XXVI

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La castaña soltó una risotada histérica

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La castaña soltó una risotada histérica. Tenía el rostro caliente,  bastante rojo y con una mueca feliz. Bakugo estaba a su lado, sosteniendo su cabeza, con una ligera parte del rostro enrojecido.

—Te ves bonita así.

—Oh, Katsu, silencio, no sabes lo que hablas.

El resto de los alumnos estaba mirándolos. Ni uno estaba en sus cinco sentidos, todos tenían el rostro enrojecido por el alcohol, la palabra "fiesta" estampada en su frente. Ochako agradecía tener al menos aquella noche libre. Porque sus tres pequeñas bestias estaban siendo un dolor en el trasero, como diría Katsuki. Si bien ella no se expresaría así de sus hijas jamás, a una de ellas estaba comenzando a salirle un diente (de hecho, la llevó corriendo al pediatra porque consideraba que los dientes salían mucho después en los niños) pero estaba bien. Muy mañosa y por consecuente despertaba a sus hermanas.

Todas las chicas de la ex clase A estaban reunidas cuando llamaron a Ochako. Celebraron cuando llegó la chica y se sentó.

—Llegó la mamacita. —gritó Jiro animada.

—¡Kyoka Jiro!

—Perdón amor, no fui yo, estoy borracha

Momo le miró feo, Jiro levantó los brazos y Ochako no pudo evitar soltar una carcajada de nuevo.

—Se me está pegando lo estúpida de Kaminari. 

Escucharon al fondo de la sala un "FONDO, FONDO, FONDO" y cuando voltearon era el grupo conformado por Bakugo, Kirishima, Denki, Shinso, Tetsutetsu, Sero y Monoma. El que estaba tomando con los pies hacia arriba, con una manguera hacía su boca, haciendo la posición invertida, era Denki.

—Se va a morir, kero

—Apostemos. — Animó Momo soltando una risita

—¿Cuánto a qué vomita? — Mina saco yenes de su cartera. 

—Tan imbécil no es. —lo excusó Jiro, preocupada.

—VHHOYAVOMITAR— Se alcanzó a escuchar y Ochako palmeó su frente con fuerza.

Al final, el chico no vómito pero estaba en uno de los peores viajes que le habían visto; no se podía sentar, no seguía correctamente objetos y su pupila estaba dilatada.

—¿Qué le diste? — Preguntó Ochako pasando su palma por el frente de su amigo.

—En la tarde cuando vimos que habíamos pasado el examen y todo eso, celebramos. Tuvimos sexo y además nos fumamos algo. Creo que le afectó mucho.

—¿Ustedes están juntos? —preguntaron a la vez Momo y Jiro, sorprendidas.

—jajaja si, hace como ocho meses. Ochako nos descubrió en la cocina y casi se cayó. Ahí fue cuando se echó al agua por nosotros.

S.O.S, ¡Bebé en camino! | KacchakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora