CAPÍTULO 11

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CAPITULO ONCE
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           MIEDOS PROYECTOS Y ESPERANZA

El Barón, dándose media vuelta se abrazo a Santiago, y le murmuro.- ¡Gracias, amigo!

Poco después, Roberto se encontraba en su dormitorio diciendo a todos que por favor no le molestasen.
Poco tiempo después llego Lucia, y tímidamente llamo a la puerta. ¨No hay ni que decir, que esto había trascendido a todos en la casa sin haberlo querido nadie¨.

Lucia, tras el consentimiento del Barón entro en la alcoba y se acerco al el, (estaba sentado en un silloncito, con la mirada apagada y un tanto perdida).

-Aquí tiene Roberto, le hemos hecho una infusión para que se la tome y así descanse mejor.

.-Muchas gracias Lucia, ¿Qué sería de mi, sin       vuestras atenciones?

.Roberto, no lo tome como un atrevimiento, si le digo que aquí somos todos casi de la misma familia. Nos apoyamos y aconsejamos cuando la ocasión lo requiere. Tómese eso y descanse un poco, que le vendrá bien.

.-¡Maravillosa mujer, esta Lucia!.

Al caer la tarde y ya más relajado, Roberto se encamino a la cocina, cuando ya se iba a marchar Maribel, que le dijo:
.- Le voy a preparar un caldito con…¿Un par de medianoches de jamón?, o lo que usted quiera, ya me estaba preparando para irme….¡Pero, le voy a preparar la cena, que se va a chupar los dedos .Esta, consiste en una tortilla de espárragos, y  unas chuletitas de cordero, y después un flan.

Roberto, la miro con un gesto agradecido, y la dijo.-Se tiene que marchar a su casa, que va a llegar hoy más tarde, y tiene que preparar también la cena para ustedes.

No se preocupe, que tardo poco en hacérsela y ellos sabrán esperar .El Barón la dio las gracias, y se marcho brevemente hacia el salón. Cuando llego a él, se encontró con Santiago, quien le dijo.-¿ Estas ya más tranquilo?

Pues sí, muy descorazonado y famélico.-Como supongo que tu tampoco has comido, vente a la cocina y me ayudas un poquito, a comer algo.

Enseguida dieron buena cuenta de las medias noches y de unos tazones de caldo que ya tenía preparado Maribel.
Según estaban comiendo, le dijo Santiago a Roberto.-No vas últimamente al cementerio o quizás me lo estas ocultando, quiero hablarte sobre el tema….. .
-Quiero decirte algo: No te oculto nada, y me da vergüenza decírtelo. ¡Tengo miedo Santiago! Con aquella soledad, y con el espíritu o lo que sea de Porfirio, me causa frio y abandono.
Quiero ir…. pues hace ya ocho o diez días que no voy ¿Qué puedo hacer?

Roberto se meso los cabellos, y oculto parcialmente su rostro, su mirada estaba perdida y como llena de ansiedad.
Amigo mío, tengo un pequeño truco, que nos sacara de todas las dudas y nos servirá para desenmascararle, saber quién es y que quiere.

Ante la mirada inquisitiva de Roberto, Santiago continúo: -Recordaras, que me compre en un viaje que hice a Alemania, una Máquina de fotos
¨Leica¨  cara, pero muy especial. Tiene rayos parecidos a los infrarrojos y detecta siluetas y figuras poco visibles e invisibles por medio de unos sensores, eso nos aclarara prácticamente todo .Cuando quieras podemos ir.

Si no apareciera allí en el camposanto, tu le llamarías si con suerte viene, ¡Fenomenal! .Yo estaría preparado detrás de algunos aligustres o de algún seto, con la máquina preparada, para hacerle algunas instantáneas, y….ya veremos qué pasa.

Roberto le escuchaba, no dando crédito a lo que estaba oyendo.

-Y ¿Cuándo vamos a ir.-? Contesto Roberto entusiasmado.

-Cuando puedas o quieras, menos mañana pues tengo unas cosas que hacer, contesto Santiago

-¿Qué te parece pasado mañana miércoles?

-Bien, dijo Santiago, nos preparamos  cojo la máquina de fotografiar, preparamos la estrategia que ya conocemos.-

-Y…¿Qué te parece a eso de las diez de la mañana? .Después te invito a comer por ahí.

-Me parece muy bien pasado mañana ¡AH! Y otra cosa, quiero comentarte algo, haber que te parece.

Los dos amigos, se sentaron allí mismo, al pie del ventanal y dijo Santiago .¨Te escucho¨.-Roberto le ofreció una cajita plateada con polvos de Rape y ambos aspiraron (era tabaco molido, especial)

.-Quiero realizar unas obras en la casa y una ampliación de los terrenos que la circundan, ¿Qué te parece?.- No se para que lo quieres tan grande ¡Explícamelo!

.-He pensado comprar los limítrofes de esta finca, unos doce mil metros cuadrados, que creo que pertenece al ayuntamiento o quizá a algún particular .Nunca he visto a nadie por esta zona en tanto años que llevamos aquí.

Iré al Ayuntamiento a indagar si es posible poderlo comprar, y…. claro, cuánto tendría que pagar, presumo que bastante.

-Y, suponiendo que lo comprases ¿Que vas a hacer con tamaña enormidad?.

-Mira Santiago, una piscina de unos veinte metros de largo por ocho de ancho , un pequeño picadero de caballos, un gran cenador, un pequeño parque ,que tenga también algún columpio y juegos para niños. También, un pequeño pabellón para hacer una discoteca con bar, también plantar una gran arboleda de pinos que flanquearan algún paseo, con sus banquitos y todo. Es probable que no todo fuese así.

Siguió un silencio, posiblemente Santiago, estaba pensando en todo lo que le había dicho su amigo y le contesto.

-Entre los terrenos y todas estas obras te van a costar un dineral.
.La casa,  continuo Roberto, que tiene cuatro dormitorios, pasara a tener seis, tiene dos cuartos de baño, se harán otros dos .En el sótano, se hará un gimnasio, con unas duchas, y la bodega que esta aneja a él, también se hará más grande, todo esto, salvo alguna modificación, será así….. 

Quizá, luego piense otra cosa, pues ya sabes que a veces soy muy cambiante. Dime, ¿qué te parece?

Santiago algo asombrado le miro y le dijo:

-Todo esto que me has dicho, es muy bonito, pero…
Supone una gran obra y bastante dinero. En fin
También, a mi me hace mucha ilusión, sobre todo por ti, pues ocuparas tu mente en otras cosas  y ….posiblemente disfrutaras con ello .

Creo que serás más feliz, es lo que yo te deseo.
Poco después los amigos se separaron, y Roberto llamo a Lucia.

.-Esta, muy diligente acudió con premura,

¿Qué desea Roberto? .-Pues mira Lucia en primer lugar que estés muy al tanto por si llama alguna de mis hijas, y en segundo lugar quiero hablar contigo, si puede ser esta tarde, ahora quiero dar un paseo.

-De acuerdo Roberto ¿Se va a ir muy lejos?

-No Lucia, estaré paseando por los alrededores.

.-Apenas salió fuera, oyó un grito ¡El trapero, se recoge toda clase de objetos y cosas inservibles

¡El trapero!

¡Señor Barón muy buenos días!, hace mucho tiempo que no le veía, (este hombre llevaba muchos años pasando por allí y ambos se conocían)- ¿Como esta?

-Muy bien Ezequiel, y la familia… ¿Qué tal?
-Hace fresquito, madrugas mucho amigo mío
.-Así es pero es que yo lo tengo que hacer así.
Tengo cuatro bocas que alimentar y…

-Mira Ezequiel entra al porche de mi casa y llama a Maribel y que te de un cafetito con un bollo o si prefieres un caldito y algo de comer, y la dices si hay alguna cosa que no valga que te la de de mi parte.

Roberto saco unas monedas de su bolsillo y se las dio, guiñándole un ojo El trapero se dirigió a la casa, llevaba un carro con algunos cachivaches, tirado por una mula, se dirigió a la
puerta (que estaba entre abierta, y luego al porche llamando a la otra puerta del servicio)

Iba vestido, con un viejo pantalón de pana, una chaqueta muy andrajosa, y unas botas de media caña. Su apariencia era pobre y triste, con largas greñas que le salían de debajo de un sombrero y unas arrugas que cubrían su viejo rostro. Lo mismo podía tener setenta que ochenta años, era muy difícil saberlo

Vivencias y momentos de RobertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora