Capítulo 26

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¿Qué nos quedaron?
Únicamente recuerdos de una dura, ardiente, pero épica juventud, los cuales en mis momentos de soledad, son aquellos que me mantienen vivo porque son huellas de las verdaderas amistades las que tengo en mi corazón.
Cada risa, cada pelea, cada lágrima, cada broma, cada noche de películas y cada puto momento al lado de ellos es inolvidable y no hay fuerza en este mundo que reemplace a mis verdaderos amigos, han estado para mi desde que tengo memoria, o desde que comenzó una nueva y emocionante parte de mi historia, han sido protagonistas en las hojas que recubren mi alma.
Hemos tomado malas decisiones y caminado a través de caminos muy oscuros pero siempre estamos el uno para el otro con el propósito de encontrar la luz, y tocar sus corazones dorados.
Aveces quisiera desnudar mi tristeza y hacer que se convierta en una puta sin límites cuyas noches convierta en diversión eterna, pero estoy en cenizas. Extinto.
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La última vez que escuché las ramas crujir, estaba haciendo un trío en un campamento durante mi primer año en la universidad. 2 chicas, un 1 chico, una de mis experiencias heterosexuales.
No quiero distraerme contando mis historias sexuales porque ya habrán más.
El chiste es que volví a escuchar las ramas crujir mientras arrastraban a Nicolás en el bosque. Nos llevaron bajo unos matorrales, encendieron una fogata, nos ataron a Nicolás y a mi.
Mariano le pegó muy fuerte a Raquel en la cara y quedó casi inconsciente, mientras Luis estaba recogiendo ramitas para alimentar la fogata durante la noche, Mariano desgarró la camisa de Raquel, desabrochó su sostén y mordió sus pechos de una forma grotesca, le dio la vuelta, puso un pie sobre su espalda y se desabrochó el pantalón, se lo quitó también a Raquel, y solo podíamos ver cómo la poseía salvajemente a escondidas de Luis:
-Estuvieras probando este tremendo trozo de carne Hermanito.
-Tú no eres así Mariano.- respondí.
-Tú no eras un imbécil bisexual que acude al sexo para solucionar sus problemas, Estuvieras cogiéndotela ahorita mismo si no hubieras impedido que arruináramos sus vidas en la boda, ¿eso querías no?

-¿dé que hablan?.- dijo Nicolás.
-¿no le has dicho querido Javi?- dijo mientras gemía.- Tu querido ex-novio quería arruinar tu boda por haber arruinado su vida, y acudió a nosotros, ah, y por cierto, todo este tiempo no fuiste ningún emperador, fue una mentira completa, fueron manipulados mis amores.- y eyaculó.

-¿QUÉ HICISTE?.- le gritó Luis a Mariano dejando caer las ramas.- ¿SABÉS LO QUE NOS HARÁN SI SE ENTERAN?

-¿quienes se enterarán?.- pregunté.
-Para los que trabajamos.- respondió tembloroso Luis.

-Ya cálmate, no es para tanto.- dijo Mariano
-¿CÓMO QUE NO?.- dijo Luis mientras levantaba a Raquel y la cubría con una cobija. Luis era el mismo, tenía miedo, era la única diferencia, pero algo cambió dentro de Mariano, ¿con qué los habían estando controlando?

A la mañana siguiente lo primero que vi al abrir los ojos fue una mujer, cuyo cabello era largo, lacio, y muy muy negro, llevaba puesto un traje negro con una capa roja, y no pude ver su rostro, llevaba puesta una máscara que le cubría totalmente el rostro, ni los ojos se podían ver. Los gemelos se volvieron muy sumisos ante su presencia y en ese momento supe que era ella quien tenía el control, quien nos manipuló, quien nos mintió, la responsable de nuestras desgracias. Sus uñas estaban cubiertas por cobertores largos y afilados de metal con diamantes incrustados.

-TÚ NOS HICISTE TODO ESTO.- gritó Nicolás.
-No mi amor, de lo único que fui responsable fue de ser el impulso que necesitaban para hacer lo que tanto querían hacer pero que lastimosamente ustedes mismos se lo impedían, por miedo, por cobardes.- y comenzó a caminar hacia mi.

-Solamente quería ayudarte, ser ese impulso una vez más querido Javier, pero mira lo que causaste al intentar salvarlos, ¿querías deshacerte de ellos por el daño que te causaron?, pues déjame decirte que estaba muy dispuesta a ayudarte, pero lo estropeaste, me traicionaste, no te he guardado rencor por todo lo que me hiciste, por todos los planes que estropeaste.-

LUJURIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora