❣24. Mi cama, sus normas

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-...vamos a hacer las paces, ¿te parece?

-Sí, joder...yo...mil gracias. De verdad que me arrepiento mucho de haberte dicho esas cosas tan horribles, no volverá a suceder, te lo prometo.

Me acerco a Jungkook con una sonrisa enorme.

-No sirve de nada guardarnos rencor, somos buenos amigos, ¿no? -nos fundimos en un abrazo, y me despido de él con jovialidad.

Vuelvo a tener a mis dos amigos de vuelta, y a Taehyung esperando en el aparcamiento.

-Mi madre no está en casa.

El trayecto es corto, y una vez entramos en casa, no tarda en empotrarme contra la puerta.

-Me has dejado muy necesitada en clase, no debería de darte el privilegio de besarme -murmuro en sus labios-. Eres un cabrón, como vuelvas a hacer eso te juro que...-

-¿Qué? -se aparta con una sonrisa burlona, apoyando su peso en sus brazos a los lados de mi cabeza, haciéndolo lucir como un chico malo-. Si estás muriéndote por que te bese...

Tiro de su nuca hacia mí, y vuelvo a besarle desesperadamente, comenzando a notar otra vez mi excitación. Muerde mi labio con fuerza, y eso me hace gemir de forma involuntaria.

-Ven -su voz dominante causa estragos en mis bragas, y abro los ojos para ver sus brazos abiertos aguardándome. Enredo mis piernas en su cadera, y sus manos no tardan en sujetar mi peso por mis muslos-. ¿Has visto lo duro que estoy?

Niego mordiéndome el labio con deseo.

-¿No? -dice burlón-, ¿y ahora? -mueve sus caderas hacia adelante, dejándome sentir su erección en mi estómago, pero sigo negando.

-A lo mejor es un gatillazo, le puede pasar a cualquiera... -murmuro inocente.

-Oh...ya veo, me estás tomando el pelo.

Sube las escaleras hasta mi habitación sin dejar de toquetearme el trasero o de morderme el labio, y se sienta en el borde de mi cama todavía conmigo encima.

-Túmbate en mi regazo -echo la cabeza hacia atrás para mirarle un poco sorprendida-. ¿No querías jugar? Pues vamos a jugar -la sonrisa que esboza está llena de promesas lujuriosas, y destiñe sexo por todas partes. Así que no tardo en obedecer su comando, tumbando mi abdomen y parte de mi pecho sobre sus piernas.

-Mírate, toda una sumisa ante mí -acaricia mi pelo de forma reconfortante, y baja sus caricias por mi espalda hasta llegar a mi trasero-. ¿cuánto ha pasado desde la última vez que te toqué? Veo en clase cómo te excitas tan solo con ver mis manos, no te tengo que recordar lo que ha pasado hace unas horas...

-Tae... -sale más un suspiro que una palabra.

-Te propongo un trato para hacer más divertido el juego -una de sus manos se enreda en mi pelo, y tira de él hacia atrás sin delicadeza-, si no gimes absolutamente nada y te portas como una buena niña...tal vez acabes siendo el postre.

Asiento todavía con su agarre en mi pelo, más excitada que nunca. Comienza a dejar besos en mi cuello, humedeciendo todas aquellas zonas erógenas por las que su boca pasa, y su mano sube mi falda.

Me baja las bragas sin vacilar, y pronto estas quedan en mis piernas. Estruja mis nalgas tomándose su tiempo y mirándolo con adoración, (algo que no puede faltar en el manual de cómo ser un hombre) y no prestando atención a la parte que más lo necesita.

Siento mi excitación pegajosa entre mis muslos de una forma que ya me comienza a incomodar debido al calor, y alzo mis caderas en busca de sus dedos, pero tira más fuerte de mi pelo.

War of hormones ; kth, jjk [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora