—Papá, mamá, les presento a Ochako, mi novia... y esta embarazada.
El rostro de Mitsuki y Masaru era un verdadero poema. Ochako se quedó mirando atónita al menor de la familia Bakugo, ¿aquello era normal? ¡no entendía la mente de Bakugo! ¡Hacía no menos de una semana le había negado todo!
—Bueno, ¿es que acaso no se van a alegrar por la puta noticia?
Mitsuki respiró hondo, y se levantó. Con las manos en el rostro y la izquierda en el puente de la nariz, el día más atroz en la vida de Ochako comenzó.
—¿Alegrarme dices?
—¡Joder pero claro! Es mi hijo.
—¿¡Tu eres idiota o que!? —, el grito de la rubia mujer se hizo presente. —¡No quiero recordarte que le jodiste la vida a esta niña! ¿¡no pudiste buscarte algo mejor!?
—¡Vieja bruja! Quizás ella no te agrade pero es mi nov...
—¡Cállate que a ti no te hablo! ¡Ochako-san! Hay tantos hombres en el mundo, ¿¡y te fijas en este asno!? ¡es un idiota!
—¡oye!
—¡Mira, te he aguantado tus insolencias! ¿¡pero esto!? ¿Qué mierda planeas hacer con un bebé? ¡esa niña tendrá que cargar la responsabilidad de tus pendejadas!
—¡Te recuerdo que ese bebé se hizo de dos!
—¡sí, pero tú eres un asno irresponsable! —Atacó la mayor.
—¡Siempre es todo mi maldita culpa! —Contraatacó el rubio, enfurecido.
Ochako se sintió responsable de aquella discusión tan acalorada; por su culpa estaban peleando, ¿no era así? enjugó sus lágrimas con el pañuelo que llevaba en la mano, y la discusión se detuvo; la castaña había empezado a llorar. Mitsuki bajó la mano y se acercó con rapidez a Ochako y limpió sus lágrimas con las manos.
El tacto de las manos de Mitsuki era muchísimo más suave que su propia piel y confortó en gran medida a la castaña; cerró sus ojos y lloró otro rato.
—No pienses que estamos enojados contigo por esto, querida. —Le dijo Mitsuki mientras secaba sus lágrimas y ella asentía.
—Sólo que es un poco... precipitado. —completó Masaru mientras le entregaba un chawan de té verde, que estaba decorado con flores rosas por encima.— sabemos que no será algo fácil pero... tendrás todo nuestro apoyo, ¿sí? sabemos que es complicado...
—Yo solo... yo... —intentó gesticular Uraraka. Se sentía débil llorando ante esas personas, pero el tacto de Mitsuki le recordaba en cierta parte a sus propios padres.
—Uraraka... ¿necesitas algo? —preguntó Bakugo algo preocupado.
—No, estoy bien. Lamento causarles inconvenientes. Y gracias por la ayuda que me están dando los tres. —murmuró la castaña inclinándose en una reverencia corta.
—No, no debes disculparte ni agradecer; es lo que hacemos, además, eres parte de la familia, ¿no?
La sonrisa de Uraraka apareció por fin en su rostro y asintió con cuidado.
—¿Deseas comer algo? teníamos la cena lista, estábamos esperando que llegara Katsuki.
—S-sí, estaría muy bien, gracias.
—Bien, ve a sentarte y estará listo en diez minutos.
—¡no, no! prefiero ayudarla.
Así Ochako desapareció tras la puerta que daba a la cocina junto a Mitsuki. Ambas empezaron a parlotear de cosas triviales. Masaru por su parte estaba mirando de manera seria a su hijo, el cual sólo atinó a no mirar a su padre.
—Hijo...
—Sé que la cagué, papá. —cortó el rubio antes que él empezara.
—Sólo espero que te hagas responsable; esa muchacha se ve como alguien buena, no le hagas daño, ¿sí? eres demasiado brusco para todo, me recuerdas demasiado a tu madre.
—Viejo... ¿Qué hicieron cuando yo nací?
—Tengo que admitir que eras un bebé tranquilo, pero con tu madre no podíamos dormir de lo nerviosos que nos encontrábamos. Mitsuki tenía veintidós cuando tu naciste, y yo tenía veintiséis, es bastante distinto a lo que tú y Ochako-san están pasando. Ella tiene diecisiete, y tú tienes dieciocho nada más. Pero me sorprende gratamente que estés tomando la responsabilidad.
—Tsk...es que no la podía dejar ahí sola...
—Presiento que hiciste algo que la hizo enojar, tu rostro te delata.
—Le dije que ese bebé podía ser de cualquiera cuando yo sabía que no era así.
Masaru se mostró demasiado sorprendido y sólo negó con la cabeza.
—No tienes remedio. ¿te disculpaste con ella?
—...no
—Ay, hijo...
—¡la cena está servida!
Ambos fueron a sentarse; Katsuki se sentó al lado de Ochako y empezaron a cenar tras agradecer.
—Ochako-san, ¿tus padres saben de esto?
—N-no, no saben, además vivo sola, no he tenido la oportunidad de conversarlo y además... —la mirada de Ochako se perdió en la comida, Mitsuki entendió de inmediato.
—Ya veo... son complicados. Pero Ochako-san, no deberías vivir sola con el embarazo, puede suceder cualquier cosa. Además, ¿planeas seguir asistiendo a clases? ¿Cómo lo harás con el embarazo?
—Aún no he visto nada de eso, sinceramente. Pero creo que podré salir adelante.
Mitsuki y Masaru compartieron mirada, mientras que Bakugo estaba terminando de comer. Se apoyó levemente en Uraraka, la cual se sonrojó un poco pero le permitió aquello.
Pasaron alrededor de dos horas hablando de distintas cosas entre el matrimonio Bakugo y la próxima pareja de padres.
—Ochako-san.
—¿dígame, Mitsuki-san?
—está decidido, te vendrás a vivir con nosotros.
BUENAS, Memorí por varias razónes, la principal es que mi laptop se murió. otra, es que trabajo mucho, y tuve problemas personales bien jodidos.
AGRADEZCO CON TODO EL CORAZÓN, que comenten, de verdad me dan ganas de volver bbs <3 si les gustó, podrían apoyarme votando y comentando la novela, me harían muy feliz.
No los retraso más, quiero irme a dormir rjtkdgf. Buenas noches, descansen
Besitos y PLUS-ULTRA.
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S.O.S, ¡Bebé en camino! | Kacchako
FanfictionUna galleta ha arruinado la mañana de Ochako; aunque en verdad, fue una combinación de alcohol y fiesta. Ahora tiene que afrontar un embarazo en su último año de escuela y para peor; ¡con Katsuki Bakugo! A ella le gustaba el pero compartir un hijo y...