eran las pequeñas huellas que dejaban sus descalzos pies.
La chica pelinegra alzó su mano y la posó sobre el hombro de Punzie, caminando tan sólo un paso detrás de ella.
—No te decepciones...— comenzó a decir.
—Es que yo...— dijo Rapunzel, levantando el viejo sartén con orgullo, —¡Lo adoro!
La dulce chica de Ravenclaw comenzó a correr por el bosque, izando su mágico sartén por aquí y por allá. No tenía idea de lo que estaba haciendo, pero realmente parecía divertirse. Parecía tener el mejor día de su vida hasta que la reliquia golpeó un objeto intruso. Al volverse a verlo, se encontraron con una afilada roca, oscura como la noche misma que parecía reaccionar a la sartén. Cuando éstas dos colindaban, una cegadora luz los deslumbraba y otra roca comenzaba a crecer, igual de filosa, igual de amenazante.
—No quiero ser la aguafiestas, pero debemos irnos— Dijo Casandra, atrapando el brazo de Rapunzel en una de sus manos. —Ya.
Los tres corrieron por el bosque hasta llegar a la ya familiar explanada del castillo. La fachada, antes sombría, parecía un lugar salido de un adorable cuento de hadas en comparación con las ruinas y las oscuras piedras.
—Oh, Cass— jadeó Eugene, — tú siempre eres la aguafiestas.
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Nota de autor: Un capítulo especialmente corto porque se avecina uno especialmente largo. Cassandra pertenece a la serie de Enredados, al igual que Heather pertenece a la serie Race to the edge (de la franquicia de Cómo entrenar a tu dragón). No es necesario ver ninguna de las series para entender la historia de este fanfic, pero las recomiendo ampliamente pues la trama de éstas estará ligada con la trama de esta historia. Gracias por leer :)
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Los Hijos Del Firmamento - ROTBTD Hogwarts AU
FanfictionHiccup es un joven mago nacido de padres muggles. Desde su primer día en Hogwarts, se ha vuelto inseparable de sus tres mejores amigos; Jack, Rapunzel y Merida. Su vida parece bastante sencilla, pero cambia radicalmente cuando se ve envuelto en una...