Capitulo 16

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Amaba demasiado a Nicolás. Me sentía demasiado feliz estando a su lado, compartir con él cada segundo. Cuando no estábamos juntos me desesperaba por tomarlo de la mano, por verlo, por sentirlo, por acariciar su cabello y mejillas; me desesperaba no sentirlo cerca de mi. Cada momento, cada beso, cada mensaje, cada palabra proveniente de él, tenía y actualmente aún tiene un significado importante en mi vida, Nicolás no solo me enseñó a amar, me enseñó a vivir.
Era ese tipo de amor que te consumía totalmente.

Llegó el día de la tan esperada graduación. Ese día, el tercer sábado del mes de junio, mi familia estaba preocupada por el paradero de mi querida hermana Mónica, igual yo estaba preocupado pero, tenía mis propios asuntos también, no es por ser egoísta pero no quería ser un inconveniente más en ese momento de tanto estrés.

A primeras horas de la mañana, fueron nuestros actos de graduación, donde nos entregan nuestros certificados y probablemente medallas, en efecto, gané 2 medallas, 1 por excelencia académica y la otra por buen rendimiento deportivo; el discurso del día, impartido por Celia:
-Hoy, todos aquí reunidos damos por finalizada una etapa más de nuestra vida y al mismo tiempo comenzamos una nueva. Este ha sido un año con sus altas y bajas, buenos y malos momentos, hemos perdido, hemos amado, pero por sobre todo, este año ha sido épico, no solo miremos el lado negativo, miremos el lado positivo, que estamos aquí reunidos y honrando a quienes no están hoy con nosotros. Bienvenidos a una nueva era de nuestras vidas.

Luego nos dirigimos al comedor y tuvimos un almuerzo en familia. La familia de nuestros vecinos, los Villarreal y La familia de Ruth nos acompañaba, mientras que la familia de Nicolás estaba aparte, alejada de nosotros. Fui a hablar con Nicolás:

-¿cómo estás?
-Bien ¿y tú?
-Todo bien, ¿cómo la estás pasando?
-Todo va bien, gracias ¿y tú?
-Igual, ¿quieres venir con tu familia con nosotros?
-Tenemos que irnos, igual Gracias.
-Oye, Nicolás, no sé si quieres salir con nuestros amigos más tarde, antes de la fiesta.
-Te avisaré.

Y se fue. Todo había cambiado demasiado, ya no éramos los mismos y ni siquiera sabía si él aún me amaba, y tenía miedo que ya no lo hiciera, realmente tenía mucho miedo.

Nuestras vidas habían cambiado y después de esa noche cambiarían por mucho tiempo.
La noche de la graduación, fui al hospital a ver a Enrique, quería saber cómo estaba pero sido trasladado a la ciudad de las rosas; luego fui a casa de Giselle y la encontré antes de irse:

Yo: ¿no irás al baile?
Giselle: Estamos todos en peligro aquí
Yo: ¿por qué tan segura?
Giselle: Desde que la mamá de Jordan fue acusada por asesinar a su hijo, tráfico de drogas la ciudad se convirtió en un criadero de ratas y tú lo sabes, estuviste involucrado.
Yo: no es cierto.
Giselle: Jordan visitaba a tu hermana por que ella tenía comunicación con su madre y Mónica traicionó a la mamá de Jordan así que intentó matarla, a ella y a Enrique.
Yo: ¿qué quieres decir?
Giselle: alguien tiene más poder que ella.

En ese instante, subió a la camioneta y se dirigió devuelta a la ciudad.

Alberto, Adriana, Ruth y yo llegamos juntos al baile, juntos de nuevo pero incompletos.
La música estaba a todo volumen y los chicos vestían muy elegantes y realmente disfrutaban la última noche de sus vidas escolares, terminaron una etapa y se alistaban para comenzar una nueva.
A las 10:30pm, Nicolás llegó con un chico, Eddie, estaban juntos y en la entrada se dieron un beso, y mi cuerpo se llenó de celos pero tuve que controlar, me calmé y comenzamos a bailar como nunca lo habíamos hecho, fue realmente divertido.
Ruth se acercó a mi, y comenzamos a bailar juntos:
-hace mucho no hacemos esto.- Dijo y luego me besó y Alberto comenzó a bañarnos con cerveza, pude olvidar a Nicolás ese momento, creí superarlo, pero vi que estaba involucrado en una pelea, mis amigos fueron detrás de mi; intenté separar a Nicolás de su contrincante y lo único que me dijo:

-DÉJAME EN PAZ JAVIER, YA NO TE METAS EN MI VIDA.

-Te amo aunque tú no a mi, si me meto en tu vida es porque quiero que estés bien, ¿recuerdas mi promesa? Estaré para ti a pesar que no quieras, a pesar de la distancia.- respondí y me quedó viendo fijamente, salí del lugar y logré escuchar que me llamaba a lo lejos. Crucé la calle, él estaba al otro lado. Cuando intentaba cruzarse, una camioneta cortó el paso, y me secuestraron, recuerdo escuchar a mis amigos gritar y recuerdo haber visto la expresión de terror en el rostro de Nicolás.
No sabía si era mi último día de vida, no sabía donde iba, no sabía que esperaba. No supe cuánto tiempo estuve inmerso en la oscuridad.
Me levantaron y me llevaban esposado, me quitaron el saco de la cabeza y ahí estaba el señor Montenegro, estaba golpeado y tenía una cara de espanto cuando me vio.

-Perdí a mis hijos Javi, los perdí, mi esposa me amó al principio y vivimos más de 20 años de puros engaños.- y siguió lamentándose toda la noche y podía sentir la tristeza y decepción en sus palabras, pero pude sentir algo más, trataba de despedirse, él estaba listo para morir esa noche, estaba listo para dejar todo y comenzar en un punto del cual no había retorno, y luego pensé lo mismo:
-Mis padres biológicos eran unos monstruos
-A Will y a Edith les costó amarnos.
-Había perdido a Nicolás
-Había perdido a mi hermana dos veces y no supe cuidarla
-Perdí a Jordan para siempre y no lo cuidé, no estuve para él esa noche.

Luego, una de mis muchas interrogantes tuvo una respuesta, al otro lado de la puerta pude escuchar una voz, la misma voz que me había acompañado toda la vida.
Mónica.

LUJURIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora