Cap. 5 -. Un chico irritable

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Darién se quedó pensando ¿cual podría ser la posibilidad de estar conmigo? De hacerme sentir mejor y demostrarme que aún quedaba vida en mi, pero yo... Yo me cerré por completo a esa posibilidad, la verdad era que no quería saber nada del amor, preferí encerrarme en la soledad, ¿que puede darme el amor? Hasta ahora la vida me había arrebatado todo...

Camine por las calles sola sin saber bien a dónde iba, lloraba como se me había hecho costumbre, claro... ¿Como puedes superar los recientes acontecimientos tan rápido? No; no se puede, son sentimientos que se quedarán plasmados en mi vida por siempre, tal vez aprenda a vivir con el dolor pero nunca podré borrarlo.

Darién se puso de pie e igual que yo camino a casa inmerso en sus pensamientos, no tenía idea de porque le atraía tanto aunque fuera tan complicada, se preguntaba si en algún momento vería una sonrisa honesta en mis labios.

De pronto me di cuenta que estaba perdida, me había sumergido tanto en mis pensamientos que no note que había tomado una calle equivocada, al doblar una esquina me tope de frente con otra persona caí al suelo por el golpe, al levantarme alce la vista para comprobar que bobo había sido tan despistado que me había tirado. Con gran sorpresa note que era Darién con quien había chocado.

-. Perdona no te ví, hola Serena discúlpame. — dijo ayudándome a ponerme en pie.

-. Tendrías que fijarte por dónde caminas no crees? — solté bruscamente su mano, sin dar las gracias.

-. Tranquila, sabes; esto de discutir contigo me está gustando... — dijo guiñándome un ojo.

-. Por alguna razón su comentario me hizo esbozar una sonrisa mentalmente — pues no te cruces en mi camino y así evitaremos discutir, ¿es que acaso me estás siguiendo? — pregunté con altanería y una mano en la cintura.

-. Mmm... Déjame ver; a menos que tú vivas en mi edificio no lo creo, o tal vez seas tú quien me siga a mi — su altanería me pareció divertida, él tenía ese poder de hacerme olvidar de todo y aún así sin conocerlo.

-. No; no te seguía yo... Venía distraída y me pase algunas calles del lugar donde vivo, pero... Pero ya me voy, adiós... — me di la vuelta para irme, cerré los ojos y apreté los puños maldiciendo para mis adentros por haberlo encontrado de esa manera.

-. Ya me estoy acostumbrando a verte escapar de mi... ¡Cuídate Houdini! — lo escuché reír a carcajadas y mis labios esbozaron una enorme sonrisa por causa suya.

Darién me miró alejarme a sancadas del lugar mientras sonreía por haberme encontrado de nuevo, él sabía perfectamente que yo no estaba bien pero las complicaciones en mi vida lo atraían aún más a mi, quería conocerme y adentrarse en mi mundo para llevarme a un lugar nuevo en el que pudiera ser feliz.

Llegué a casa y cerré la puerta a mis espaldas, mi respiración estaba acelerada, me deje caer a suelo para calmar y recuperar el aliento, que era lo que tenía ese chico que me ponía así? Me hacía enloquecer, me hacía enojar al grado de querer golpearlo. por primera vez... sonreí; dejando salir una gran y ruidosa carcajada que causó estruendo en mi nuevo departamento, ese chico era un caso.

Después de mi inusual momento de locura, me puse de pie, me dirigí a mi cuarto, busque una pijama en mi closet para ponerme y me di cuenta que no había ido a la lavandería, levanté los hombros como diciendo "ni modo iré mañana" tome un pantalón viejito y una playera, me metí a la ducha y me di un rápido baño, salí y tome el control remoto de la televisión, la encendí y puse una película por suerte estaban transmitiendo "la boda de mi mejor amigo", adoraba esa movie, fui a la cocina y prepare un rico chocolate y unas galletas, la verdad no tenía mucha hambre, tome mi cobija y me acurruque en el sofá a disfrutar de mi cena y la movie. Sin darme cuenta me quedé profundamente dormida, tuve una pesadilla que me hizo sobresaltarme, pienso que aún mi sique emocional está dañado, me levanté, apague la televisión y lleve los trastos a la cocina los dejé sobre la barra y me diriji a mi cuarto, me lave los dientes y me acosté en mi cama, mire al techo por un buen rato, instantáneamente una de mis manos acaricio mi vientre plano, desee que las cosas hubieran sido diferentes, una lágrima resbaló por mi mejilla, pase lo que pase creo que nunca podré reponerme...

Me di la vuelta y me quede en posición fetal, sentí la soledad apuñalar a mi alma, desee tanto que mi madre estuviera conmigo, no tenía a nadie... Estaba sola, sentí que siempre había estado sola, el silencio en la habitación era incomodo, solo podía escuchar mis pensamientos y para ser sincera no ayudaban mucho a mi caso.

Poco a poco cerré mis ojos y me quede dormida nuevamente esperando que el día de mañana sea un poco menos doloroso que el día de hoy...

El Amor es... tu y yo juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora