S.O.S, ¡Bebé en camino! | Kacchako

II

Ochako miro a Mina sin creer lo que le pedía.

—¿Me estás pidiendo qué?

—Que te hagas una simple prueba de embarazo. Vamos, Ocha, todos sabemos que estuviste con alguien pero nadie sabe quién es ese alguien.

El color había vuelto a las mejillas de la muchacha. Suspiró desganada, no era como que el hacerse pruebas de embarazo resultará... satisfactorio. Además, ¡jamás se había hecho una! estaba muy asustada. 

—No estoy embarazada. —declaró la chica.

— Solo haz la prueba, Ochako. Estaré aquí para ti. 

Accedió finalmente de mala ganas. Mina había sido más rápida de lo que esperaba y ya le había conseguido dos pruebas de embarazo. 

—Haz una primero, luego haces la otra, a veces fallan. —le extendió ambas pruebas. 

—¿Cómo tú sabes eso? 

—Yo estoy haciendo las preguntas, mujer. Además, una vez sí tuve que utilizar una, hace un año. 

Volvió a suspirar mientras se encerraba en el cubículo del baño. Realizó la primera prueba con algo de temor. Finalmente, cuando salió del baño le extendió la prueba a Mina. 

—¿Y? ¿Qué es? 

—No lo sé, tengo miedo, ¿podrías ver tú? 

La chica de piel rosa la miró con algo de diversión. Tomó la prueba, y pronto esa mirada de diversión se esfumó. Ochako juraba que la muchacha ahora estaba de un rosa pastel. 

—Oh dios... Es positivo. Yo... no sé si decir lo siento o felicidades. 

No faltaron palabras para que se volviera a encerrar en el baño, con el terror en las entrañas, y con la mirada perdida. ¿Un hijo? ¿Un hijo con Katsuki Bakugo?  Volvió a vomitar ahora de los nervios que tenía. 

No, no, no. Era una puñetera broma del destino, eso quería creer ella. 

Soltó un suave suspiro mientras volvía a hacer la prueba de embarazo, siguiendo al pie de la letra las instrucciones. Esta prueba era de otra marca, indicaba cuantas semanas tenía. 

Espero con la ansiedad comiéndole las entrañas esos tres minutos. Tomo aire, un par de veces, cuando vio ahí ambas " I I " en la prueba, además de un pequeño "4" al lado. 

Oh Dios. Santo Dios. 

—Estoy embarazada. —anunció Ochako, mientras salía del baño, tan pálida como una hoja de papel. 

—Ay, Ochako. . . Lo lamento tanto. —Susurró su amiga, mientras le daba un pequeño abrazo.—¿Quién es el padre? 

—Lo lamento, Mina. . . Aún no puedo decirte. Pero te prometo que te diré quién es el padre en cuanto converse con él. 

—Yo no puedo ser padre. —Declaró el rubio de manera tajante. 

—Pero lo serás. Eso sale en la prueba de embarazo. 

—Quizás ni si quiera es mío. 

Ochako se quedó mirando al muchacho como si no creyera la estupidez que acababa de decirle. Se había puesto roja de la furia. 

—¿Perdón? 

—Ya escuchaste, cara redonda, ese bebé quizás ni si quiera es mío. Puede ser del imbécil de Deku, o del nerd de mierda, ¿Qué se yo? 

—¿Me crees una cualquiera? —preguntó completamente ofendida. 

—Te metiste conmigo en una noche con alcohol. Recuerda eso, Uraraka. 

—Oh, claro, porque mi primera vez con un imbécil cuenta para toda mi vida con que soy una zorra, ¿verdad? —rezongó rodando los ojos. 

—¿tú primera vez? —por primera vez, el tono del muchacho indicó que quizás se arrepentía de lo que había dicho.

La castaña intentó respirar y calmar su agitado corazón debido al enojo. Pronto le miró, se había decidido. 

—No te preocupes, Bakugo, no molestaré más. 

—¿Qué planeas hacer? 

—No tendré a este bebé. 

—¿Y qué vas a hacer, eh? ¿vas a abortarlo? ¿a darlo en adopción? —Atacó el rubio, frunciendo el ceño y mirándola. Debía admitir que sí estaba preocupado, porque ahora sí se sentía responsable.—Puedes hacer la mierda que quieras porque no es mi cuerpo y tampoco es mi decisión pero sí podemos intentar convers-

—¿Y qué te importa a ti? Total, no eres su padre, ¿verdad? —Contraatacó la castaña, mirándolo desafiante. 

La muchacha dio media vuelta, preguntándose qué mierda podría hacer en estos casos. Cuando estuvo lejos de la vista de Katsuki y escondida en un lugar donde no pudieran encontrarla, se soltó a llorar de la desesperación. 

Estaba perdida, sola y sin una guía. No podía hablar con sus padres porque sentía una vergüenza atroz y estaba segura que no la iban a apoyar en nada de lo que decidiera. 

—Dios . . . ¿Qué haré con este embarazo? —Preguntó al aire mientras limpiaba sus lágrimas. 

Quizás hablar con Izuku la relajara un poco... a si que tomó todas sus cosas y decidió ir a la casa de su mejor amigo. 

Me tardé más que la cresta en actualizar pero tuve muchos problemas que explicaré en el capitulo de mi otra novela [entre bebés y una boda] y sinceramente, volví gracias a sus comentarios, buenas vibras y cositas lindas que dejan en la novela que me subieron el ánimo. 

Estaré actualizando pronto, no se lo pierdan. Si les gustó, agradecería enormemente sus estrellitas, comentarios y agregada a favoritos. <3 

Besos y muchos abrazos 

PLUS-ULTRA.