Engañando Al Sistema De Dios: El Villano Escoria

ARCO3.6

En medio del bosque congelado, en la falda de las frías montañas nevadas, un hermoso hombre de túnica blanca y cabello plateado caminaba lentamente por el largo sendero de piedra. Sus pasos eran delicados y bellos, como si sus pies no tocaran la tierra; y en ese hermoso rostro sin igual, un par de fríos ojos mantenían su típica indiferencia. En sus manos blancas como el jade más fino, se encontraba una hermosa cítara azúl, que combinaba perfectamente con el color cielo de sus ojos.

(Zheffora: Este párrafo casi sonó como un poema...)

El hombre mantuvo un rostro sin expresiones, solo se concentró en caminar silenciosamente. En el lugar, lo único que resonaba en sus oídos era el crujido de las hojas al ser movidas por el viento.

La tranquilidad reinó en el lugar, hasta que de repente, el hombre de cabellos plateados detuvo abruptamente sus pasos.

El viento silbó, y antes de que se diera cuenta, una larga espada de plata apuntaba directamente a su garganta. El brillo en el arma era siniestro y congelaba el corazón de cualquiera que lo viese, pero ese no fue el caso de Tao Xi, el cual solo sonrió levemente mientras hablaba, sus palabras estaban lejos de regañar a la otra persona.

"Lin'er, eso no estuvo del todo mal, pero la próxima vez asegúrate de no ser descubierto, este maestro notó tu presencia a 50 metros de aquí"

El joven frunció el ceño mientras movía los labios, "Shizun es muy hábil, lo he intentado miles de veces pero al final siempre soy descubierto"

El hombre soltó un risita, "Mocoso, aún eres joven, tienes mucho tiempo para aprender"

El apuesto joven escuchó eso y no pudo evitar sonreír, su sonrisa era hermosa hasta el punto de dejar sin aliento a la gente.

Tao Xi también sonrió, levantó la cabeza y observó al hermoso adelescende parado frente a él. Ya habían pasado cinco años y actualmente Xuan Lin estaba a punto de cumplir los 16 años de edad, ahora incluso había llegado a ser más alto que su propio maestro, lo cual entristeció un poco a Tao Xi. Este mocoso se había convertido en un hombre condenademente apuesto, sus rasgos eran afilados como una espada y sus ojos, que antes ya eran considerados hermosos, ahora eran simplemente irresistibles.

Además, Tao Xi se sintió muy aliviado, se suponía que Xuan Lin despertaría su poder como demonio soberano en cuanto cumpliera los 15 años, pero ahora su discípulo estaba a puertas de llegar a los 16 y aún no mostró ningún rasgo del sanguinario emperador demonio que sembraba el caos y el terror a donde quiera que fuese.

Ah, su esfuerzo no fue desperdiciado, Xuan Lin había crecido para ser un hombre noble y de corazón puro, un santo en todo el sentido de la palabra.

Ahora sólo faltaba menos de dos años para el inicio de la reunión de los inmortales, si Tao Xi lograba conseguir la espada del 'Ojo Divino' de las manos de Yan Qingyue, entonces la vida de su discípulo no correría peligro. Fuera de eso, Tao Xi estaba seguro de que el talento de Xuan Lin no perdía contra el del protagonista, ya que a una tierna edad de 15 su discípulo estaba a puertas de convertirse en un santo y entrar en el Reino de los inmortales.

Pensando en esto, Tao Xi se secó las lágrimas de orgullo que casi cayeron de sus ojos, ¡Oh, su discípulo era el mejor! ¡Este maestro estaba tan orgulloso! Miles de pensamientos parecidos giraban en la cabeza de Tao Xi, ya que en su corazón, Xuan Lin era una blanca flor de loto sin ninguna contaminación.

Xuan Lin, quien se encontraba a su lado, de alguna manera pudo entender los pensamientos de su Shizun y no pudo evitar sentir el peso de la culpa carcomiendo su corazón. Sabía mejor que nadie la imagen que Xue Shen tenía sobre él, así que no pudo evitar lamentarse...