Treinta "a golpes de puño"

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Me había estacionado en la vereda de enfrente de la antigua casa de Fabi, habíamos discutido de que yo podía comprarle lo que quisiera pero ella insistía en que tenía sus cosa y que no quería que la mantenga, que ya era mucho con que vivía en mi casa y no aportaba nada. Me daba bronca que diga que vivía en mi casa cuando ella sabía bien que era nuestra casa y no me molestaba como ella decía mantenerla, pero aun así, decidió ir por sus cosas, y me informo que había buscado trabajo y encontrado. 

- Creo que me vas a tener que esperar acá en el auto, yo subo busco mi ropa y vuelvo.- me dijo ella.

- ¿tenés miedo?- le pregunte

- Solo quiero evitar problemas, no quiero que te vea y se arme un revuelo.

- Cualquier cosa grita, ojo bebe no es que crea que tu viejo es un monstruo ni nada de eso pero… vos entiendes por qué lo digo- comente nervioso

Me sonrió para luego besarme suavemente y después bajarse del auto e irse hacia la casa de sus padres. La seguí con la mirada hasta que entro por la puerta de la casa de ladrillos a la vista.
Ya habían pasado como 15 minutos y me encontraba apoyado en el capot del auto fumando creo q mi tercer cigarrillo, algo adentro mío me decía que las cosas se iban a ir al carajo, que algo malo iba a pasar, si es que no estaban pasado ahí adentro. Mierda tendría que haber ido con Fabi, acompañarla, no conocía al padre de ella, pero para mí no era un padre eso, tal vez en algún momento lo había sido, pero se ve que algo dentro de él había cambiado, trataba de no juzgarlo pero se me hacía imposible, era el culpable directo de que Bruno se quitara la vida y de que a Fabi le haya pasado todo lo que paso, de que ella viviera huyendo, sabía bien que cada uno toma sus propias decisiones pero a veces las decisiones tienen consecuencias que llevan a los demás a tomar malas decisiones, es todo como una maldita cadena, como un domino que al caer golpea y arrastra a otros. Y la principal pieza de este domino había sido Andrés al acostarse con la novia de su hijo.
Estaba perdido en mis pensamientos, cuando la puerta de la casa se abrió y vi que Fabi tiraba un par de bolsos a la vereda, sin pensarlo cruce la calle y llegue hasta dichos bolsos ella todavía no salía asique simplemente los agarre y los lleve para guardarlos en el auto. Todo mi cuerpo se puso en alerta cuando vi que Andrés la sostenía del brazo y ella trataba de zafarse del mismo.

- Ósea que sos una puta que se acuesta con cual macho le ofrece droga y plata, la verdad es que me das vergüenza- escuche que le decía Andrés a ella cuando me acercaba.

- No más de la que vos me das a mí- se defendió mi novia- ahora soltame que me estas lastimando.

- ¿Te lastimo? ¿No estas acostumbrada a esto?- lo escuche decir y no aguante más.

- Va a ser mejor que saques tu puta mano de encima de mi novia, porque no se me va a mover un pelo cuando te rompa la cara- le dije cuando me encontraba justo atrás de Fabi.

- ¿Y vos quien mierda sos?- me dijo pero por lo menos había soltado a Fabi, sino le iba a romper la cara.

- El que le va a romper la cara si no la deja tranquila, nosotros nos vamos por donde vinimos y ustedes viven su vida tranquilos, usted no jode a Fabi y nosotros no nos metemos en su vida- le dije de la manera más calmada que pude.

Andrés hizo un paso hacia atrás y la abrase trayéndola a mi lado y la hice caminar con dirección al auto.

- Ja quien lo diría, te buscaste un papá que te mantenga y se lo recompensas con sexo.- Grito Andrés a nuestras espaldas y eso hizo que la  vena de mi cuello estallara.

La solté y corrí a un lado y me gire hacia ese hijo de Puta, no podía tratar de puta a su propia hija, ¿Qué clase de padre era?. Antes de que este pudiera reaccionar le di un buen golpe con mi puño derecho, tanto que me llegaron a sonar los nudillos al estamparlos en su barbilla, ya no pensaba solo lo golpeaba una y otra vez, lo tire al piso y me le subí encima le seguía pegando y el muy cobarde solo se cubría. Estaba enceguecido y no me importaba matarlo ahí mismo.

- Juan- me grito Fabi- por favor déjalo no merece que te ensucies las manos…

Cuando escuche su voz mi mano se detuvo automáticamente a centímetros de la cara de Andrés, gire para mirarla y cuando vi su cara de horror me quería matar a mí mismo, a pesar de todo él era su padre y yo había perdido la cordura al pegarle de esta forma, sin perder más tiempo me pare del piso y me puse a su lado. La bese en lo alto de su cabeza mientras la abrazaba me sentía avergonzado. Hacía tiempo que no tenía ataques de ira así.

- Lo siento bebe, perdí el control- le dije apenado pero ella no me dijo nada a mí.

- Espero Andrés que sean felices, como lo soy yo con el hombre que amo, y de verdad espero que con esa criatura seas lo que alguna vez fuiste para Bruno y para mí un buen padre. No quiero volver a cruzarme en tu camino ni que se crucen en el mío y mucho menos en el de él- sonreí ante todo lo que estaba diciendo- porque él fue quien me salvo de la oscuridad, de la oscuridad en la que me había metido por tu culpa.

Fabi se dio media vuelta y me agarro con cuidado de las manos para ir al auto me hizo sentar en el lado del acompañante.

- Voy a manejar yo amor- me dijo mientras rodeaba el auto. Una vez que arrancamos por la ruta estábamos en completo silencio.

- Creo que necesito un puto trago- le dije soltando todo el aire que tenía en los pulmones

- Creo que somos dos- me contesto con una sonrisa

- Te amo bebe.

Sálvame (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora