El Amor es... tu y yo juntos

Cap. 31 -. Te necesito

Lo arruine, lo arruine todo por completo, eh alejado al único hombre que eh amado por miedo, por temor, él estaba ahí... Pidiéndome que lo amara, que le diera la oportunidad de estar cerca de mi, me pedía formar parte de su familia, formar un hogar a su lado y yo... Yo lo aleje, le pedí que me dejara y sé que aunque duele deberé vivir con ello para siempre, fui tonta y aunque moría por correr tras él no lo hice, me quedé aquí sentada con los ojos inundados en lágrimas, lágrimas que destrozaban cada célula de mi cuerpo, lágrimas que aniquilaban mi ser como millones de dagas perforando mi esternón y nada puedo hacer más que vivir con mi desicion.

Después de un par de horas cuando comencé a sentir el frío de la madrugada calando mis huesos me puse de pie y camine de nuevo a casa abrazando mis brazos con mis manos, sentí el frío de la arena en mis pies y sin más solo llore, llore tanto y tan profundo que no podía retenerlo, llore porque había sido fuerte y porque no quería perderlo, subí los escalones tan lentamente que podía escuchar el crujir de la madera, las luces aún estaban encendidas, limpie mis mejillas y mis ojos por los rastros de lágrimas que quedaban en ellos para que Mina no se diera cuenta de lo miserable que me sentía.

Abrí la puerta y la ví sentada en el sofá con las piernas arriba, una copa de vino blanco en una mano y su móvil en la otra, escucho el crujir de la puerta al cerrarla y me miró molesta, no sabía porque y eso me desubico un poco, se estiró y dejo su móvil y la copa de vino sobre la mesita de centro.

—. ¿Donde estabas? Te fuiste hace horas y por lo que veo algo pasó...

—. Fui a caminar un rato, necesitaba despejarme...

—. Mmm... ¿Solo eso? —pregunto curiosa, sospeche que ya sabía lo que pasaba de alguna manera.

—. ¿Porque lo preguntas? —pregunte nerviosa.

—. Hablé con Darién...

Me sorprendí por la confesión, ¿Como demonios lo sabía? Tal vez él fue a buscarme a casa, pero acaso ¿sabía dónde nos estábamos quedando?, Me senté en el sofá frente a Mina.

—. Como que hablaste con Darién ¿Porque? ¿En qué momento? —intentaba averiguar.

—. Me encontré a Darién antes de venir aquí, hablé con él y me dijo que aún te amaba, Serena me explico todo lo que pasó, como se sentía, eh visto cómo estás, tú también lo amas y estás dejando escapar la felicidad por tus miedos, miedos que estás permitiendo que rijan tu vida y no puedas ver lo que existe a tu alrededor, le dije que vendríamos aquí, él me pidió ayuda para acercarse a ti, hoy fue por ti mientras yo vigilaba a Regina pero regreso hecho mierda, lastimado y confundido por tus palabras.

Baje la mirada, no sabía nada de eso y realmente me hizo sentir mal, me odie nuevamente por lo que había hecho y aunque me arrepentía ya no habia marcha atrás, mis lágrimas volvieron a hacer acto de presencia y me derrumbe en el sofá, Mina se puso de pie y se acerco al ver lo mal que me sentía, se sentó a un lado y me abrazó para tratar de consolarme.

—. Lo Heche a perder Mina y ahora no sé qué hacer, pero este miedo que siento realmente me atormenta, me aterra lastimarlo, lastimar a Regina y a mi misma, lo siento... —llore como niña en sus brazos mientras ella acariciaba mi cabello con sus dedos para darme calma.

—. Jamás sabrás lo que habría pasado si no te arriesgas, Darién te ama Serena te ama como a nadie y lo que pasó nadie lo puede cambiar pero no puedes dejar que algo así te afecte por siempre, tomate un tiempo si es lo que quieres pero desde ahora te digo que de esperar más vas a perder a ese hombre.

Mina tenía tanta razón, me había convencido a mi misma de que esto era lo correcto y no era así, nuestro amor no podía terminar así, yo lo amaba y él a mi y no era justo dejar que el miedo nos separara, cada latido de mi corazón me pedía a gritos ir en busca de él y de su perdón, cada músculo de mi cuerpo exigía el toque de sus manos, no quería perderlo pero como podía buscarlo después de las cosas horribles que le dije, no tenía la cara para hacerle frente. De repente me di cuenta de lo miserable que se había vuelto mi vida, lo gris que parecía cada segundo de ella y que las únicas veces que realmente Fuy dichosa habían sido a su lado, incluso cuando le conocí, incluso cuando peleabamos aún en esos momentos era feliz, lo era porque él estaba en mi vida y recordé cada instante a su lado a partir del primer día en el que nos conocímos.

Mina me ayudó a ir a mi habitación, me recostó y me cubrió con las sábanas, acaricio mi cabello y no dijo más, me dejó sola pues sabía que lo necesitaba.

Darién se sentía echo mierda, jamás imaginó que al exponer su corazón yo pudiera hacerlo pedazos en tan solo un segundo, llegó a la habitación del hotel donde se estaban quedando con Regina en brazos, la pequeña dormía profundamente, la recostó en la cama y acaricio su mejilla delicadamente, de pronto las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y se sintió miserable, se pregunto ¿Porque le había hecho eso? Él quería ser fuerte, debía serlo por aquella pequeña que dormía a su lado, limpio sus lágrimas y se puso de pie, observó unos minutos por el cristal de su ventana y soltó un largo y profundo suspiro al recordar aquel día en el que nos conocimos, se undio en su dolor, después de un rato cerró las cortinas y se cambió de ropa, se recostó lentamente a un lado de su pequeña tratando de no despertarla, encendió la televisión sin prestarle atención solo pensando en mis palabras. "Quien te dijo que yo quiero formar parte de tu familia" eso lo calo hasta lo más profundo.

Lentamente se fue quedando dormido sin darse cuenta, despertó por el llanto de la pequeña que pedía su biberón y mientras lo hacía la miro detenidamente en sus brazos quedarse nuevamente dormida y sonrió levemente por tener ese pedacito de cielo que le daba fuerzas para salir adelante.