Adam Salt © [𝙵𝚒𝚗𝚊𝚕𝚒𝚣𝚊𝚍𝚊]

Capítulo V:

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𝚄𝚗𝚊 𝙲𝚑𝚊𝚛𝚕𝚊 𝙲𝚘𝚗 𝙿𝚊𝚙𝚊́

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Angela entró al equipo de porristas; se encontraba practicando en la cancha de básquetbol, junto al equipo de la Universidad. Adam haría una prueba para entrar al equipo, así que; esperaba su turno sentado en las gradas. Las chicas tenían puestos unos shorts y camisetas ajustadas; dando saltos y piruetas en mitad de la cancha mientras el capitán del equipo les hacía la prueba a los chicos. 

—¡Hola Adam! —lo saludó la capitana del equipo de porristas.

—¿Hola? ¿Y tú eres? —preguntó desconcertado.

—Soy Clary Johnson, la capitana del equipo de porristas—tendió su mano hacía Adam y él la estrecho.

—Bueno, tú sabes quién soy—se encogió de hombros y sonrió de lado.

Angela echaba chispas por los ojos, ¿qué se creía Clary? ¿Creía que podría estar con él?

—Sí, lo sé, me preguntaba si... ¿Quieres ir a tomar algo conmigo después de clase?— le sonrió.

La guapa Clary enrosco un mechón de cabello negro en el dedo índice, en un intento de persuadir a Adam. Angela camino hasta donde estaban los chicos y se sentó a lado de Adam.

—¡¡Adam!! —enganchó su brazo con el de él— ¿cómo te está llendo en la prueba?

—Aún no la hago, cara de ángel— deshizo el enganche de ella y rodeó sus hombros, para acercarla más a él.

Clary sonrió falsamente. Ángela estaba demasiado cómoda así como para alejarse, le sonrió a Clary con superioridad. Ese sería el primer encuentro de muchos, entre Clary y Angela con la que iniciarían una sería rivalidad.

—Angela, querida, se supone que te deje entrenando—su timbre de voz sonó con ironía.

—¡Oh lo siento! pero la capitana está haciendo las cosas tan fácilmente—murmuró con sarcasmo y Adam sonrió.

—Adam, te necesitan en la dirección—dijo Alexa.

Nadie se había percatado de su presencia hasta que habló. La chica dió media vuelta y emprendió camino; Adam fue trás ella; dejando a Clary y a Angela discutiendo.

—Alexaaaaa—alargó la última a de su nombre.

—¿Qué quieres Salt? —preguntó. Dio media vuelta para verlo con una expresión aburrida.

—Un beso...

—Que te lo den tus amiguitas—le sonrió sin ganas y le dió la espalda nuevamente.

Adam sonrió, corrió para alcanzarla y la rodeó por atrás. No la dejó avanzar y la apretó aún más, sin lastimarla, dejando un pequeño beso en su mejilla.

—¿Qué haré contigo, pequeña?

—Ah no lo sé, amordazarme, violarme... Mmmh ¿que te parece? Si después me matas y me tirás a un río y de paso quemas el río— sonrió con ironía.

—No soy un psicópata—beso su cuello y Alexa se estremeció— pero, si quieres puedo entrar al mundo del BDSM por tí—susurró en su oído y esas palabras quedaron gravadas en su mente.

—Idiota—Adam sonrió.

Giró el cuerpo de Alexa y la beso con desesperación. Mordió sus labios y profundizó el beso; metió sus grandes manos por debajo de la blusa de ella y la apretó contra su cuerpo. Alexa lo tomó de las mejillas y le devolvió el beso con fervor, pero dentro de si le llegó el recuerdo del porque estaba ahí.