2020

4 0 0
                                    

- Esos dos mocosos hablan como si conocieran el futuro y es aterrador. No parecen niños, más bien pequeños monstruos planeando como obtener el poder.- Augusto comparte con Mariel lo que vio hace unos minutos en las noticias.

- Lo único que importa es que Charlotte tenga una vida plena y alegre aquí en Oclanto. En verdad espero que, quien sea el futuro nuevo gobernador no traiga desgracia, pues quienes sufrirán no somos nosotros, es la siguiente generación. No quiero ver a mi Charlotte padecer hambre, sed o perdida de sueño porque este pendiente de los bombardeos...

- ¿Bombardeos?, mujer.- interviene Augusto.- Solamente dije que son unos pequeños monstruos sedientos de poder y tu hablando de desastre y caos.- El rostro de Mariel muestra temor al pensar todo lo que dijo hace unos minutos.- Puede suceder.- murmura y su esposo la abraza al mismo tiempo que caminan a la recámara y se acuestan.

-Y si esos futuros posible gobernadores traen caos y desastre.- dijo Mariel remarcando esas dos últimas palabras.

- Olvida lo que hablamos, de acuerdo. Ven acércate.- la arrima cerca de él. Al sentir el calor de su esposo y protección cae dormida. 

Antes de las cinco de la mañana, golpean a la puerta con fuerza. Augusto escucha los puños pegar con violencia la puerta de madera, molesto por la imprudencia de la hora camina deprisa abrir antes que vuelvan a pegar y despierten a sus dos damas. Un soldado joven le pide con señas salir un momento de la casa y lo lleva hasta la reja. El señor Winter le sorprende la presencia de esos individuos, además del soldado hay una camioneta con otros dos o tres soldados montados en ella. Winter no teme por su vida, al contrario si lo quisieran muerto le hubieran disparado al momento de abrir la puerta. Uno de los soldados montado en la camioneta se puso de pie y bajo con tres globos desinflados en la mano. El soldado que golpeó la puerta explica a Augusto lo siguiente mientras indica a otro soldado encima de la camioneta que baje y ayude al otro a inflar los globos. 

- Sr. Winter.- habla con voz rasposa el primer soldado.- Es imperativo que coloque estos globos en el techo de su casa  o en la rejilla. 

- ¿Globos?.- pregunta el padre de familia.

capítulo 1 continúa en la siguiente hoja.

Antes del conflictoWhere stories live. Discover now