A Silent Voice | Ross Lynch & Tu • Finalizada.

Capítulo 31.

Narra ____:

Ashley: ¡No, Ross! ¡No puedes mirar! -se quejó riendo.

Ross: ¡Está bien! ¡Está bien! -dijo él riendo volviendo a taparse los ojos.

Hoy es 29 de Diciembre y creo que todo el mundo que está aquí sabe que es una fecha especial: el cumpleaños de Ross.

Era de noche y teníamos planeado una fiesta sorpresa en la playa.

Sin embargo, Ross lo hacía todo difícil.

No era capaz de mantener sus ojos cerrados por un par de minutos.

Esta iba a ser la segunda fiesta sorpresa a la que iba.

La primera fue la fiesta de Halloween en la que fui disfrazada de Sabrina, junto a Ross quien iba de Harvey.

Yo llevaba un vestido negro.

ajustado por arriba, sin nada de escote y con tirantes y suelto por abajo.

Me llegaba por encima de la rodilla pero no era demasiado corto.

Mi pelo estaba completamente liso, aún con flequillo y mechas rojas.

Cuando llegamos al lugar de la fiesta, Ross se quitó las manos de los ojos y fue a saludar a sus familiares y amigos.

Él aún no me había visto.

Cuando yo me monté en el coche de Luke, Ross ya llegó los ojos cerrados.

Ashley: ¿Vienes a pedir algo de beber? -preguntó en voz alta debido a la música.

Asentí con la cabeza.

Caminamos hasta la barra y pedimos nuestra orden al camarero.

El camarero trajo mi zumo de piña y a Ashley una Coca-Cola.

No iba a beber alcohol y Ashley no iba a tomar por ahora.

XxX: Hola... -susurró alguien en mi oído.

Me di la vuelta asustada, pero me relajé al ver a Ross detrás mía con una sonrisa.

"Feliz cumpleaños".

Sonreí al recibir un abrazo suyo el cual correspondí.

Ross: ¡Gracias! ¿Eso es alcohol? -preguntó algo serio.

Negué con la cabeza riendo.

Ashley: Es un zumo, bobo -le respondió por mí.

Ella y Luke estaban de la mano.

Luke: Y si nos dejan ustedes, esta bella mujer y yo nos vamos a bailar -dijo dándole una vuelta haciendo que ella riera y alejándose de nosotros.

Reímos a la vez y lo miré a los ojos.

Ross: ¿Te apetece bailar, princesa? -preguntó haciendo una reverencia.

Me sonrojé al instante y asentí tímida.

Tomó mi mano y caminamos hacia el lugar donde todas las personas estaban bailando.

Bailamos y cantamos por horas.

Ninguno de los dos habíamos tomado alcohol pero lo parecía.

En las canciones con mucho ritmo enloquecíamos, pero las lentas eran para mí las mejores.

Era cómo si todo desapareciera y éramos solo Ross y yo.

Pero ese no era el caso ahora.

Sonaba una canción bastante marchosa que desconocíamos pero a Ross no le importaba y bailaba estúpidamente.