Oculto entre las ramas de un árbol, Wei Xihan escondió su presencia y observó a su maestro mientras permanecía en silencio. Su par de ojos sombríos se posaron en las pálidas manos de este último y sus cejas de arrugaron instantáneamente. Hace un momento, cuando Dong Moshui se encargó de derribar al hombre de mediana edad, Wei Xihan notó que las vendas alrededor de su brazo comenzaban a teñírse de rojo. La sensible nariz del Rey del infierno captó el leve olor a sangre que flotaba en el aire, su corazón se apretó y el pánico se apoderó de él.
Observó fijamente el rostro sereno de su maestro y la amargura que sentía se multiplicó. Aunque la expresión de Dong Moshui no había cambiado, Wei Xihan pudo ver claramente las gotas de sudor que se acumulaban en su frente, además, la mano con la que sostenía el pincel comenzaba a temblar, como si toda su persona sintiera frío.
Un brillo asesino cruzó la mirada de Wei Xihan, dirigió su atención hacia el lugar en el que habían arrastrado al hombre lascivo hace unos minutos, sus labios se curvaron en una sonrisa cruel.
... Ya que se atrevió a lastimar a su maestro, ahora pagaría las consecuencias.
Aunque pensaba eso, Wei Xihan sabía perfectamente que de todas las personas, él era el único que en verdad había lastimado a su maestro. Por un momento llegó a pensar que sería mejor dejar libre a Dong Moshui y desaparecer definitivamente de su vida, pero, incluso si lo negaba hasta muerte, él seguía siendo un ser humano, naturalmente era egoísta. No le importaba la opinión de su maestro, ni cuánto odio guardaba contra él, Dong Moshui fue el regalo que Dios le dió después de haber experimentado una vida trágica y dolorosa, así que absolutamente nunca permitiría que el hombre dejara sus manos.
Wei Xihan nunca se consideró a sí mismo como una buena persona, si quería algo lo conseguirá sin importar cuanto tiempo o esfuerzos le tomasen. Esta criatura envidiosa y desalmada era él, Wei Xihan, el Rey del infierno, un hombre de corazón frío al que no le importaba la vida humana, aunque claro... desde hace algún tiempo, la única excepción fue su maestro.
🔹🔹🔹
Tao Xi, quien no era conciente del trágico destino que lo esperaba, actualmente trataba de tragar el coagulo de sangre que subía por su garganta. Después de haber intentado concentrar su energía espiritual para poder deshacerse de aquel hombre, su núcleo, que fue destruido por Wei Xihan, sufrió otra ruptura. Las heridas dejadas por Ying Lou empezaron a picar, incluso en esta clase de clima frío, Tao Xi sentía claramente como la sangre mojaba sus vendas y se deslizaba por su piel.
Su rostro ya blanco se puso pálido como el humo de un cigarrillo, aún así la tranquilidad en sus pupilas se mantuvo inmóvil y sin cambios.
Su rostro bello fue acariciado por las frías corrientes de aire y la nieve en sus pestañas hizo que sus ojos se nublaran. El hombre joven se sentó en el taburete frente a un largo pergamino de papiro blanco, sus dedos delgados y delgados se aferraron con cierta fuerza al pincel de madera mientras que las hebras suaves se mojaban en el líquido rojo.
En un momento desconocido, sus mangas se movieron y el pincel comenzó a bailar en la superficie del papel. Cada movimiento era como la danza de una mariposa, encantador y elegante, pero al mismo tiempo frío y distante como la nieve al caer del cielo. Trazos escarlata se enredaron entre sí, la pintura roja sangre se veía siniestra pero llena de un sentimiento peculiar que cautivaba el corazón de todo aquel que la veía.
Al poco tiempo, árboles y flores se formaron lentamente bajó el juego de manos del joven pintor, estaban hechos de un solo color pero se veían tan reales como para ser arrebatados y traídos a la realidad. Montañas, lagos y aves nacieron uno tras otro, sus rasgos, sin importar cuan diminutos fueran, se crearon tan bella y minuciosamente que dejaron sin aliento al resto de los pintores.
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Engañando Al Sistema De Dios: El Villano Escoria
De TodoTras haber ocupado el papel del segundo líder masculino durante varios miles de años, Tao Xi por fin pudo ocultar sus pasos y librarse de las cadenas que lo ataban al Sistema de Dios. ¡Ya no tendrá que soportar ser asesinado por un estúpido hijo de...