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El dolor de cabeza era palpitante

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El dolor de cabeza era palpitante. Uraraka cerró los ojos nuevamente mientras se removía en la cama, sintiendo sus cabellos castaños picar sus hombros. Se movió hacia atrás y se topó con algo... o más bien, alguien

Abrió los ojos demasiado sorprendida, soltó un pequeño chillido y se giró para encontrarse un chico al lado de ella, durmiendo en silencio y con el rostro más amable que le había visto en toda la vida. 

No podía ser. 

Katsuki Bakugo estaba durmiendo al lado de ella. 

Y ambos, estaban desnudos. 

—Me tienes que estar jodiendo

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—Me tienes que estar jodiendo. —Rezongó el rubio masajeando sus sienes y contando hasta el cien para no explotar en ese preciso momento. 

  — No, aunque me gustaría decir que sí, que realmente fue una broma. —dijo ella totalmente avergonzada, cubriendo su figura con la tela de la sábana. 

— Mi madre me va a matar... No recuerdo nada de lo que sucedió anoche. 

— N-No, supongo que no es necesario que nuestros padres... ni nadie lo sepa. —Dijo haciendo enfasis en el "nadie lo sepa" Solo hagamos que nada de esto sucedió, y estaremos salvando nuestros traseros. 

— ¿Crees que sea tan fácil? ¿Si quiera usamos condón? Mierda, como soy tan jodidamente irresponsable. 

— Sí, yo creo que sí. Solo... nos acostamos, Katsuki. Pero ya, ambos tuvimos la culpa. 

  — Sí, solo es eso. . . Bien. . . me iré a duchar, cara redonda. La puta madre, odio no recordar mierdas. 

— Está bien, ve . . .  —susurró mirando al chico caminar hacia la ducha del departamento de la castaña. 

Ella se quedó mirando el televisor por un rato más, viendo como la presentadora del clima indicaba que sería un día lluvioso, los rastros de la fiesta anterior por el cumpleaños de Ochako estaban ahí, tan presentes como nunca. Katsuki salió vestido del baño y se despidió de su compañera la cual no tuvo ni una sola idea de cómo reaccionar. 

Un mes más tarde

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Un mes más tarde. 

Ochako y Katsuki no habían cruzado ni una sola palabra respecto a lo que había sucedido. Si bien era cierto de que a Uraraka le gustaba bastante Bakugo y que ese sentimiento estaba presente desde poco después de una misión que habían tenido en conjunto, pero ella jamás podría admitirlo en voz alta. Y la razón principal de eso es que ella necesitaba paz mental para lograr su misión de héroe, que jamás debía entorpecer su vida con un romance. 

Además, Bakugo no la aceptaría. 

En este momento ella estaba platicando con su mejor amigo, Izuku. 

— Ocha-chan, estaba pensando que podríamos ir a un parque este fin de semana, junto a Todoroki-kun.

— Si tanto te gusta Shoto-kun creo que deberías invitarlo a salir pero no conmigo como primera violinista. Si quieres puedes invitar a Tsuyu-chan y a Iida-kun y así podría acompañarlos. Y si me compran un helado. 

—¡No me gusta! ya cállate, no me molestes, estamos llegando tarde a clases. Vamos, Ochako-san.

Ambos entraron antes de que las clases comenzaran. En cuanto Aizawa comenzó a hablar, Ochako se apoyó contra su mano y vio como el profesor seguía explicando algunas posturas de defensa de manera teórica. Mina le ofreció una galleta la cual ella tomó, totalmente agradecida, la mordió, masticó y tragó. Pero fue una pésima elección, porque ni bien hizo contacto con su lengua, Ochako aguantó las ganas de vomitar, se levantó haciendo ruido y corrió al baño fuera del salón. 

  — Ve a buscar a tu compañera, Ashido. —dijo Aizawa sobando sus sienes. 

  — Si profesor.  —la mencionada se levantó de inmediato, trotando fuera del salón. 

Abrazada al escusado, Uraraka había vomitado dos veces. Mina preocupada entró al baño de todas maneras, abriendo la puerta y acariciando la espalda de su amiga. 

— Ochako, mira, ha pasado un mes desde que todos supimos que estuviste con alguien, no es normal que vomites así por comerte una galleta... quiero que te hagas una prueba de embarazo.

  — Ni lo creas, Se que me asustarás, Mina. Quizás solo estoy enferma... —dijo al momento de vomitar otra vez. 

  —Uraraka, no saldrás de este baño, hasta que te hagas una maldita prueba.  

  

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S.O.S, ¡Bebé en camino! | KacchakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora