Historias de Hadas: Amour Gardienne [Eldarya]

#1

En la enfermería, Ewelïn estaba curando las heridas de Hela que no era sólo la del brazo, también parecía tener raspones y cortadas en las piernas

-Me caí y rodé colina abajo, así escapé del estúpido jabalí. Pero cuando pensé que ya había pasado el peligro, resulta que había otro cerca y corrí como loca hasta que pasé por encima de las setas "mágicas"- hizo un ademán de burla y sarcasmo cuando dijo mágicas, aún estaba en proceso de asimilar su situación.

-Un jabalí...¿Como esos animales de la tierra?- preguntó Ewelïn untándole ungüento en los raspones.

-Es, un animal de la tierra. Son unos monstruos de patas cortas que cuando corren furiosos hacia ti realmente intimidan, mucho- la cara de Hela estaba dominada por el dolor pero ni un chillido pegaba, esto hizo reír a Ewelïn. De verdad eran parecidas, ella y Gardienne.

-¿Y qué tienes en tu bolso?- preguntó la doctora con la mirada clavada en el bolso que la chica había rehusado quitarse.

-Cosas de mi mundo- Hela le dio una mirada cortante

-Soy enfermera y como te he dicho antes, lo que me digas no lo diré a nadie más- Ewelïn sonrió amablemente- sería bueno que hablaras de lo que te molesta.-

-Bueno, lo siento, pero yo no funciono así- se encogió de hombros- lo que si te diré, es que este lugar me tiene impresionada

-Lo imagino, la tierra debe ser muy diferente a Eldarya-

-Eso también, pero me refería a tu consultorio médico- Hela aún seguía con sus miradas furtivas y ceño fruncido, pero Ewelïn se sintió feliz de oír eso, en especial de boca de alguien que no parecía halagar a los demás todo el tiempo.

Kero las esperaba en la biblioteca, para explicarle a la humana sobre el funcionamiento de las guardias y lo básico de Eldarya. Él se impresionó bastante cuando conoció a Hela, pues el color de ojos y algunos rasgos eran como los de Gardienne. Al final del test de guardias, resultó ser de la guardia sombra y se negó en tener un familiar porque según ella, no se quedaría mucho tiempo.

Se le asignó una habitación estándar para humanos: colchón duro, cama a punto de deshacerse, una ventana (al menos) y las paredes de color naranja opaco. Hela torció un gesto- esto necesita un retoque urgente... Ya veré qué hacer- susurró.

En vez de entrar a descansar (porque así fuera en un colchón duro, ella no negaba que dormiría como una roca) se regresó a la biblioteca. Los analgésicos que le había dado Ewelïn para el dolor, la tenían un poco adormilada pero eso no evitó que abriera el primer libro sobre Eldarya que le recomendó Kero. Notó como al lugar le hacían falta textos que en su mundo abundaban y suspiró con pesar

-¡Con razón se quedaron estancados con la alquimia!- murmuró indignada, pero se sumergió nuevamente en aquél libro de historia Eldaryana

-¿Estancados? La alquimia es una ciencia bastante efectiva- Ezarel había entrado en la biblioteca, con una expresión de desgano.

-Prefiero mi ciencia, con ella podría trabajar más rápido. No estoy menospreciando la alquimia... -se interrumpió mientras pasaba una página- solo digo que debieron haber avanzado un poco más en vez de quedarse sólo con sus conceptos alquímicos, para nosotros, la alquimia fue la base para avanzar- los ojos de Hela se movían de una línea a otra con rapidez. Por la voz y lo que dijo, ella atinó en pensar que aquél era el especialista en alquimia que había pedido.

-Dices eso pero no has leído nada de alquimia, solo estás leyendo un libro de historia- bufó Ezarel

-La historia dice mucho de la ciencia, de cómo viven... De muchas cosas- pasaba las páginas rápido haciendo que el elfo dudara si en serio estaría leyendo. El elfo sonrió: ella tenía razón.