Adam Salt © [𝙵𝚒𝚗𝚊𝚕𝚒𝚣𝚊𝚍𝚊]

Capítulo VII: (+18)

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𝙰𝚖𝚊𝚛𝚐𝚞𝚛𝚊

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Adam dejó de besarla. Recordando en una dulce tortura aquellas palabras que le cortaron la respiración cuando las escucho salir de la boca de Alexa. Tragó saliva. Adam sonrió y dijo con picardía:

—Necesito estar dentro de ti, cara bonita—dijo y Alexa solo asintió con la cabeza—. Quiero escucharlo de tus labios—ordenó Adam mientras froto la humedad de sus labios vaginales por encima de las bragas.

Alexa temblo con el roce de aquellos dedos diestros y cerró los ojos. Abrió un poco más las piernas para darle total libertad a Adam.  Soltó un gemido de satisfacción cuando él le acarició clítoris. El chico metio la mano por debajo de la ropa interior e introdujo un dedo.

—Adam—susurró con dificultad mientras le temblaban las piernas con cada roce. 

—Dime cariño —Adam enterró los dedos índice y medio dentro de su vagina, Alexa gimió fuerte en respuesta.

Adam inicio a meter y sacar los dedos en un vaivén lento y profundo, Alexa cerro los ojos. La chica sentía el cuerpo pesado y lleno de tensión. No podía hablar por el placer; lanzó gemidos leves al sentir los dedos dentro de ella. Con la mente nublada por la lujuria sólo disfrutó del roce que Adam le brindaba con los dedos. El chico dejó la tarea de masturbarla, Alexa gimió en protesta y abrió los ojos. Adam hizo que volviera a sentarse sobre su regazo. Alexa pudo sentir el grueso pene de Adam en su sexo, humedecio la longitud con sus jugos y tembló de deseó. Adam llevó las manos trás la espalda de Alexa y desabrochó el sostén; los senos botaron levemente al ser descubiertos, ahueco los pechos en ambas manos y apretó los pezones con los pulgares, metió una punta dentro de su boca y succiono. La respiración de Adam era entrecortada y rápida sobre el pecho de Alexa. Dejo de chupar sus senos y tomó su rostro entré las manos, la beso con pasión y le mordió los labios

—Dilo, joder sólo tienes que decir que lo deseas tanto como yo.

—Adam...—suspiro—... jodeme con fuerza, hazme delirar— el chico sonrió con pereza.

Adam hizo que Alexa se pusiera en pie y le bajo las bragas, la volvió a sentar a ahorcados sobre su regazo. Tomó la punta de su pene y froto el glande sobre el clítoris. Alexa gimió al sentir el glande rosado presionar sobre su vagina. El chico tomó un condón, se deshizo de la envoltura y deslizó el material sobre toda su longitud. Inicio a meter y sacar la punta, viendo la expresión de placer en el rostro de Alexa. De un embiste engulló  todo el miembro dentro de ella.

—Te sientes tan malditamente bien— dijo Adam y un gemido gutural salió de sus labios.

Alexa soltó un gemido de placer y dió leves saltos. Los sonidos de piel contra piel sonaron.

—Montame duro—ordenó en un gruñido—follame, toma todo lo que quieras de mi.

Alexa obedeció. Inició bombeando a un ritmo lento. Adam colocó sus enormes manos sobre el trasero de ella para ayudarla a ir más rápido. Estrujo y amasó las nalgas a su antojó

—Eso es, jodeme.

—Adam—se quejó con la respiración agitada y aceleró su cogida—dame duro— gimió.

De los labios de Adam salió un gemido. Subió las manos hasta la cintura de la chica, la agarro firmemente y la ayudo a subir y bajar, mientras movía las caderas en un vaivén. Al subir las caderas de Alexa, él las bajaba para encontrar una penetración más profunda. La habitación se sentía más calidad y tensa con cada embiste. Los cuerpos unidos se pegaban el uno al otro por el sudor. Adam alzó en brazos a Alexa, y ella enredó los brazos en el cuello de él. Seguían unidos en el abrazo de amantes más placentero y lujurioso.