Capitulo diez y ocho
Horas tranquilas y románticas. Diciendo esto, Roberto salió del salón y escucho la voz de Lucia, detrás de él, que le decía.
-Óigame señor Barón (dijo con mucha sorna)
.
-¿Qué pasa con esa sorpresa tan extraordinaria que nos iba a dar? O es que ya no se acuerda?
El Barón, torció la cabeza y la miro, diciendo
-Vamos a ver yo no dije era extraordinaria, aunque de cualquier manera mañana os lo diré, cuando pase todo esto.
-Lucia, arrugo el entrecejo, y dio una patadita en el suelo, murmurando algo inaudible y quedándose parada, viendo marchar a Roberto silbando como una melodía.
- Esta mujer no tiene solución y camelaría a cualquiera, con sus cosas, a veces insinuantes y graciosas ¡Válgame Dios!. Pero todo se la perdona porque es diligente cariñosa atrevida y ¡Caramba muy guapa!
Poco después se dirigió al salón con unos documentos en la mano y también con el papel pautado de las partituras, y comenzó a repasarlo todo ,hasta la hora de la cena. Esa noche ceno solo, pues ya se habían ido Santiago y Maribel.
En cuanto a Lucia, como vivía permanentemente allí se encontraba en el saloncito pequeño, (de los fumadores) ,y se encontraba al parecer , escribiendo una carta, probablemente, a la familia en Nápoles.
Poco después y dándole las buenas noches a Lucia que le saludo desde lejos, se retiro a sus habitaciones.No duro en el lecho mucho tiempo, tenia insomnio y estaba nervioso con el trabajo que tenía que hacer, y que ya no podía demorar más.
Se puso un batín (con estrellitas azules y rojas que unos dos años atrás le regalo Clarita) y bajo al salón el cual, al fondo y en un esquinazo se encontraba su piano. Un piano de cola Alemán que compro hacia unos ocho años, negro brillante y elegante.
Roberto al acercarse a él observo que encima de la tapa había algo .Eran unas cinco partituras de Chopin de Tchaikovski y de Debussy .Encima de ellas había una Rosa
Se quedo Roberto perplejo, y muy desconcertado ante aquello.
Se sentó ante el piano, y comenzó a repasar las obras infantiles. En una mesita que había al lado ,tenía un lapicero y unas hojas pautadas en las cuales de vez en cuando iba reseñando con signos y notas, con mucho cuidado.Roberto en un momento dado, dejo de tocar ''Algo muy leve había oído
Había dos candelabros en el salón, y también como dos luces de emergencia. Estaba casi en penumbra, y solamente a través del gran ventanal, se colaban algunos rayos de luna, dando un aspecto impresionante y de quietud total al salón.Se fijo, ante aquel ruidillo casi inaudible, en la escalera cuyo tramo final era el salón.
-Roberto pregunto, ¿Quién anda ahí'?. Solo el silencio le contesto¨
El Barón sabia o se imaginaba quien era ¡Pues claro está, no había por las noches nadie más, que Lucia y el, ya que Maribel no estaba por las noches nunca allí, y tampoco Santiago, salvo raras veces.
Era Lucia ¡ no podía ser de otra manera!.
Estaba sentada en el penúltimo escalón de dicha escalera, y le miro, como algo asustada
¿Qué haces aquí, Lucia?, la pregunto Roberto con aire conciliador.
Escuchando su música que es tan bonita, y espero no haberle molestado, Roberto. No se preocupe, que me marcho enseguida-No, no te marches, si te gusta tanto puedes quedarte, pero levántate mujer, y no estés ahí en el suelo sentada, que vas a coger frio.
La tendió la mano y la ayudo a levantarse. La condujo cerca de el, y la llevo a un silloncito, al lado del piano .Lucia estaba como avergonzada .Su talante, atrevido y algo descarado, había, desaparecido dando paso a una mujer dulce, melancólica y algo apagada
.
-Dígame señorita, él porque de estas partituras y esa Rosa encima de ellas y del piano es que no entiendo....
Perdóneme he querido hacerla una pequeña galantería, y pedirle por favor, que me toque algunas de esas piezas clásicas, que son las que más me gustan.
A Roberto le pareció que no era la Lucia de siempre, que era como otra mujer .El estaba atónito , realmente apenas sabía algo de su vida. Solamente aquel curricular que ella presento, cuando llego a la casa, hacia ya unos años, y poco mas...
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Vivencias y momentos de Roberto
Historical FictionViaja a Madrid, k lVivelo en ji 8.30am los años 30, cierra los ojos y sientelo k ji que junio hay Roberto no va contando y sumérgete vn un thriler, que te llenará de aventuras y verdades. Disfrutalo.