¡Basta de bromas!

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El elevador se cerró y entonces me quedé ahí, esperando el momento en el que se abrieran las puertas y volviera ver las caras de mis amigos soltando carcajadas y bromeando acerca de cómo me pude creer que aquello realmente iba a funcionar. Comenzaba a sentir pena incluso sin siquiera haberlos visto.

-       ¿Estás lista? – murmuró una voz desde fuera.

Suspiré. No podía creer que estuviera haciendo aquello, pero en fin, que más daba, al menos sería una anécdota más para apuntar en la ya larga lista que compartía con mi grupo de amigos.

-       ¡Sí! – alcé la voz sin entusiasmo alguno.

Entonces escuché el sonido de los botones de fuera al ser oprimidos y de un momento a otro el elevador en el que estaba metida comenzó a moverse. Demonios. Cerré los ojos. Tenía una especie de fobia a los ascensores, sobre todo si tenía que ir sola; la idea de quedarme atrapada en ellos era sencillamente aterradora para mí.

Volví a abrir los ojos cuando el ascensor dio un tirón, parecía como si por un instante se hubiera atascado, quise gritar pero me quedé muda al darme cuenta de que el interior era completamente diferente al de un principio.

Aquello tenía que ser una broma muy bien planeada. No podía haber otra explicación porque simplemente que ocurriera lo que aquel tipo raro había dicho era completamente estúpido, carecía de todo sentido y lo que había vivido en mis veintidós años me hacía asegurar que aquello no podía ser más que una broma… un sueño… o en el peor de los casos, me estaba volviendo loca y aquello no era más que una alucinación y en realidad me encontraba en el cuarto de algún psiquiátrico siendo sometida por mis fantasías.

No tenía idea de qué estaba pasando, pero de pronto el ascensor comenzó a avanzar nuevamente y comencé a escuchar aquellas melodías típicas de fondo. Por un momento creí que estaba metida en realidad en un simulador, que todo aquello no sería más que una situación planeada por mis amigos, o tal vez por alguno de esos tipos que suben videos a YouTube.

Tomé mi celular e intenté enviar un mensaje de whatsapp al grupo que tenía con mis amigos, pero no funcionaba. La señal era bastante mala, pero la aplicación ni siquiera avanzaba. Intenté después con Facebook pero sucedía lo mismo; está de más decir que twitter tampoco respondía y la fecha se había cambiado en automático. Ya no marcaba el sábado 12 de Julio del 2014. Mi corazón comenzó a latir fuertemente al leer:

“Domingo 26 de Septiembre de 1993”

Aquello no podía estar sucediendo. No podía ser verdad.

¿Cómo rayos había llegado hasta aquel día?

Me estaba volviendo loca.

O no, tal vez era otro de mis sueños raros, seguramente en cualquier momento iba a despertar con ganas de ir al baño y entonces me daría cuenta de que había estado asustada por nada, entonces recordaría aquello con agrado y seguramente lo compartiría en Facebook para que todos mis amigos rieran conmigo, tal y como lo hacía siempre.

De pronto me vi interrumpida por una serie de gritos que provenía de las afueras del ascensor en el que me encontraba. Reconocí aquel griterío sin problemas; sonaban exactamente igual a los que yo pegaba cada que estaba frente a alguno de mis artistas favoritos en un concierto, me recordaban también a todas aquellas veces en las que me había imaginado emitiendo ese mismo sonido cuando pensaba en el próximo 14 de Octubre, fecha en la que Katy Perry, mi cantante favorita, se presentaría nuevamente en mi ciudad.

Entonces las puertas del elevador se abrieron y una figura tan conocida como extraña para mí se apareció para hacerme compañía, sacándome de todos mis pensamientos y confirmándome que ya no estaba más en el 2014.

Él entró y se paró a mi lado. Me miró y sonrió con amabilidad.

Sentí un cosquilleo en el estómago y me di cuenta de que me costaba respirar.

Definitivamente aquello no podía ser un sueño por más loco que todo pareciera.

   -       Buen día – saludó aquella voz que tanto había escuchado en entrevistas, obviamente en inglés. Su voz se escuchó con claridad en aquel angosto elevador.

Desde 2014, hasta 1993 #MoonwalKingAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora