Capitulo 7

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El sol brillaba a su máximo esplendor. El cielo estaba totalmente despejado y el azul más bello significativo del día. Camino hacia un matorral donde las hojas cubren el cielo y la luz del sol atraviesa las ramas y las sombras en el suelo acompañadas de millones de puntos de luz. Me esperan, no logro ver quien es. Al pie del árbol hay un mantel y una canasta con frutas, emparedados y refrescos en lata. Terminamos de comer. Me toma de la mano y me lleva a mi automóvil, yo conduzco, atravesamos al carretera. Llegamos frente al lago, nos estacionamos, bajamos, y nos sentamos a la orilla del agua, vemos como el sol se oculta detrás de las verdes e inmensas montañas, logró escuchar un leve susurro, "Te Amo".

Despierto en una habitación donde la única iluminación es un bombillo de luz azul que cuelga del techo, todo fue un sueño, hermoso, y me sentí triste por no ser realidad. Recuerdo perfectamente el sueño e incluso cualquier canción romántica me lo recuerda.
Estaba solo, sin nadie más, me senté en el suelo y miré el colchón con los resortes salidos en el cual había despertado. Y recuerdo en ese instante a Nicolás, y comienzo a gritar su nombre una y otra vez, pero nadie respondía al llamado; no sabía donde estaba, cuanto tiempo estuve inconsciente, pero sabía porque. Bonito 25 de diciembre por la mañana, sin saber de nadie más, solo de mi.
Vuelvo a despertar 26 de diciembre, hambriento, sucio, con varias cucarachas pequeñas haciéndome compañía. No sabía que hora era, abrieron la puerta y me dieron una caja que contenía en su interior un jugo de manzana y 2 emparedados con pollo en su interior. Mi comida del día.

27 de diciembre, empiezo a escuchar mucho ruido.

-CÁLLATE!. Gritó alguien, abrieron la puerta y era Nicolás. Tenía la nariz rota y sangrante, varios moretes en la piel y un ojo morado. Levanté su camisa y tenía marcas de lo que parecían haber sido golpes con algún cinturón. En las piernas quemaduras con colillas de cigarrillos. Estaba llorando, lo tomé entre mis brazos e intenté calmarlo, y se quedó dormido. Nos dieron la misma comida que yo comí el día anterior, emparedados y jugo. Al parecer, Nicolás no había comido nada en 2 días, absolutamente nada, le di mi comida y me quedé hambriento durante ese día, solo me importaba él en ese momento.

28 de diciembre, el papá de Jordan entró a la habitación, con varios cortes en su piel, ojos vendados y manos atadas. Él no tenía nada que ver con el negocio y ya éramos 3 en la habitación, era como una película de terror del subgénero thriller criminal+Slasher.

Yo: ¿señor Montenegro? ¿Por qué está aquí?
Señor: mi esposa quería más dinero, cuando me di cuenta de sus negocios y tratos con esos sucios hermanos, me secuestraron y aquí estoy.
Yo: es una tradición antigua en esta ciudad que las esposas jueguen con sus maridos. ¿Recuerda a los padres de la joven Helen?, ellos comenzaron la tendencia.

Platicamos toda noche hasta quedarnos dormidos.

29 de diciembre, alguien subió hasta la habitación sucia en la cual estábamos, un hombre abrió la puerta. Lo recordaba perfectamente, recuerdo cada vez que se encerraba en el sótano, cuando le hacían daño al joven Diego. Era mi padre, el biológico.

Él: hola querido hijo.
Yo: ¿Porqué haces esto?
Él: te amo hijo, y estás aquí por tu propio bien aunque no quieras aceptarlo. Ellos te alejaron de mi. Tu madre murió y tu abuela cuidó del negro hasta que escapó.
Yo: tú no eres mi padre, me hiciste ver, escuchar cosas que nunca en mi vida desearía volver a saber. Hiciste mucho daño a un inocente. Tú mataste a Jordan ¿cierto? ¿CIERTO?
El: sabía mucho, iba a delatarnos, a nosotros y su madre quería callarlo. Investigué tu pasado hijo, Moises e Isaías eran tus amigos, o al menos uno más que tu amigo. Ellos trabajan en el casino por qué quieren, lo asesinaron porque les convenía, uno acusado por pedofilia, y el otro pues, bueno, quería salvo a su hermano.
¿Pensaste que fuiste el primero y último con quien estuvo Moises?
No, él merece morir porque jugó contigo, con mi hijo.

Al terminar esa frase, un hombre entró a la habitación, con una correa en sus manos, Moises estaba atado como perro.

Él: Nadie le hace daño a mi hijo.

En ese instante sacó una pistola, y le disparó en la sien.
El silencio y un leve zumbido invadió mis oídos.

Él: viste lo que pasó, sabes porque tengo que hacer lo mismo contigo ¿cierto?

El hombre saltó sobre mi padre y comenzó a golpearlo.

-HUYAN!.- gritó, y esa voz era la de Isaías, por un puñetazo en la cara, su máscara salió volando y lo vi, ayudándonos, salimos de la habitación, corrimos a través del pasillo, bajamos las escaleras.

-Las evidencias, vamos por ellas.- dijo el señor Montenegro mientras tomaba mi brazo.
Al terminar sus palabras se escucharon varios golpes fuertes a través de las paredes y luego varios disparos. Quedamos inmóviles frente a nuestra salida, tomé un atizador y subí a la habitación, mi padre estaba muerto, varios disparos alcanzaron su cara, y 2 disparos en el torso de Isaías; cuando bajé cargando a Isaías, Nicolás estaba llamando a la ambulancia, hice presión en las heridas de Isaías. Me miró a los ojos y me dijo:
-Javier, discúlpame por lo que hice. Disculpame por haberte mentido, por haberme alejado de ti, por haber matado a tu amigo. No quería perder a mi único hermano.
- Perdóname tú a mi, por no habértelo dicho frente a frente como mejores  amigos, por no tenerte confianza, por haber llegado a esto. Todo es mi culpa.
- No te culpes, fuiste, eres y serás mi mejor amigo hasta en la muerte. Te perdono.
- Yo también te perdono.- respondí mientras él cerraba lentamente los ojos. - NO TE VAYAS POR FAVOR, grité desesperadamente.
-Aún no muero, solo siento los párpados cansados- respondió con una leve risa.

La ambulancia llegó rápido y lo llevó a urgencias donde mis padres lo cuidaron varios días, y en casa yo permanecía con los gemelos, que habían regresado de la universidad para pasar vacaciones en familia, y con Arnaldo.

La noche del 29 de diciembre, la policía  encontró el celular y la USB a medio quemarse. Les entregué mi laptop ya que había hecho copias de respaldo por si algo pasaba con los originales. La señora Montenegro fue llevada a prisión. El juicio se llevaría a cabo el 31 de diciembre.

Nicolás y yo éramos tendencias en la ciudad. Habíamos resuelto un caso, el señor Montenegro nos entregó una cantidad de $7000 a cada uno por haberlo ayudado a él y a Jordán.
Alberto, Adriana y Ruth llegaron luego de la entrega del dinero.
Ruth me abrazó y dijo:

-Qué felicidad que mi hijo tendrá un maravilloso papá.
-Espera, ¿estás embarazada?
-Siii, Sorpresa!

Comenzó a saltar y comenzó a salir sangre de entre sus piernas.

-Al parecer ya te vino la regla.- dije y se fue avergonzada de casa, pensaba que estaba embarazada, si comprendo su estrés por tener varios días de retraso, pero no siempre es por un embarazo.
Regresó avergonzada a pedirme una disculpa, subimos a mi habitación, con palomitas de maíz y varias bolsas de gomitas y pasamos varias horas viendo películas hasta quedarnos dormidos, una gran terapia con buenos amigos, solo faltaba Isaac, pero estaba con sus abuelos.

La mañana del 30 de diciembre, uno de los gemelos entró a mi habitación:

-Javi, tengo que decirte 2 cosas.
-¿cuales?
- La primera es que las identidades de los que estuvieron involucrados en el asesinato de tu amigo fueron reveladas.
La segunda es que, tu amigo Isaías murió en la madrugada.

Esa semana perdí 2 amigos, y sentí que fue toda mi culpa.

LUJURIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora