❣23. Agilidad karateca

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Yeori

-Ya sé que me usaste como puta de compañía, ¿pero qué necesidad había de hacerlo? Me refiero a que...podrías haberte ahorrado la mentira.

-No te usé como puta de compañía -hago una pausa-. ¿Te molesta que nos vean como pareja? -sincronizar el respirar y hablar cada vez se me hace más dificultoso dado el esfuerzo físico de mi cuerpo.

Tae se queda en silencio, centrándose en controlar su gestión de oxígeno, un movimiento inteligente que me hace reafirmar el porqué él puede correr el calentamiento de educación física sin morir ahogado.

Pero también sé que la rojez de sus mejillas no es solo por la moderada carrera, sino por el giro romántico de la pregunta.

-Alguien está nervioso -canturreo entretenida con su reacción-. Se me hace extraño que te avergüences por nuestra relación puramente política y no cuando me pides que te chupe la...-

-¡Yeori, ponte un filtro, joder!

-Tendrías que estar preocupado por cosas como el beso con Jimin, ¿no te molesta que me haya besado? -a los pocos segundos me comienzo a arrepentir de haber preguntado eso; porque sí, sé que le gusto, pero mi pregunta ha sido demasiado intrusiva-. Nada, no he dicho nada.

Intento adelantarle en la carrera, pero me coge de la muñeca con delicadeza pero a la vez con firmeza.

-Escucha -me gira hasta mirarle y me da una pequeña sonrisa cómplice antes de bajar su mano y coger la mía-, ahora que sabemos nuestros sentimientos respecto al otro, todo funcionará mejor y con más facilidad -da un apretón reconfortante en mi mano-. Y no me molesta lo de Jimin, porque tú no le correspondiste. No me siento traicionado ni mierdas de esas.

-Además...-

-Además -continúa por mí-, apesar de que a los ojos de los demás seamos pareja, no lo somos.

Siento un pinchazo en el pecho al oír la cruda verdad salir de sus labios, pero lo intento disimular asintiendo.

-QUÉ HACÉIS PARADOS, A CORRER

-Joder macho, así no se puede -murmura mirando de reojo a la profesora-. Sígueme, que todavía no hemos acabado de hablar.

Me lleva al escondite de detrás de las gradas y se sienta. Cuando voy a sentarme a su lado, pone la mano en el asiento para evitarlo y palmea su muslo. Todavía un poco decaída por su declaración realista, me siento encima suyo y apoyo la cabeza en su pecho en un intento de desaparecer.

Menuda mierda de vida amorosa que tengo, joder qué ganas de llorar.

¿Por qué reacciono así aún sabiendo que no somos nada?

¿Y por qué reivindico tanto la independencia cuando estoy tan prendada de él?

-Tu silencio me está dando muy mal rollo -noto su voz vibrar en su pecho y cierro los ojos para disfrutar la sensación, y para evitar lagrimear-. Oye, no me dejes hablando solo -noto cómo suaviza su voz antes de levantarme la barbilla-. Abre los ojos.

-No -niego a la vez que aprieto más los párpados. Vuelve a hundir mi cara en su hombro y comienza a acariciarme la espalda de forma calmante.

-No quiero que estés triste, siento si he sido muy insensible.

-No lo has sido.

-Yeori, es cierto que no somos pareja, pero no quiero que te pienses que follo con una mujer diferente cada noche...

-La estás cagando -disfrazo mi miseria personal de humor.

-Déjame acabar -apoya su mentón en mi coronilla, un gesto dolorosamente íntimo que me da ganas de abrazarle, así que lo hago. Le noto sonreír-. No soy ese tipo de hombre, tanta propaganda feminista me ha mantenido educado a lo largo de los años para tratar a las mujeres con el respeto que se merecen, eso te lo debo a ti.

War of hormones ; kth, jjk [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora