ARCO4.4

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Tao Xi notó que alguien lo estaba mirando con ojos destellantes, primero levantó una ceja sin comprender, pero después de unos minutos un repentino estallido de culpa endureció su cuerpo. ¿El pequeño no estará pensando que él era valiente, verdad? ¡Eso es porque él es un zombie! ¡Ya estaba muerto, a qué le tendría miedo! Para ser honesto, si Tao Xi no hubiera tomado el papel del Rey zombie, seguramente ya hubiese salido corriendo hace mucho tiempo. Bueno, ahora se había convertido en padre, dar una buena impresión a su hijo era algo que preocupaba a la mayoría de los padres primerizos, así que por el momento, Tao Xi tenía que engrosar su cara y fingir no haberse enterado de nada. Si el pequeño quería idolatrarlo, entonces que así sea.

Mientras tanto, los zombies ya habían roto las ventanas, los fragmentos de vidrio volaron por todas partes, produciendo sonidos cada vez que chocaban contra el suelo. Otros destrozaron el seguro de la puerta principal, se arrastraron por el piso mientras producían gruñidos y gemidos apagados.

La expresión de Li Xing se volvió grave, cogió su arma y se dirigió a sus compañeros, "¡Todos vayamos a la puerta trasera, no podemos con todos ellos!"

Los jóvenes asintieron rápidamente, sujetaron sus mochilas y corrieron a la parte trasera del centro comercial. La horda de zombies les pisaba los talones. Para ganar tiempo, algunos de los jóvenes comenzaron a derribar estantes, los productos se regaron por el suelo, impidiendo el movimiento de los zombies. El corazón de todos se había enfriado, como si un cubo de hielo les hubiera caído encima. Al final no lograron obtener provisiones, pero por lo menos permanecerían vivos para intentar en otro lugar.

Li Xing llegó a la puerta trasera, sacó una pistola y disparó en el picaporte, la cerradura se rompió y la puerta se abrió instantáneamente.

"¡Rápido, ustedes primero, vayan a los autos!" La voz fuerte de Li Xing apresuró a todos.

Viendo como sus compañeros salían para ponerse a salvo, Li Xing suspiró con alivio. Pero después de un momento, su cara comenzó a palidecer muy lentamente. Barrió su mirada en el rostro de las personas que cruzaban la puerta, pero sin importar cuánto examinara, no encontraba al hombre que estaba buscando. El corazón de Li Xing por poco saltó a su garganta, movió la cabeza y miró hacia atrás, no pasaron ni dos segundos antes de que sus ojos se abrieran de par en par.

Él aún estaba en su lugar...

El apuesto joven de cabello negro y tez pálida no se había movido un solo centímetro. Sus brazos aún sostenían al niño, sus ojos profundos y carentes de luz permanecían iguales. En ese rostro impecablemente bello no se encontraba emocion alguna, solo una solitaria indiferencia que parecía no poder desaparecer. Los no-muertos pasaban de largo, ninguno le hechó la más remota mirada, era como si el joven fuera invisible para ellos.

Li Xing estaba en trance, tanto que no se dió cuenta de que los zombies estaban a punto de abalanzarse sobre él. Sus ojos castaños siguieron fijos en la figura del joven, por un momento su corazón se sintió inestable. Pero fue ahí, cuando Li Xing se percató de que el joven se había dado la vuelta, esas profundas cuentas negras lo miraron fijamente, sin pestañear una sola vez.

"¡Hermano Li! ¡¿Qué haces?! ¡Date prisa!" Gritó un joven alto mientras arrastraba a Li Xing fuera del centro comercial.

Li Xing no se resistió, su mirada permanecía perdida, incluso respirar le resultaba difícil. Era él... estaba completamente seguro, ¡Ese hombre era Dibei Chen! Pero... ¿Por qué fingió no conocerlo? Además, ¿De dónde salió ese hijo? ¿Aún lo odiaba por haberlo abandonado?

Muchas preguntas giraron en la cabeza de Li Xing en esos pocos segundos. Antes de que se diera cuenta, ya había sido arrojado dentro del automóvil, uno de sus compañeros encendió el motor y rápidamente desaparecieron a lo largo de las calles.

Engañando Al Sistema De Dios: El Villano EscoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora