Cap. 25 -. Una dificil desicion

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Al llegar al hospital rápidamente internaron a Michiru, mi corazón latía desbocado, no sabía que esperar, no me querían dar ningún tipo de información por no ser familiar y me sentía realmente impotente ante tal situación, caminaba de un lado a otro con las manos sudando rogándole a Dios que todo saliera bien, que esto sólo fuera un susto y nada más.

Cuando Darién llegó al hospital entro pidiendo hablar con los médicos que la estaban atendiendo, ni siquiera me importó que no hubiera notado mi presencia, solo deseaba saber cómo estaba su hijo y yo claramente lo podía entender.

—. Hola, soy Darién Chiba la señorita Michiru es la madre de mi bebé ¿quiero saber cómo están? —preguntaba ancioso sudando por haber llegado corriendo.

—. El rostro del doctor se endureció, sus ojos se clavaron en Darién y le indico que pasarán a su oficina. — señor Chiba lamento ser yo quien deba darle esta noticia... —Darien pudo solo imaginar lo que pasaba y se sintió morir.

—. ¿Perdió al bebé? —pregunto temeroso de la respuesta.

—. No, aún no...pero debo informarle que la salud de la señorita Michiru está muy deteriorada, no hemos logrado que recupere la consciencia en cuyo caso tendremos que hacer cesárea...

—. Y bueno, aganla... —interrumpio al borde de la histeria.

—. ...no es así de fácil, temo que al realizar la cesárea alguno de los dos no sobrevivirá, si no sacamos al bebé podría perecer ya que se está quedando sin líquido amniótico, por otro lado la señorita Michiru tiene muy pocas probabilidades de sobrevivir a la operación, sus pulmones no están funcionando como debieran, lo lamento pero en este momento tiene que elegir entre ellos dos, si dejamos pasar más tiempo y esperamos a que ella reaccione para inducir el parto lo más probable es que el bebé no resista y si operamos ahora será ella quien no lo hará.

Darién se quedó mudo ante tal petición, ¿Como podían pedirle elegir entre ella y su bebé? Era algo imposible y obviamente no podría hacer una cosa así, no dijo nada durante un par de minutos, su mente quedó completamente en blanco sin poder articular palabra alguna.

—. No puedo dejar morir a uno, no puedo solo elegir entre uno y el otro, eso no es posible, tiene que haber alguna forma de salvarlos a ambos. —dijo casi suplicando.

—. Créame que si la hubiera, lo haríamos señor Chiba pero las cosas son así... Lamento mucho la situación en la que lo pongo, si usted no puede decidir tal vez habrá algún familiar que pueda hacerlo ya que tenemos el tiempo en contra...

—. Ella no tiene a nadie... Solo a mi... —Darien no pudo evitarlo más y ocultando el rostro entre sus manos dejo que la tristeza y sus lágrimas se apoderasen de su cuerpo.

El médico se sintió mal por la escena, suspiro y armado de valor le solicito a Darién una pronta respuesta.

—. Necesito que me diga algo señor Chiba la situación se complica con cada minuto que pasa, le daré un par de minutos para que lo piense, mientras iré a ver a la señora Michiru. Con permiso. —salio.

Darién salió de la oficina viéndose terrible, estaba pálido y con los ojos inundados en lágrimas, totalmente desconcertado y como no estarlo; no era una desicion que se pudiera tomar a la ligera, son dos vidas que ahora yacen en sus manos, se culpaba por lo ocurrido, —tal vez si hubiera estado con ella nada de esto habría pasado. —se decía así mismo.

Me acerque a él a paso tembloroso, él me vio pero esquivo mi mirada, parecía muy atormentado.

—. ¿Qué pasó? —pregunte con tanto miedo.

—. Tengo que elegir entre alguno de los dos, debo salvar a uno pero dejar morir a otro, Serena no sé qué hacer, no puedo dejar morir a ninguno... —lloraba y su llanto me partía el alma, quería con todo el corazón sacar de su pecho aquel dolor que lo estaba consumiendo.

—. Darién yo... Lo lamento, no sé qué decir...

—. No digas nada... —sin mirarme se alejó, parecía que mi presencia lo incomodaba, no quise seguirlo solo pensé en darle tiempo, lo que estaba pasando era lo peor del mundo.

Pasaron un par de horas más y Darién no había aparecido, solo supe que Michiru había entrado a quirófano pero nadie me podía decir nada sobre su estado o el del bebé, sentí angustia, miedo, impotencia y temor, no tenía idea de lo que Darién había decidido y me estaba atormentando, ví salir al médico y me acerque a él con la esperanza de saber que había pasado.

—. Hola... Disculpe doctor soy Serena yo fui quién trajo a la señorita Michiru al hospital, perdone pero quiero saber ¿qué pasó con ella? ¿Cómo está el bebé? —el médico me vio con desilucion en la mirada y movió su cabeza de un lado a otro.

—. Lo lamento... La señorita Michiru no sobrevivió a la operación, el bebé está bien pero ella no resistió... Lo siento mucho señorita.

Sin poder evitarlo deje correr por mis mejillas lágrimas de dolor, ahora entendía porque Darién no había regresado, quise ir con él pero el doctor me dijo que estaba arreglando el papeleo, aún así me sentí miserable por lo que había sucedido, el corazón se me rompió en mil pedazos, Michiru jamás conocería a su bebé, jamás lo vería crecer, jamás podría darle un beso y ese bebé jamás vería a su madre, jamás recibiría un abrazo de amor, imaginé el dolor que ese pequeño sentiría el día de las madres sin tener a quien darle un regalo, a quien abrazar y decirle "mamá", llore porque sabía lo que sentía perder una parte de ti...

El Amor es... tu y yo juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora