Capítulo 28.

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Narra ____:

Ross se quedó callado después de decir eso.

Solamente se me quedó mirando a los ojos esperanzado.

Al fin salí de mi trance y logré articular algo.

Mi cabeza se movió de izquierda a derecha repetidamente y al mismo tiempo, las lágrimas brotaron de mis ojos y descendieron por mis mejillas.

Llevé mis manos a mí cabeza y tiré de mis cabellos desesperadamente olvidando por completo las palabras de Ashley y Rydel.

Estaba enloqueciendo.

Yo no le podía gustar a Ross, de ninguna forma.

Ross: ¡Hey! ¡Hey! ¡Hey! ¡No hagas eso! -exclamó alterado apartando mis manos de mi cabeza.

Solté un gran sollozo acompañado de miles de lágrimas y entonces, sentí que me faltaba el aire.

Intenté respirar con normalidad pero eran tantos los sollozos tan grandes que salían de mi boca cada segundo, que no me dejaban respirar.

Ross: ¡____, tranquila! -dijo desesperado.

Dejó la guitarra a un lado y me abrazó contra su pecho mientras que yo me llevaba una mano a mi garganta.

Ross: Respira conmigo... -murmuró en mi oído.

Acarició mi pelo y a su vez respiró notoriamente para que yo le siguiera el ritmo.

Lenta y profundamente.

Varios minutos más tarde conseguí respirar con normalidad, pero eso no quitaba que me lágrimas habían cesado.

Ross: ¿Tienes asma y no me lo has dicho? Si hubiera sabido que casi te ahogas por decirte que me gustas, no te lo hubiera dicho. Prefiero vivir sin que tú sepas mis sentimientos hacia tí a vivir sin tí -confesó separándose de mi y limpiando algunas de mis lágrimas.

Levanté mis manos para poder hablar pero él me lo impidió.

Ross: ¿A caso crees que no sé que no quieres que te quiera? -preguntó ofendido.

No supe que decir.

¿Cómo lo sabía?

Tragué saliva y lo miré con los ojos bien abiertos.

Ross: Te pones cortante cuando soy cariñoso contigo y si te dejas llevar por un momento, vuelves enseguida a tu compostura de seriedad y mantienes distancia conmigo. Además, tu hermano Ethan me lo dijo. No quieres dejarte querer porque le temes al dolor. Tienes miedo de que algún día te hagamos daño...

Él tomó mis manos y entrelazó nuestros dedos.

Ross: No sé lo que sientes por mí pero no quiero que te alejes de nosotros y menos de mí. ¡Tan sólo deja que te queramos! Piensa en los buenos momentos que tuvimos juntos y respóndeme. ¿Vas a dejarte querer o tengo que obligarte? -preguntó angustiado.

Una lágrima recorrió mi mejilla derecha y antes de poder hacer nada, Ross habló de nuevo.

Ross: Sé que piensas lo peor de tí y quiero que eso cambie. Lo necesitas. Te hace mal creer que eres una mala influencia para nosotros. ____, por favor, déjanos entrar en tu corazón. Queremos cambiar tu cielo gris en azul y formar la mayor cantidad de arcoiris posibles en tu mundo... -suplicó acariciando con su pulgar el dorso de mi mano mientras que sus ojos empezaron a aguarse.

Solté una pequeña carcajada y limpié una última lágrima para luego apoyar mi cabeza en su pecho, obligándolo a que me soltara las manos y me rodeara con sus brazos apoyando su cabeza sobre la mía.

Acarició mi espalda y dejó un pequeño beso en mi cabeza.

Ross: ¿Me dejarás quererte? -preguntó.

Asentí con la cabeza, escuchando como los latidos del corazón de Ross iban cada vez más rápido.

Sentí como sonreía y frotó su mejilla con mi cabeza cariñosamente.

Ross: ____, ¿te puedo preguntar algo? -dijo separándose un poco de mí pero no me soltó en ningún momento.

Yo asentí con la cabeza.

Ross: ¿Te gusto?

Al instante mi piel enrojeció provocando que desviara mi mirada de su rostro.

Observé cómo Ross formaba con sus labios una sonrisa discreta pero no abrió la boca y esperó a mi respuesta.

Me armé de valor y lo miré a los ojos de nuevo.

Para ese momento, Ross ya había dejado de sonreír.

Asentí con la cabeza levemente mientras que me ponía más roja todavía.

Ross rió y se abalanzó sobre mí para abrazarme haciendo que cayera de espaldas en el colchón con él encima mía.

Sonreí con él y nos quedamos mirando a los ojos.

Ross: Te quiero, ____ -susurró para luego intentar besar mis labios.

Actué rápidamente y puse mis manos en sus labios evitando ese beso.

Quería ir despacio, lo necesitaba.

Nunca había estado en una relación, nunca había besado a alguien y nunca había dicho "te quiero", y mucho menos un "te amo".

Ross separó sus labios de mis manos y me miró confundido.

Ross: ¿Demasiado rápido? -preguntó alzando una ceja algo nervioso.

Asentí de nuevo con la cabeza algo tímida y dejé mis manos reposar sobre la cama.

Ross: Tranquila, lo entiendo -habló con una sonrisa tranquilizadora.

Se tumbó a mi lado y me abrazó escondiendo su rostro entre mi cuello y mi pelo.

No dudé ni un segundo en corresponderle.

Ross: Iremos despacio, ¿ok? Tú marcarás las pautas, es decir, llevarás los pantalones en nuestra rara relación -dijo haciéndome estremecer.

Solté una carcajada y me separé de él ya que necesitaba que me mirara.

"Entonces, ¿que somos ahora?"

Se encogió de hombros y habló de nuevo.

Ross: Amigos que sienten algo mutuamente, pero podemos decir que tenemos algo -explicó.

"Así que tenemos algo..."

Ross: Bueno... Solo si quieres, no te obligaré y... -lo interrumpí tapando su boca con mis manos y a la vez solté una pequeña risita.

Vi cómo reía también y saqué mis manos.

"Me gusta la idea."

Ross sonrió, tomó mis manos entre las suyas entralazándolas y juntó nuestras frentes haciendo que nuestras narices se tocaran.

Ross: Te quiero, ____ Owen...

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10 de Diciembre de 2018.

A Silent Voice | Ross Lynch & Tu • Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora