El día en el que su madre murió, fue el inicio de su desgracia. Su madre concubina era una mujer hermosa y de corazón honesto, alguien que siempre llevaba una sonrisa en el rostro. A Wei Xihan le gustaba ver la sonrisa de su madre, de alguna manera sentía que esa sonrisa cariñosa era una luz cálida que llenaba el vacío siniestro en su corazón. Sin embargo, la madre que tanto amaba yacía inmóvil en el interior de un ataúd de madera, a su alrededor se encontraban muchas personas, entre ellos el emperador y algunas de sus concubinas.
Los ojos de Wei Xihan fueron opacos mientras miraba la sonrisa en el rostro de la emperatriz y el príncipe heredero. Sabía perfectamente que ese par de madre e hijo tuvieron algo que ver con la muerte repentina de su madre. Al principio pensó que podía hablar con su padre y resolver el problema, pero después de ver el ceño fruncido del emperador y el claro disgusto en sus ojos, el corazón del niño que en ese entonces solo tenía seis años, fue empañado por una sombra oscura que se ocultó en la parte más sombría de su ser.
Wei Xihan vió con sus propios ojos como el emperador, su padre, le lanzaba en la cara el edicto con la orden de arrojarlo al Palacio frío y quitarle su título como príncipe. El pequeño cuerpo de Wei Xihan fue arrastrado por los guardias del Palacio, sus ojos nunca se apartaron del pergamino que aún rodaba por el piso.
Miró el rostro oscurecido del emperador y luego volvió la cabeza para ver a las personas que también se encontraban allí. Sus oídos captaron los murmullos llenos de burla de la gente, la cara de la emperatriz y el resto de los miembros de la familia real se reflejaron en sus ojos. Una vez más, aquella sombra que se encontraba oculta dentro de él, volvió a crecer.
...
Esta vez, Wei Xihan se tumbó en el piso y miró inexpresivamente el techo de la habitación. Ahora se encontraba encerrado en el unico lugar abandonado por la familia real, el Palacio frío en el que condenaban a los traidores. No sabía cuánto tiempo había transcurrido desde que llegó a este lugar, las paredes estaban desgastadas y el techo tenía varias goteras. La lluvia en el exterior nubló todos los sonidos a su alrededor, lo único que podía escuchar ahora era el suave e irregular suspiro que escapó de sus labios. El par de ojos azules, que alguna vez brillaron con alegría e inocencia infantil, casi se habían apagado.
Wei Xihan extendió sus manos y miró su pequeña palma blanca como la nieve, su rostro no tenía expresión, pero solo él sabía que en realidad tenía un nudo en la garganta y las lágrimas estaban a punto de salir de sus ojos.
Pero sin importar cuanto tiempo pasara, el niño pequeño se negó a llorar.
El pequeño Wei Xihan se enderezó y se sentó tranquilamente en el suelo, giró la cabeza y observó el paisaje lluvioso en el exterior. El brillo en sus ojos desapareció y solo dejo atrás una oscuridad perpetua a la que estaría condenado una gran parte de su vida. La sombra que se implantó en su corazón desde hace mucho tiempo, ahora se había expandido hasta consumirlo por completo.
Una luz rojiza parpadeó en sus ojos, el odio y el resentimiento en su mirada fue suficiente para helarle la sangre a cualquier persona.
...
Tiempo más tarde, un niño delgado y harapiento merodeaba por los rincones del Palacio imperial. Sus brazos que eran tan flacos como una rama sostenían tres panes mohosos que había recogodo de la basura. Se suponía que este era el alimento que los sirvientes habían dejado para los animales, pero inesperadamente terminaron cayendo en las astutas manos del ahora reconocido como el príncipe abandonado del Imperio Fénix.
Wei Xihan sonrió para sí mismo mientras trepaba a la cima de un árbol y se sentaba en una rama. Balanceó sus pies de un lado a otro, cogió un pan y se lo metió en la boca. Naturalmente, el sabor no era muy bueno, no, lo correcto sería decir que sabía tan mal como para provocar náuseas, pero para alguien como Wei Xihan, quien no había comido nada en los últimos días, fue un aperitivo verdaderamente delicioso.
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Engañando Al Sistema De Dios: El Villano Escoria
RandomTras haber ocupado el papel del segundo líder masculino durante varios miles de años, Tao Xi por fin pudo ocultar sus pasos y librarse de las cadenas que lo ataban al Sistema de Dios. ¡Ya no tendrá que soportar ser asesinado por un estúpido hijo de...