Mi móvil sonó corrí para responder el llamado, mire el nombre en la pantalla y no voy a negarlo, me decepcione por un momento creí que tal vez era Darién que llamaba para ver como estaba, tome con pesar la llamada y conteste lo más natural posible.
-. Hola...
-. ¡Hey! ¡Qué demonios! Serena… maldición ¿como es que te fuiste anoche a casa? Estaba muy preocupado por ti, una chica me dijo que alguien te había ido a buscar y que te subió casi a la fuerza a su auto, te juro que casi llamo a la policía y de no haber contestado esta llamada seguramente lo habría hecho… ¡acaso estás loca! – Tom me gritaba al teléfono y yo tuve que separar la bocina de mi oído pues el sonido de su voz taladraba mi cerebro, la jaqueca que estaba teniendo me estaba quitando la vida y sumado a eso lo que paso con Darién era aún peor.
-. ¡Por favor no me grites! Estoy que muero en serio, Darién fue a buscarme, me trajo a casa y me dejo aquí, no te preocupes. – de pronto se quedó en silencio, no dijo una palabra más y ya sabía que es lo que preguntaría.
-. ¿Y que paso? ¿Hablaron? Que paso cuéntamelo todo… - parecía más una amiga que un chico, pero me hizo esbozar una media sonrisa por la forma en la que pidió saber todo.
-. No pasó nada, él… solo me dejo aquí y se fue… - baje la mirada y me senté en mi sofá acurrucando mis piernas.
-. ¿Pero y como supo dónde estabas? Eso no lo entiendo…
-. Yo le llame, estaba ebria y no pensé en las consecuencias, ¡demonios! Tom no debí hacerlo, ahora pensara que estaba perdida en alcohol por él…
-. ¿Y acaso no es así? Debiste decirle la verdad, tal vez las cosas hubieran sido diferentes.
-. ¡No! El solo fue porque le cause pena y lastima, además tiene novia recuerdas, no puedo meterme entre ellos…
-. ¿Y eso qué? Él te ama y tú lo sabes, pero bueno contigo no se puede razonar, en un par de horas salgo para Nueva York y llego hasta la próxima semana así que por favor no cometas más tonterías como la de anoche si… te quiero Seré. – Tom se iba y eso no me gusto, aunque sabía que era debido a su trabajo, era mi mejor amigo y se bien que lo extrañaría pero bueno la vida tenía que seguir aun si mi vida estaba estancada en una zanja.
-. Solo cuídate quieres… te quiero. Besos – colgué.
Me recosté en el sofá, no tenía ni gota de hambre y tampoco debía ir a trabajar, era sábado… me quede pensando por un momento en aquel delicado beso que Darién planto en mis labios o es que acaso lo soñé, acaricie mis labios con mis dedos y cerré los ojos para sentir por un instante su presencia a mi lado, lo amaba era así… y lo había perdido por no haberlo reconocido a tiempo, el miedo pudo más y la agonía de no verlo me estaba consumiendo, casi no comía y aunque me había recuperado mucho la única realidad que me aquejaba es que la felicidad que necesito no se encuentra a mi lado.
Me dirigí al baño y me di una ducha larga y tibia, Salí del baño y me vestí, quería salir, me coloque mis jeans azules y botas cafés, una blusa de algodón y una chaqueta a juego con las botas, acomode mis colitas y me puse perfume, cepille mis dientes y tome mis cosas junto con mi iPod, mis llaves y Salí de casa, Mina había viajado a ver a sus padres fuera de Tokio así que estaba sola, camine y llegue a ese parque, me senté en la banca aquella y me coloque mis auriculares y quede ahí pensativa, sentía el corazón roto y lo extrañaba más que nunca, oh Dios como puedo borrar este dolor que siento recorrer todo mi cuerpo – pensaba – esta agonía es tan injusta, la soledad de estar sin él cada día me está haciendo más daño.
Darién me veía desde lejos, él había ido al mismo sitio que yo pero al verme sentada en la misma banca detuvo su caminar y solo me vigilo de lejos, una lágrima resbalo por su mejilla, se sentía tan solo como yo, quería correr a mí y abrazarme, decirme que me amaba y que estaba perdido sin mí pero no lo hizo, aquellas palabras que le dije cuando se fue aun taladraban en sus pensamientos y ahora tenía a Michiru y le había propuesto matrimonio.
Sus manos ardían por tocar mi piel, sus labios por besar los míos, la cordura se estaba alejando y en el solo quedaba la necesidad de escuchar mi voz, añoraba tanto mi compañía aun si solo fuera un momento, los días para él eran una agonía sin mí, a pesar de estar con alguien más se sentía completamente solo, quería correr a mi lado.
De pronto vio como limpiaba mis ojos y supuso que estaba llorando, se preguntó cuál era la razón, jamás imagino que fuera él… tan solo él. Se acercó a paso lento hasta donde yo estaba, no lo había notado pero sentí una presencia detrás de mí, voltee a mirar y ahí estaba, con una media sonrisa, tan galante como siempre, con sus ojos color azul cielo, tan guapo como lo recordaba, baje la mirada de inmediato no quería que me viera llorar, Darién se sentó a mi lado y sin decir nada levanto con su mano mi mentón y seco mis lágrimas, nuestras miradas se perdieron en el vacío de nuestro amor, no podía apartar mis ojos de los suyos y de pronto ahí estaban de nuevo, un par de lágrimas que caían por mis mejillas él las vio y volvió a limpiarlas, se acercó aún más a mi peligrosamente debo admitir, sentía en mi rostro su aliento y moría por tocar sus labios con los míos.
Cerré los ojos y fue magia, un beso tan dulce y profundo, un amor que no había acabado, una historia que aun comenzaba, todo desapareció, nada más importo y yo ajena a lo que pasaba en el mundo subí mis manos a su rostro y lo pegue aún más al mío, sentí sus lágrimas entrar en mi boca, no quería que ese momento tuviera un final.
Nos separamos después de unos segundos y nos quedamos completamente en silencio, recordé entonces las palabras de Tom, voltee a verlo y estaba por decirle la verdad, esta verdad que cada día taladraba mi corazón exigiendo salir.
-. Darién yo… yo… te… - pero él me interrumpió antes de que pudiera decir nada más.
-. Voy a casarme… - esa frase me dejo perpleja, pensé que había escuchado mal.
-. ¿Qué? Vas a casarte… - volví a cuestionar para estar segura de lo que mis oídos habían escuchado.
-. Sí; Serena yo… lo siento. – en verdad debo admitir que me quede sin habla, no pude articular ninguna, sentía como si el mundo se estuviera derrumbando a mi alrededor. No podía dar crédito a lo que había escuchado, Darién se iba a casar…
-. ¿Y porque me besaste? A que estás jugando… - pregunte al punto del colapso, mis ojos ardían por las lágrimas que demandaban salir, sentía que el pecho me ardía y mis manos temblaban, sentí un nudo intenso en el estómago y no pude evitarlo más.
-. Perdón, es que estando junto a ti mi mundo cambia, yo aún te amo…
-. Me amas pero vas casarte con otra, es algo estúpido ¿no crees? – grite furiosa.
-. ¿Qué esperabas Serena, me alejaste… me pediste que te dejara lo recuerdas?
-. Baje la mirada llena de lágrimas y al fin lo dije - ¿Qué podía yo darte? ¡Que! Dime, yo… no puedo tener hijos ok, soy una mujer vacía, una mujer llena de conflictos, arrastro mil demonios que no me dejan vivir, me quede sola muy pronto, jamás nadie me dio amor, siempre me valía por mí misma, yo Darién… quería que te quedaras, que me ayudaras a creer de nuevo… quería que me enseñaras que aún existía alguna posibilidad de amar para mi… pero te alejaste, te fuiste y me dejaste sola y aun así, yo te espere, espere y espere por tu regreso, fui a terapia incluso, trabaje mucho en mi para que cuando regresaras todo fuera diferente y si lo fue… todo cambio, ahora más que nunca, te amaba y solo necesitaba que me ayudaras a entenderlo… - sus ojos se clavaron en mí, no podía creer lo que yo le decía, trato de tomar mi mano pero la aparte, mis pies dieron un paso hacia atrás, clave mis ojos en los suyos pero ahora con una mirada dura y triste e inmediatamente Darién sintió que su mundo se terminaba, no dije más y solo me aleje… me aleje con el corazón partido en mil pedazos.
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El Amor es... tu y yo juntos
Fiksi PenggemarSerena ah sido lastimada, se ah enamorado y le han roto el corazón, ah confiado y le han mentido, ah sonreído y ahora le ah tocado llorar, le ah tocado cambiar, le ah tocado dormir sola y preguntarse un sin fin de veces porqué? porque le ah pasado a...