Amores imposibles. Soy experta.

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-       Si, Michael. Estoy enamorada – respondí al cabo de unos segundos.

-       ¿Por qué no me lo contaste? – miró la mano que había colocado en su hombro hacía unos instantes.

-       Porque no había salido el tema.-

-       Pero eso es importante. El amor es importante. –

-       Lo es, eso lo sé, se siente como algo importante aquí adentro – coloqué la mano que tenía libre sobre mi corazón.

-       ¿Por qué no es tu novio? –

-       Porque no es así de fácil – solté unas risitas.

Michael frunció el ceño.

-       ¿Tienes miedo de no verlo nunca más? –

-       Mucho -  admití. – Él tiene ese poder mágico sobre mi. Lo miro y sonrío instantáneamente, no sé, podría estar teniendo el peor día del mundo, pero si él se acerca y dice algo, cualquier cosa, todo parece estar mejor. Es como si su presencia bastara para ver las cosas de una manera más simple, todo parece ser más sencillo si está cerca. Y luego está ese estúpido cosquilleo en el estómago que me genera. Odio ese cosquilleo, pero nadie… -

Me detuve en seco y dejé aquella frase sin terminar.

-       ¿Pero nadie más parece capaz de hacértelo sentir? – terminó él mismo.

Tragué saliva y asentí con la cabeza.

“Nadie más”.

Me sentí atemorizada al percatarme de que ese “nadie más” ahora existía y llevaba por nombre “Michael”… él también me hacía sentir aquel estúpido cosquilleo que tanto odiaba porque me hacía sentir indefensa, desprotegida, idiota, vulnerable.

-       ¿Lo has sentido? – pregunté al fin.

-       Sí, es bonito, no sé por qué no te gusta. Así es como uno se da cuenta de que está enamorado. Ese “estúpido” cosquilleo – hizo comillas con los dedos – me ha hecho escribir algunas canciones – admitió.

-       Es por eso que no me gusta. No me gusta sentirme así. –

-       ¿Enamorada? –

-       Así es, me siento tan vulnerable. – suspiré.

-       Pero aun así lo amas –

-       Es que él es increíble –

-       ¿Quién es? –

-       He ahí el problema. – suspiré – Él no puede quererme de la misma forma, jamás podrá hacerlo. Es imposible. –

-       ¿Está casado? – preguntó en tono burlón.

-       Si –

-       Oh, lo siento, no… no quise decirlo así, hacía énfasis en ello porque creí que dirías cualquier otra cosa y entonces te haría ver que comparándolo con esa situación no sería imposible… y creo que debo callarme –

Solté unas risitas. Michael era tan tierno.

-       No te preocupes, estoy bien, he entendido y aceptado la situación desde hace mucho tiempo, no es eso lo que me tiene triste. –

-       Si, entiendo que lo extrañas –

-       Muchísimo y me da miedo pensar que puede que no lo vuelva a ver jamás… y ni siquiera pude despedirme. –

Desde 2014, hasta 1993 #MoonwalKingAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora