Capitulo 46

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    La extraña enfermedad
               del Barón  
 
A Roberto , le costó mucho
salir de allí. La gente le esperaba , para felicitarle
saludarle , y en algunos casos abrazarle.

Se acercó a Marta (la monjita) que estaba con sus padres.
.- ¡Altezas, señores Duques
me han honrado con su
presencia!.
Roberto se inclinó muy ligeramente
.
.- Nuestra hija, nos ha traído hasta aquí .Ella sabe lo mucho que nos gusta, la música clásica .
.-Hablaba el Duque de Alba.
.-¡Queríamos conocerle en persona  aunque. creo que alguna vez nos hemos visto
.- Por otro lado también
hemos querido colaborar con nuestra aportación y vinimos a escucharle tocar
el Piano, que ha sido algo
celestial.

.-¡Papá! intervino Marta
el Barón es el señor que
te conté! (De los comedores
Sociales).
Siempre le estaré muy agradecida , y espero que
vaya por allí alguna vez a
visitarnos.
La llamaré por teléfono y
para mi será un placer el
volverla a ver. Dijo el Barón.
Se despidió de ellos y tras
de algunos achuchones para abrirse paso ,  logró salir al vestíbulo.

Roberto vio acercarse a él
a Modesto el Director del
Teatro y a un Editor que era también empresario.
.- Te veo mala cara Roberto
dijo Modesto, igual o peor
que cuando viniste

.-¡Anda vete a casa y mañana te llamo para hablar contigo amigo mío!

Roberto ante tanto saludo
dió las gracias a todos, y se marchó de allí.
En la misma puerta de la calle(puerta de atrás) se
encontró con todos sus amigos.
Le abrazaron todos ellos
es decir:
Lucía , Santiago , Maribel
Juanjose y Rebeca . También estaban los señores de Aristrain.

Enseguida le acompañaron
a la calle, cogieron el Tilburi y partieron en dirección a su casa.
Estaban todos algo preocupados.

Cuando llegaron al Chalet
le acompañaron a su
habitación,y allí  le dejaron
acostado, y bien arropado.
Se marcharon las dos parejas poco después,y se quedó solo ,  pero con Lucía sin quitarle el
ojo de encima.

Lucía se fue a su habitación, pero dejó la puerta abierta , de esa
manera le oiría y podría ir
rápidamente a su lado.

Lucía se acostó, pero tenía
una bata puesta.
Sería sobre las doce de la noche , cuando escuchó
unos pequeños gemidos.

A toda velocidad, se presentó en los aposentos de Roberto, y observó que estaba totalmente destapado y sudando a mares.
.- ¡¡No,No!! , No me abandoneis !! No me dejéis
solo por Dios!!
.- ¡¡El cementerio!!
¡¡Daconte , Daconte!!
¡¡Déjame vivir en paz!!
Roberto, se agitaba con los ojos abiertos y sudando a
mares. Estaba frío, muy
frío.

Lucia , se fue corriendo para volver  muy rápida
a su lado. Con una toallita una esponja, y un badilo
con agua  que había traído,
le empezó a enjugar el sudor, con mucha  delicadeza.
.- ¿Eres Lucía? o quizá
Daconte ¡¡Maldito seas mil
veces Daconte!!

Lucía se asustó un poco pues el Barón se agitaba mucho y gritaba .Se quería
levantar.
Ella reaccionó bien, y muy
suavemente se acostó a su
lado, tapándole y haciendo
que se acurrucara,  junto a ella. Siguió secándole el sudor, mientras le hablaba
como si de un niño se tratara, con mucho cariño.

.-¡Duérmete cariño, pues
estoy aquí,  siempre a tu lado!
El Barón se quedó unos
momentos traspuesto ,y
entonces Lucía se marchó rápidamente , para  volver
enseguida con un vaso de
leche y una cajita de pastillas de relajación.

Lucía le sujetó la cabeza y
poco a poco , le hizo tomar la  leche caliente y también una pastilla.
Le puso el termómetro.
Roberto , parecía mucho más tranquilo .
Se volvió a echar junto a él
le tapó y le abrazó , cogiéndole del cuello y los hombros.

Ya no dudaba tanto,pero
estaba  febril.
Tomó el termómetro y vio
que tenía 39 grados .
Serían las cinco o cinco y media de la madrugada.
Lucía al ver que poco despues, la fiebre persistía
tomó la decisión de llamar
al médico del Barón por
teléfono.
El médico la dijo,que se ponía enseguida en camino.

Roberto ya no sudaba tanto, pero se estaba  quedando muy frío.
Él estaba un poco traspuesto , y Lucía muy
despacito, se fue levantando de la cama y se
preparó un poco para la
llegada del Galeno.

Poco después llegó el médico a la casa.y se apresuró a recibirle Lucía.

- ¡Buenas. noches D.Carlos!
Suba conmigo por favor.

Subieron ambos al cuarto ,
y el Doctor se acercó al lecho , observó al Barón que parecía dormir plácidamente.

.-¡¡Quién eres !! rugió el Barón de pronto y con los ojos muy abiertos.
.- ¡¡AH ya sé quién eres!!
¡Eres un maldito Felón y
Malandrín a la vez que
Follón¡
Sé quién te manda ¿Es el
maldito Daconte verdad?
Con una fiereza inusitada
se incorporo muy deprisa,
y dijo seguidamente:

.- Mira... ¡Te endilgare dos
Jetazos y te irás donde tienes que estar, allá a tomar mucho por el...
Lucía se apartó muy asustada, y con mucho miedo.

Carlos , le sujetó fuertemente y le ayudó a
echarse de nuevo.
Roberto se calmó algo, y se
dejó hacer.

Vamos Roberto ¿Es que no
me conoces?
.-¡Soy tu amigo Carlos y he
venido para verte y ayudarte!
Carlos la hizo una seña a
Lucía para que le entretuviera , y cuando
estuvo  más tranquilo , con mucha rapidez le inyectó
un fuerte calmante , y le hablaron unos minuto muy
bajito y muy suavemente

Cuando vieron que estaba
más tranquilo, y dormía
Carlos la dijo a Lucía:
.-Tiene un fuerte enfriamiento, y un ataque
muy depresivo de nervios
Le he puesto un fuerte calmante , y éstas pastillas
cada  dos horas . Se pondrá
bien,gracias también a sus cuidados Lucía.

.- No te separes de él y si ves que sigue igual, me
llamas pues habría que
internarle urgentemente en el Hospital,y explorarle
más profundamente.

.- Adiós Carlos y muchas
gracias por todo. Le llamaré.
El Médico se marchó , y
Lucía se quedó sumida en un mar de reflexiones.
Tenía cierto miedo .
Subio con recelo  hacia la habitación de Roberto.

Le encontró plácidamente
durmiendo, con una pequeña sonrisa...o era un
Rictus, muy extraño.
En ese momento en el Reloj
del Salón daban las siete y media de la mañana .
Se abrió la puerta del Chalet , y entró Maribel que era casi su hora de
entrada , la cual dijo:
¿Cómo está Roberto?.
Al ver la mala cara de Lucía la dijo:
¡Anda vete un poco a descansar que te hace
falta!
.- No , me quedaré hasta que se despierte.
.- Lucía la comentó todo lo
que había pasado durante
la noche , y se fue de nuevo a la habitación del
Barón que daba signos, de
volver de su letargo.
Lucía estaba esperándo sentada a su lado.
Se acercó rápidamente a su lado, se agachó y le besó
         El Barón la miró.

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Vivencias y momentos de RobertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora