El primer encuentro.

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-       Em… hola – apenas y pude responder en su idioma, el que por los nervios casi olvidaba por completo.

-       ¿Qué tal? ¿A qué piso vas?– me pareció que preguntó, aunque no estaba del todo segura.

-       Espera. Espera. – me apresuré a responder – Lo… lo siento, el inglés no es mi lengua materna, así que tengo un poco de dificultades para entenderte claramente, así como supongo tú las tienes para descifrarme –

Él solo dejó escapar una dulce risilla de entre sus labios.

-       ¿De dónde vienes? – preguntó con amabilidad

-       De México –

-       Oh, iré ahí en unos días – me contó, como si yo no lo supiera.

-       Lo sé, Michael –

Él no pareció sorprenderse de que yo lo llamara por su nombre, yo supuse que era más que común para él; era la superestrella más grande del planeta, el mejor cantante que este mundo había dado, el rey del pop. Todos sabían su nombre, así de sencillo.

-       Tú no me has dicho tu nombre – me recordó con una sonrisilla en su rostro.

-       Cierto. Me llamo Helena –

Nada de eso tenía sentido. ¿Cómo es que estaba hablando con Michael Jackson en un ascensor de algún sitio del cual yo no tenía ni idea que me encontraba, porque estaba segura de que no era México, aquella no era la fecha a la que yo había pedido llegar antes de subirme a esa maldita máquina del tiempo.

-       Tu ropa – señaló mi blusa con su dedo índice – es muy bonita. –

Aquello me causó gracia. Era demasiado amable, incluso cuando estaba segura de que más que parecer bonita a la vista de Michael Jackson en los años 90s mi ropa debía serle… extraña.

-       Te ves diferente a las demás chicas – continuó, dejándome sin palabras por unos segundos.

-       Ya lo creo – murmuré cuando al fin fui capaz.

-       ¿Así es la moda mexicana? – preguntó.

Ahogué una risita. Probablemente era la moda en todo el mundo, aunque claro, yo no sabía nada de moda, pero al menos el estilo de mis pantalones y el corte de la blusa que llevaba eran bastante comunes en cualquier rincón del planeta en el 2014, de eso no tenía duda.

-       No realmente – me apresuré a decir. No iba a funcionar mentirle, él de todos modos se enteraría cuando viajara a México.

-       Entonces estudias moda y creas tu propio vestuario… - concluyó el mismo.

¿Yo?, ¿Estudiar moda? No había nada más alejado de la verdad. Era la peor persona para hablar de moda, no sabía nada sobre ello y jamás me interesaba por cómo salir a la calle, simplemente tomaba lo primero que encontraba en los cajones y eso me ponía. Así de simple.

-       Algo así – terminé por responder, aunque claramente aquello era una mentira.

Noté que presionaba el número 20 en los botones del ascensor, yo no tenía idea de qué hacer ahora, no sabía dónde estaba, tampoco sabía a donde ir, estaba asustada y de pronto sentí muchas ganas de llorar, estaba aterrada.

Recargué mi espalda en una de las paredes del elevador y tomé una gran bocanada de aire, esperaba que aquello funcionara y mis ideas se aclararan, necesitaba calmarme y entonces comenzar a pensar fríamente antes de volverme completamente loca.

-       ¿Estás bien? – me preguntó al cabo de unos segundos.

-       No lo sé – le respondí- me siento como una loca, esto… esto simplemente no debe estar pasando, yo… no debería estar aquí, quiero ir a casa. –

Michael me miró con extrañeza, por un momento sentí que intentaba comprenderme, pero sabía que podría serle complicado, sobre todo porque no tenía demasiada información como para saber lo que me pasaba.

-       ¿Dónde estamos? – le pregunté al fin.

-       En el piso 12 – me respondió mientras miraba los números del ascensor.

-       No, no… hablo del país… - aclaré casi de inmediato.

-       ¿No sabes en dónde estás? – preguntó un tanto asustado al escucharme, yo simplemente negué con la cabeza y entonces lo escuché decir “España”

Sentí un poco de alivio al darme cuenta de que al menos me encontraba en un país en el que podía comunicarme con mucha más comodidad al compartir mi lengua materna, aun así, la angustia que estaba sintiendo era muy grande, no tenía ni idea de cómo regresar a mi casa, al 2014, simplemente, estaba atascada ahí, en los 90’s.

-       Debo irme – murmuré mientras presionaba el botón para abandonar el elevador, no sin antes mirarlo fijamente un par de segundos, dudando si debía o no darle un abrazo. – ha sido muy lindo conocerte, voy a recordar esto por siempre – le dediqué una sonrisa y sin detenerme a pensarlo demasiado le di un abrazo fuerte, luego lo solté y salí de ahí.

Desde 2014, hasta 1993 #MoonwalKingAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora