Diario de Una Paciente de Psiquiatría. ©

Día Catorce. Aquí

Recibí una llamada de alguien de mi pasado, no esperaba que consiguiera el número de este lugar, bueno vamos, no esperaba siquiera que me buscara, era una perra desalmada que le gustaba verme en mis peores momentos, una perra que me robó algo, alguien que amaba con locura, y me llamó.

La puta de Cloe me llamó.

En cada una de las palabras que me decía solo incrementaban mis ganas de sacarla por el auricular y electrocutarla hasta morir, era tan hipócrita, no sé porque mierda llamó, nunca dijo algo que captara mi atención y que me hiciera saber el motivo de su llamada, solo Dios sabe porque lo hizo, y estoy segura que no era nada bueno.

No dijo nada sobre el prostíbulo.

Nada sobre Ian.

En lo que puedo recordar solo me dijo algo como:

Te extrañamos aquí Nicole.

Alguien te visitara en unos días.

Nos vemos.

¿Nos vemos? Si esa puta pisaba el lugar no iba a responder de mí, la mataría con mis propias manos, le arrancaría ese pelo que tanto se enorgullece de tener, la abriría la puta vagina hasta qe nada encaje allí de nuevo.

La humillaría como hizo alguna vez conmigo.

¿Y quién mierda se supone que vendría a verme? Nadie se preocupaba por mí, no tenía nadie quién viniera a verme, mi padre estaba muerto, mi madre también, el o la hermana que tal vez hubiese tenido igual, no tengo familiares que vengan por mí, no tengo a nadie.

Excepto a los loquitos de este lugar.

Los cuales no tolero cuando están así, parece que se pusieron de acuerdo para ver quién grita más fuerte, me cagan, me estresan, me vuelven loca.

Ayer por la noche Caulder se despidió de mí, no, no es definitivo, me dijo que haría un viaje y se fue hoy en la mañana, no fue una despedida carnal y pasional, solo un simple beso que me hizo sonreír como una idiota, y lo peor, fue delante de él.

Analizando bien las cosas creo que lo nuestro es meramente carnal, y él lo sabe, nadie en este lugar puede querer, nadie en este lugar está suficientemente cuerdo para hacerlo, ni siquiera los trabajadores del lugar, todos aquí solo buscan calmar sus voces, sus pesadillas y no matar a alguien, aparte de herirse a sí mismo.

Por ejemplo, yo.

Solo busco saber porque mierda estoy aquí, porque mierda Ian no ha venido a verme y qué es de su vida, la puta de Cloe no me dio noticia alguna sobre él, de hecho ni siquiera mencionó su nombre, no es que me importe claro Nicole, solo quiero saber si está bien.

No quiero salir pero tampoco quiero quedarme aquí sin saber las respuestas a mis mil y una interrogantes, no quiero ignorar el hecho de porque sigo y porque llegué a este sitio, ¿quién me trajo?, ¿por qué me aceptaron?, ¿estoy realmente loca?.

No sé nada y al mismo tiempo creo saber las respuestas, ¿estúpido no crees?

Bufo con frustración, ya no quiero un tiempo zen para pensar sobre la vida mejor voy al consultorio del Dr. Andrew, algo que nunca haré por voluntad propia, me paro de mi cama y salgo de mi cuarto con rapidez, no sé a dónde voy, solo quiero salir de allí, hay veces en que este lugar me consume.

Hoy uno de esos días.

No veo ninguna cara conocida para pasar el rato, sigo caminando por la sala de estar, algunos ven la televisión, otros están jugando juegos de mesa, era gracioso verlos intentando ser normales cuando sabíamos que eran unos imbéciles sin futuro.

El león cree que todos son de su misma condición.

Lo cierto es que no sé qué haré si algún día salgo de aquí, no hay nadie esperándome allá fuera, aquí estoy mejor, creo, al menos tengo a Caulder y a los gemelos, tal vez a Frank y a Jessy, aquí sí tengo a alguien que vea por mí, aunque sea para molestarme. Aquí estaré mejor si algún día me permiten salir.

Aquí es mejor que allá fuera.

Aquí están algunas personas a las cuales les agarre cariño.

Aquí… lo malo de aquí es no saber por qué estoy en este lugar.

Me decido por ir a una habitación muy poco conocida por mí, es de un tipo que tiene trastornos del sueño graves o algo así, se llama Jamie y tiene 17 años.

Toco su puerta solo una vez, un chico pecoso y pelirrojo me abre la puerta, su cara es sueño puro y flojera, me da una sonrisa y me hace un ademan para que pase.

Su cuarto es ordenado, su cama está tendida, sigo sin saber porque a todos aquí los tratan mejor que a mí.

Voy hasta su cama y me siento en el borde, veo como él me mira desde arriba, con curiosidad, no suelo visitarlo a solas, las pocas veces que hemos hablado son los jueves de salida al jardín.

—¿Qué se te ofrece, Nicole?— me pregunta con su tan formal acento inglés, un poco alargado por su excesivo sueño y los efectos de los medicamentos que consume, este chico es guapo, no tanto como los gemelos, ni como Franky, mucho menos como Caulder.

Pero es guapo, lindo para ver.

— ¿Quieres a alguien de aquí?— mi pregunta le toma por sorpresa, hasta a mí me sorprende esa estupidez, ríe por lo bajo y niega suavemente con la cabeza. Toma asiento a mi lado.

—Todos queremos a alguien de este lugar, Nicole

—En este lugar no se puede querer, estamos locos, queremos salir de aquí pero no queremos, sentimentalmente hablando

—Te equivocas, aquí es cuando más queremos, tal vez no a una persona pero el solo hecho de querer volver con nuestros seres queridos hace que el sentimiento aparezca

—La pregunta es, si quiere a alguien, no vengas con tu mierda del Dr. Andrew, por favor

—Bien, sé de alguien que te quiere, Frank por ejemplo— comenta con simpleza

Eso me deja fuera de juego, ¿Frank quererme? Já.

—Estás loco— repuse con diversión

—Ni un poco, ese chico te quiere,— asiente con la cabeza y se inclina juguetonamente a mi hombro,— oh y está el supervisor, ese tal Caulder

Lo nuestro era solo carnal, es estúpido que lo piense como algo romántico.

—Como sea, solo responde mi pregunta— pedí con cansancio, en serio, si hubiese necesitado un tiempo de reflexión sobre sentimientos hubiera ido con Andrew

—Sí, quiero a alguien, lamentablemente ya murió

Espera ¿qué? Me descoloca por completo aquella confesión, no… hablara…

— ¿Hablas de Alice?

—No eres nada tonta— afirma entre risas mientras palmea mi pierna

Después de eso me contó sus estupideces sobre como en pocas semanas le gustó nuestra pequeña perra muerta, es tonto, dice que la quiso por sus demonios ¿demasiado cliché no es así? En fin, tal vez y tenga razón, quizás se encuentre algo bueno entre tanta gente enferma, tal vez entre tanta ceguera podamos ver algo lindo y que valga la pena la estadía.

Quizás en nuestra alterada realidad podamos encontrar alguien a quién querer aquí.

Lamentablemente no quiero que sea mi caso.

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