Adam Salt © [𝙵𝚒𝚗𝚊𝚕𝚒𝚣𝚊𝚍𝚊]

Capítulo IV:

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𝙻𝚊 𝚅𝚒𝚜𝚒𝚝𝚊

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En el vestíbulo de la casa; los padres de Alexa se despidieron de las chicas. Advirtiendo que no querían fiestas ni alcohol.

—Vendrán los gemelos y Sáhara—dijo Alexa con una gran sonrisa.

Fernando y Mary la vieron enternecidos, sabiendo que su hija era feliz con cosas tan insignificantes para la mayoría de los de su clase. Esa tan única y radiante personalidad no se había ido del todo.

—Claro, mi amor, los gemelos son bienvenidos en la casa y Sáhara es parte de la familia—le sonrió a su hija y acarició su mejilla y le plantó un gran y sonoro beso en la frente.

Alexa sólo disfrutó. Ángela observó la escena con celos. Sus padres no eran cariñosos con ella; simplemente le daban dinero y ya. Fernando abrazo una última vez a su hija. Mary de igual manera le dió un abrazo y un beso en la mejilla a su hija y sobrina. Ambos se dirigieron hacia el auto y se fueron calle abajo.

A las cinco en punto Adam llegó a casa de Alexa. Tocó el timbre y Ángela apareció en la puerta con unos shorts y una blusa de tirantes que le llegaba por arriba del ombligo. La sensual y radiante Angela lo saludó con un beso en la mejilla y Adam lo aceptó sin emoción alguna. Aquel día, él chico llevó puesto un pantalón entallado color azul y una camisa a cuadros de color rojo y negro. 

—Eres muy puntual Adam—comentó la chica—. Hoy estás muy guapo.

—¿Gracias? Ehhmm, ¿y Alexa?

—Arriba, ¿por qué?

—Necesito hablar con ella... No ha aceptado mi solicitud de amistad en Facebook.

Ángela rodo los ojos en protesta, y justo en ese momento Alexa bajaba las escaleras con un mameluco de unicornio haciendo puchero. Adam relamio su labio inferior y sonrió. 

—¿Adam? ¿Qué haces aquí? —masculló con sorpresa.

—Adam tenemos un proyecto— interrumpió Angela.

—Si, lo sé—dijo tajantemente.

El timbre sonó y Alexa fue abrir para dejar de hablar con Adam, quien vio como se iba. Al otro lado de la puerta sus amigos y amiga; lanzaron risas divertidas por el mameluco de colores que Alexa llevaba puesto.

—Awwww, pequeña bruja—dijo Luka y apretó las mejillas de la chica.

—Deja en paz a la niña—lo regaño Lucas y le dió un manotazo en la espalda a su gemelo. Abrazo a Alexa, Adam gruño en protesta— cariño, estás preciosa

—Pareces una señorita con complejo de niña pequeña —farbullo Sáhara.

—¡¡¡Alejate!!!—la profunda voz de Adam sonó en el vestíbulo.

Adam tenía los puños apretados y la mirada en llamas. Los celos lo invadieron, no pudo controlarse; se abalanzó sobre Lucas, deshizo con brusquedad el abrazo que los amigos hicieron y tiro a Lucas en el suelo. Le dio un puñetazo en la mejilla. Luka se abalanzó sobre Adam, le dio un golpe en el ojo izquierdo y el otro le devolvió el puño en la ceja. Ambos rodaron sobre el piso. Ángela y Sáhara estaban asustadas. Alexa estaba enojada, muy enojada.

—¡Luka, Adam! —grito Alexa, y jaló a Adam por la camisa, éste se dejó llevar por ella. Adam veía enfurecido a Luka, ambos chicos tenían la respiración entrecortada y sus pechos subían y bajaban.