Gritos, lamentos, órdenes, pasos apresurados.
Jodían.
Jodían demasiado.
Solo quería dormir, una jodida hora más a lo mucho, o todo el día si me lo permitían.
Giré en mi cama como por décima vez desde que amanecí, sabía que en pocos minutos vendría la puta enfermera con mis pastillas.
La odiaba. Odiaba todo.
Lancé mi almohada lejos, saqué lentamente los pies de mi cama y me puse de pie. Caminé lento y sin prisa hacia el espejo, no sé cómo osaban dejarlo a mi vista sabiendo las posibilidades, al parecer ellos querían deshacerse de mí.
Pero no les daría el gusto.
Jamás.
Miré mi reflejo, una cara larga y ojerosa me devolvía la miraba, tenía la mirada vacía, tristeza en forma de ojos.
Un flequillo adornaba su frente. Su pelo estaba seco y sin vida, reflejaba perfectamente cómo me sentía por dentro. Di la vuelta y tomé las pocas cosas que se me dejaban al alcance, una toalla y ropa interior, quería un baño, al menos estar limpia me hacía lucir mejor.
Abrí la puerta, escanee el lugar como suelo hacerlo todas las mañanas desde mi llegada, dos puertas a mi izquierda, sentada en el suelo, estaba Lilly, una chica de 16 años que estaba loca, algo como bipolaridad, o algo en esa línea, a mi izquierda estaba Frank, Franky como me gustaba llamarle, un chico de 21 años que siempre estaba ausente.
—Buenos días retrasados— saludé, me gustaba molestarlos, estaba consciente de que Lilly me miraría extraño y de que Frank pasaría de mí, pero ¿Qué hacerle?, éramos seres humanos y educación era mi segundo nombre.
En realidad no lo era, pero saben a qué me refiero.
Hice mi camino hacia el baño, pase al lado de Frank que miraba fijamente a la pared de enfrente, era una lástima que estuviera así de retraído, el chico era muy guapo.
Pase por 4 puertas más, solo provenían de ellas sollozos, risas desquiciadas y uno que otro murmuro.
Los locos hablan solos.
Yo lo hago y no estoy loca.
¿Estoy loca sin saberlo?
Las duchas siempre estaban vigiladas por uno o dos enfermeros.
O sea, ¿me explico? HOMBRES vigilando las duchas, que bueno que hasta ahora no ha habido una violación.
Que aburrido era este sitio.
Pase a la sesión de las duchas de chicas, ahí estaba mi querido amigo Roger, el tipo apenas tenía unos 24 años y estaba laborando en un loquero. Desdichado.
En cuanto me vio se tensó, me gustaba jugar con él y hoy no era la excepción. Nunca había excepción.
—Buenos días Roger— me acerque a él sugerente, puse mis manos en su pecho y empecé a subir a sus hombros, el tipo era una roca por lo tenso que estaba.
Una muy linda roca.
—Nicole, por favor, solo ve a ducharte— murmuró, si alguien lo encontraba conmigo de esa forma, tendría problemas y no muy bonitos. Eso era una ventaja por estar “mentalmente inestable” la culpa la tendrían ellos, o cualquiera de los trabajadores del lugar, si alguien nos tocaba y nos lastimaba.
Sería un problema.
Roger ya había tenido problemas conmigo, sin embargo no hubo mucho circo, todos sabían que era una chica problema.
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Diario de Una Paciente de Psiquiatría. ©
Mystery / ThrillerRelata todo lo que es importante, no se olvida de ningún detalle... Salvo el porqué está allí, ese es el único detalle que no recuerda. Y es el más importante. • Contenido +18* • Portada creada por @CMStrongville. . Prohibida la copia de esta obra...