Sentado en el sillón de terciopelo, se encontraba un joven con un gran libro rojo entre las manos. Las cortinas cubrían las ventanas, dejando que la oscuridad reinara en la habitación. El fuego bailaba en el interior de la chimenea eléctrica, las tenues brasas carmesí se parecían a las luciérnagas que volaban libremente por las noches. El ambiente era oscuro y sombrío, pero al joven en el sillón no parecía importarle en lo absoluto. La luz del fuego iluminó las profundidades de sus ojos, su mirada era tranquila mientras permanecía inmóvil en el mismo lugar.
Tao Xi apoyó la cabeza en una de sus manos y observó inexpresivamente el fuego dentro de la chimenea.
Habían pasado varias horas desde que comenzó a leer el libro de la Federación que su hermano le había traído. Tuvo que admitir que las personas de este tiempo tenía un vasto conocimiento en robótica, cada párrafo enfatizaba el correcto uso y funcionamiento de una armadura mecha, así como también el deber de cada maestro que los controlaba.
La armadura mecha fue seguramente uno de los inventos más grandes de la humanidad, incluso antes del reconocido DREAM-Xin.
La tecnología y la habilidad se fortalecieron a lo largo de todos estos años, la raza humana dejó de ser débil para convertirse en una de las más fuertes del universo. Pero la fuerza resultó ser un arma de doble filo, era el escudo que los protegía contra las advertencias, pero al mismo tiempo también era la espada que amenazaba con matarlos y ponerle fin a su existencia.
El manejo de mechas se convirtió en una herencia para todos los humanos, en su mayoría Alfas. Un Alfa de cuerpo completo podía manejar a un mecha imperial y destruir un ejército en minutos, un Alfa que podía pilotear a un mecha clase divina solo tenía que mover la mano para hacer temblar la tierra y partir el cielo por la mitad. Las habilidades de manejo eran idénticas a los manuales de cultivo en los tiempos antiguos, solo que en lugar del Qi interior se utilizaba la energía mental. Pero a parte de poseer una vasta extensión de energía también era necesario tener un cuerpo duro como el diamante, o de lo contrario, la presión ejercida dentro del mecha superior sería suficiente como para convertir a alguien en una masa de carne.
Esa era la razón por la que sólo los Alfas y un pequeño grupo de Betas podían pilotear mechas. En cuanto a los Omegas... se podría decir que en todo la historia nunca se los vió manejar un mecha.
Hasta este punto, Tao Xi no pudo evitar reírse un poco. Se preguntó que clase de expresión tendrían las personas si descubrieran su pequeño secreto. Según sus cálculos, faltaba poco para llenar el primer lote de energía mística en el tatuaje de Diyu Hua en su muñeca, una vez que la adsorción se completara, podría pedirle a 002 que mejorara su cuerpo.
La razón por la que Tao Xi decidió reponer su fuerza fue para evitar el desastre que ocurriría poco después de que el protagonista Omega llegara al planeta capital. A inicios de la trama, se escribió que uno de los espías Orco seguiría secretamente al protagonista Omega y lo engañaría para que lo ayudara a ingresar silenciosamente a Edd-thar, sin alertar a la Federación.
Una vez completada la primera fase, los Orcos comenzarían a monitorear a todas las personas de la ciudad. Sus espías seguirían ingresando hasta que finalmente, por cosas del destino, uno de ellos llegó a hacerse pasar por un funcionario de la Federación interestelar. Los planes del ejército fueron filtrados por el espía, esto provocó una tremenda recaída en las fuerzas cuando la guerra entre humanos y Orcos estalló una vez más.
Si mal no recordaba, en esta parte de la historia, fue Liu Zhouqing quien descubrió al espía mientras este rodaba documentos en la oficina del patriarca. Antes de que la noticia se extendiera por toda la Federación, el espía aprovechó esta oportunidad y de alguna manera logró hecharle la culpa a Liu Zhouqing, aunque no lo acusó directamente, sembró la sospecha en el corazón de todos los oficiales.
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Engañando Al Sistema De Dios: El Villano Escoria
RandomTras haber ocupado el papel del segundo líder masculino durante varios miles de años, Tao Xi por fin pudo ocultar sus pasos y librarse de las cadenas que lo ataban al Sistema de Dios. ¡Ya no tendrá que soportar ser asesinado por un estúpido hijo de...