veinticinco "Se fue"

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Esa noche cuando volví a casa algo andaba mal, las luces estaban encendidas, pero el auto de Fabi no estaba, tranquilo Juan me calme capas salió a comprar algo. Pero a la casa le faltaba ese brillo, ese color, ese calor que le aportaba ella. Simplemente se había marchado, no había dejado una nota nada. ¿Qué mierda hice mal?, ¿la trate mal?, tenía millones de preguntas en mi cabeza y ninguna respuesta, bueno había una, se había cansado de mí, nunca me llego a querer ni un poco yo fui el idiota que me enamore de ella, de su frescura, de su juventud. Bingo ahí está el causante de todo, su edad, soy casi 15 años mayor que ella pero me había segado la sensación de plenitud a su lado que olvide que eso sería un impedimento en algún momento y el jodido momento había llegado.

El primer mes desde que Fabi se fue yo estaba hecho polvo, apenas iba a trabajar no tenía ánimos de nada, había sentido la felicidad en carne propia y me la habían arrebatado como algo que no merecía conocer. Beber se había convertido en mi rutina, ya no iba a los asados con mis amigos y apenas hablaba con Pablo, que cuando se dio cuenta de mi estado de ánimo trataba de pasar día por medio a verme o vigilarme no lo sé. Después de casi dos meses me pude recomponer y volver a ser yo. Y con eso me refiero al Juan de antes de ella, el otro Juan solo podía serlo con ella a mi lado cosa que no iba a pasar.

- Buen día Juan- me saludo Ro cuando entre por el vestíbulo

- Hola Ro algo importante para hoy- pregunte antes de encerrarme en mi oficina

- Los pedidos están en tu escritorio, y llamo Diego pidió que lo llames– asentí con la cabeza y me adentre en la oficina.

Una vez que revise cada uno de los pedidos, se los despache a Rocio para que los muchachos empezaran a prepararlos por orden de importancia. Cuando termine todo me dispuse a llamar a mi sobrino. Respondió casi al tercer tono.

- Hola tío- me hablo

- Hola hijo ¿en qué lio te metiste que necesitas de tu tío?

- ¿Qué te hace pensar que necesito algo?

- ¿Entonces?- pregunte divertido

- Bueno si necesito algo- sonreí aunque él no me podía ver, lo conocía bastante bien.

- Eso es obvio sino no me pedís que te llame un miércoles a las 9 de la mañana, ¿y ahora que es lo que queres?

- ¿El sábado vas al asado con papá y los muchachos?

- ¿Por qué?- pregunte

- Necesito tu casa

- Y eso es ¿Por qué?

- Porque quiero hacer una pequeña fiesta y en tu casa no molestaría a nadie, aparte papá no tiene por qué enterarse para que no se ponga en modo padre protector.

- ¿a quién queres impresionar?- le pregunto divertido

- Se llama Guadalupe y es una hermosura.

- Okey hijo veo que hago el sábado pero tenés la casa.

- ¿sabías que sos el mejor?

- Si dale cómprame que soy del campo- lo escucho carcajearse

- Me voy tío ya entro a trabajar después hablamos ¿sí?

- Dale hijo cuídate.- y corto la llamada, me gusta complacer a mi único sobrino, que acuda a mí porque sé que Pablo es bastante jodido, pero también sé que quiere lo mejor para su hijo.

Me quede pensando en que mierda iba a hacer el sábado, no estaba preparado para ver a los muchachos, iban a preguntar y no tenía ánimos de contar mi pequeña y corta historia con Fabi, aparte sabía que ninguno iba a ver bien esa relación ya que ella tendría la edad de sus hijos o hijas, mierda hasta tenía la edad de Diego… ¿en que estaba pensando? Iba a ser mejor que me olvide de ella.





El sábado había quedado con Rocio que iba a ir a cenar a su casa, como amigos pero ambos sabíamos lo que eso significaba. Rocio era una pelirroja muy linda, de curvas pronunciadas, estaba a punto de cumplir 33 años y era madura e independiente, podía hablar con ella de cualquier cosa, aunque sabía que ella estaba interesada en mí no podía darle estabilidad emocional, solo podía ofrecerle sexo sin compromiso y eso ella lo sabía, no era la primera vez.

Estábamos cenando pasta que ella había cocinado, hacía tiempo que no comía algo verdaderamente casero y la pasta estaba realmente sabrosa, charlamos un buen rato y le conté lo que estaría pasando en mi casa en estos momentos.

- Espero que a Diego no se le vayan las cosas de las manos.

- Él es prudente para ser joven.

- Si pero está en mi casa- le remate a lo que solo sonrió

- No seas aguafiestas Juan, seguro a su edad eras terrible.

- Solo un poco- conteste

- Sabes que te podes quedar acá si queres- me dice alzando una ceja- así no le arruinas la fiesta a tu sobrino.

- Gracias Ro

Terminamos de comer, y levantamos los platos y los lavamos entre charla y charla, después nos dirigimos a ver una película, no hace falta explicar lo que paso con ella, porque fue solo sexo, diferente a cuando lo hacía con Fabi, con ella era especial, mierda otra vez pensando en ella, ni siquiera me podía concentrar en la pelirroja que dormía desnuda a mi lado, mire mi reloj que daba las 6 de la mañana, sin pensarlo me salí de la cama, me vestí y salí del departamento de Rocio, agarre mi moto y me fui a casa. Me sorprendió llegar y ver todo limpio y ordenado y a un Diego completamente dormido en el sillón de casa. Asique sin hacer ruido me fui a dormir, nunca había podido dormir en otro lado que no sea mi casa.


Sálvame (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora