KURO: Mirando a las Estrellas [SHEITH]

*~Fervor~*

Amaneció. 

El color azafranado entraba por la ventana semi-abierta del cuarto de Shiro, quien dormía finalmente  unas cuantas horas seguidas. 

El calor del sol saliente lo hizo abrir los ojos, su única mano acarició el muslo de Keith sobre el que estaba recostado. Alzó la mirada hacia arriba, y lo vio sentado, recargado contra el respaldo con los ojos cerrados y los labios ligeramente abiertos. 

Shiro volvió a recostarse en su regazo, sintiéndose protegido. 

El calor en su pecho era el que invadía su cuerpo esta vez. Se quedó unos minutos más en esa posición, tomando con su única mano, la mano de Keith que antes había acariciado su  cabello. Tenía la piel maltratada, todo lo que el chico había vivido en soledad lo ignoraba, ojalá pudiera conocerlo tan bien como su cuerpo lo hacía. 

Las sensaciones que tenía cuando estaban cerca, nunca las había sentido desde que despertó del coma. Estar con Keith le dio unas horas más de sueño, le dio la seguridad que necesitaba. Si hubiera pasado una noche más en soledad, seguro se habría  vuelto loco. 

Finalmente se incorporó hasta quedar sentado, se puso de pie y caminó  hasta la ventana, cerrando las cortinas para que sólo entrara la cantidad de luz necesaria. 

Keith había dejado la cocina limpia, y a un lado del microondas, unos vasos con sopa instantánea. Shiro sostuvo uno de estos y lo miró antes de llevar la vista hacia Keith desde la cocina... Una sonrisa se le escapó repentinamente. Se encontraba mucho más tranquilo con compañía. 

Aunque no tenía apetito, decidió calentar dos vasos con sopa, les puso un cubierto, y fue de nuevo hasta la habitación, tomando asiento a la orilla del colchón. 

Keith estaba tan pacífico que no quiso despertarlo... La imagen de su sonrisa mientras corrían al caza lo hizo sonreír. Keith tenía una sonrisa hermosa, seguro lo sabíay por eso no la mostraba tan seguido como desearía. 

Sin que Shiro pudiera evitarlo, el menor se removió mientras abría los ojos y se estiraba aún bajo las sábanas. 

-Buenos días-. Saludó Shiro llevando su mano hasta el cabello obscuro del otro, quien le mostró una sonrisa, como si nada pasara, como si estuvieran viviendo sus mejores días aunque todo se estuviera derrumbando poco a poco. 

-Buenos días, Shiro-. El joven también se incorporó un poco cruzando las piernas. -Te ves mucho mejor. ¿Cómo dormiste?

-Mejor que otras noches-.  masculló.

-Me alegra-. Keith miró hacia la sopa instantánea sobre la mesita de noche. -¿Hiciste el desayuno?-. Bromeó entre risas. 

-Algo así, anda, come algo. 

-No voy a comer nada si tú no comes-. Esta vez, Keith hablaba enserio. 

-Comeré, lo prometo.

Al fin tuvieron una mañana en paz, los dos juntos luego de un mes de pesadillas. Shiro sorbía la sopa con sus labios, mientras Keith lo miraba sonriente, e imitaba sus acciones. 

La mañana hubiera sido perfecta si tan sólo la mente del mayor no se hubiera encargado de torturarlo una vez más. 

Aquella sonrisa en sus labios disminuyó mientras aún veía a Keith... Bajó la mirada hacia el vaso que tenía sostenido entre sus rodillas y dejó salir un suspiro tembloroso. 

-¿Todo está bien?-. Escuchó a Keith hablar. 

Shiro no respondió al instante. Tardó un tiempo en pensar sus palabras, hasta decidirse.