El Amor es... tu y yo juntos

Cap. 8 -. Algo exitante

Cada minuto que pasaba sola era más un tormento que otra cosa, quería en verdad sentirme mejor pero no podía, parecía que mi mente estaba decidida a quedarse en el pasado, pronto llegó la noche y mi estómago comenzó a pedirme alimento, me puse de pie y me dirigí a la cocina, prepare algo para cenar y me senté sola a la mesa, mientras miraba un poco de televisión devoraba mi comida, me sentía mal por la forma en la que trate a Darién, se que él solo quiere ayudarme, solo quiere ser mi amigo y lo acepto, pero... Pareciera que mi subconsciente no confía en nadie y prefiere poner distancia de por medio, aunque sienta cosas por él...

Mientras mis pensamientos divagan por mi mente escucho sonar repetidas veces el timbre de mi puerta, me pongo de pie y me dirigió a ella, miro por la perilla y quedó sorprendida, es Darién quien toca, lo pienso por un par de segundos -¿que hace aquí? -me sorprendo al notar que me pone nerviosa, las manos me sudan y las piernas me tiemblan, respiro profundamente y abro la puerta, él está empapado, parece que está lloviendo.

Darién me mira sin decir una sola palabra, sus ojos están rojos e inchados como los míos, ninguno de los dos dice una sola palabra, así sin darme cuenta él entra en mi casa y me abraza, levanta mi cara y me besa, no puedo explicarlo mi corazón se acelera, mis pulsaciones se disparan, sus labios saben a miel, saben a gloria, me dejo llevar, pareciera que tocó el cielo con los dedos, me olvidó del mundo...

Nos separamos tan solo para respirar profundamente, él me levanta en brazos y me lleva hacia el sofá de la estancia, sus besos bajan lentamente a mi cuello saboreando cada parte de el, cada célula de mi cuerpo pide más y no soy capaz de oponer resistencia a su tacto, sus besos son embriagantes como una copa de delicioso vino que cubre cada papila gustativa que exige aún más.

La ropa cae al piso, Darién baja su boca entreabierta a mis pechos, sus manos suben a ellos y los toman con delicadeza, siento su lengua rosar mis pezones que se endurecen al tacto, ¡oh Dios! Esto es exitante, cada parte de mi cuerpo se encuentra atrapada por el suyo, él baja hasta mi parte más íntima y saborea cada rincón de ella dejándome sentír lo tibio de su saliva que se escurre entre mis piernas, mis manos en su cabeza le marcan el ritmo a seguir, mi cuerpo se arquea con cada espasmo que se apodera de el.

Sin más demora, toma su miembro con una de sus manos y buscando mi cavidad se hunde en mi obligándome a soltar un gemido que hasta los mismos dioses envidiarán, miro su rostro y sus ojos están clavados en mi, sus manos en mi cintura ajustadas a mi piel, su pelvis no dejaba de moverse al ritmo de la mía, lo abracé aún más con mis piernas para sentir aún más su cuerpo pegado al mío, estaba tan exitada que no pude aguantar más y me corrí junto con él, soltando un gran gemido que retumbó en toda la habitación...

... De pronto desperté... ¡Estaba soñando! Me había quedado dormida mirando la televisión y pensando en él; mi respiración estaba agitada, estaba dudando y sin poder creerlo aún sentía los espasmos por el orgasmo que había tenido, mire a mi alrededor y estaba sola, me pregunté -¿que demonios paso? ¿Que fue eso? -recosté mi cabeza en el respaldo del sofá intentando recuperar el aliento.

Sonreí... Hacía mucho que no sentía algo así y tan solo había sido un sueño, ¿que estaba sucediendo conmigo? ¿Porque con Darién? ¿Que tenía él que me hacía sentir diferente?
El timbre sonó y me sobresalte, pensé en ese sueño, me puse realmente nerviosa, me levanté del sofá y camine a la puerta, mire por la perilla con temor a que fuera Darién, pero no era así; era Mina...

Abrí la puerta y sonreí para ella, me abrazo con fuerza preguntando por mi estado.

-. Bien Mina, pasa siéntate por favor.

-. Me alegra verte mejor amiga, quería darte más espacio pero... La verdad no pude, necesitaba verte y saber de ti...

-. Estoy bien; te lo prometo... -quise contarle de Darién pero creí que era mejor no hacerlo, no quería que comenzará con sus cosas, era preferible dejar todo así como estaba.

-. Andrew está preocupado también; ¿has hablado con él? -pregunto subiendo las piernas al sofá.

-. No, aún no pero lo haré te lo prometo, por ahora quiero disfrutar de la tranquilidad de mis merecidas vacaciones -sonreímos por lo comentario.

Platicamos por un par de horas hasta que Mina se despidió, ya era tarde, en cuanto ella se marchó me decidí a prepararme algo para cenar, termine y me di un baño, mientras estaba bajo las gotas de agua recordaba aún algo exitada ese sueño, cerré los ojos y fragmentos de el comenzaron a inundar mis pensamientos.

Comencé a extrañar pelear con él, Darién me hacía sentir mejor eso era seguro y yo... Yo solo quería volver a verlo.