Capítulo 5. Un par.

118 6 0
                                    

          —¡Feliz navidad mi amor!—exclamó la señora Janseen a su hija.

          —Feliz navidad mamá.

Una reunión formal se dio en casa de los Janseen, la habitación principal estaba repleta de la familia de Génesis rodeando de abrazos a todos los presentes por las 12:00 de la madrugada que indicaban que la navidad había llegado.

Charlie conversaba con los primos más cercanos a su chica, la charla se dirigía a importantes negocios e inversiones de los trabajos de cada uno, resaltando los próximos pasos a seguir. 

          —Es muy guapo—cuchicheaban las primas en un rincón.

Las palabras llegaban hasta los oídos de Génesis, que en lugar de enfurecer reía por las actitudes de las chicas bobeando por su esposo. Ninguna disimuló lo mucho que les interesaba cruzar palabra alguna con él por pequeña que fuese, sólo para escuchar su atractiva y ronca voz.

          —Elegiste bien—dijo una tía acomodándose a su costado, examinando a Charlie de pies a cabeza.

          —Lo sé.

          —¡Todos a la sala! el intercambio espera—gritó la señora Janseen al público.

Los invitados rodearon el lugar, los chicos se dispersaron para buscar cada uno a sus parejas sin excepción alguna. Las chicas en el sillón nunca despegaron la vista de Charlie que caminaba directo a buscar a Génesis.

          —¿Gen?—preguntó al instante.

          —¿Sí?

          —Tengo que darte algo

          —¿Qué?

Charlie se posó detrás de su amada, le recogió el pelo y le colocó un collar que contenía una piedra preciosa.

          —Es bellísima.

          —Es la estrella rosa, creí que te verías más hermosa con ella, pero me equivoqué. Tú eres hermosa de todas formas posibles.

          —Yo también tengo algo para ti.

De uno de los bolsos del suéter guinda saco una pequeña caja rectangular, adornada con un moño dorado brillante. Génesis estiró su mano para pedir la palma de Charlie, cuando él se la entregó dejo la caja sobre sus dedos y le sonrió.

          —Espero te agrade, es algo sencillo.

Charlie destapó la caja encontrándose con una pulsera bordada con sus iniciales unidas a las de Génesis, un detalle hecho completamente a mano, que combinaba con el intenso color verde de sus ojos.

          —Me encanta, ¿podrías ponermela?

          —Sí.

Génesis se acercó para acomodar la pulsera en la muñeca de Charlie. Mientras lo hacía él se le quedó viendo, embelesado por su rostro que mostraba un gesto serio tratando de abrochar los hilos que tenía el regalo, primero se concentró en sus ojos, los vió brillar y sonrió. Después pasó por su nariz hasta llegar a sus labios, a los que cada que miraba deseaba tocar con los propios.

          —Listo—comentó levantando la vista.

          —Bésame.

          —¿Qué?—preguntó desconcertada y sonriendo.

          —Ya.

Génesis se acercó lo suficiente para tocar sus labios, los rozo una y otra vez y hubiese seguido haciéndolo de no haber sido por una de las primas curiosas que los rondaban.

Mi buen amor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora