veinte "el comienzo"

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Ya estaba terminando mi día en el aserradero siempre era el último en irme y el primero en llegar, el sábado abríamos medio día no más los muchachos, va todos ahí trabajamos mucho para mantenerlo, me había costado remontarlo después de casi perderlo hace cinco años atrás.

- Juan, ya envié el nuevo listado de precio a las madereras- me dijo Rocio una de las pocas mujeres que trabajaban ahí, era alta con el pelo rojo brillante y piel blanca llenas de pecas con una sonrisa que dejaba sin aliento a varios de mis compañeros.

- Gracias Ro, ya te poder ir si queres hoy esta tranquilo, yo termino acá y cierro- le respondí sin sacar la vista de los papeles que tenía en la mano y no entendía.

- Necesitas ayuda con eso- me ofreció.

- Estoy tratando de entender temas legales, me parece que voy a tener que esperar a que se reincorpore Santiago- le dije sin contestar a su pregunta.

- A ver Juan, no debe ser difícil- dijo tratando de acercarse, sabía lo que intentaba hacer, ya había tenido algún encuentro con ella, pero hoy no estaba de humor para estar con ella, hacía ya tiempo que ya no me complacía estar con una mujer, me sentía como dormido y yo sabía bien porque.

- Deja Ro, enserio ándate descansa, divertirte. Nos vemos el lunes.

- Okey nos vemos el lunes buen finde Juan- me grito mientras se alejaba de la oficina.

Me rendí rápido no entendería esos malditos papeles yo sabía de cortes de maderas del funcionamiento de las máquinas y de autos pero de cosas legales no para eso tenía a Santiago. Guarde los papeles y agarre mis cosas y me dispuse a irme, iba a agarrar mi moto pero algo me dijo que la deje guardada y que me llevara la camioneta que usábamos ahí, asique eso fue lo que hice. Me dirigí por la avenida principal hacia la ruta, mi casa quedaba a unos veinticinco minutos del pueblo, estaba retirada en medio de unas cuantas hectáreas rodeada de árboles, amaba la soledad y la naturaleza. Era temprano todavía ese sábado habíamos ido a solo a mandar unos emails y ver unos contratos ya que todos estaban de vacaciones y no se abriría hasta el lunes. Cuando logre agarrar la ruta vi que delante mío iba un auto a gran velocidad, no le preste atención iba a rebasarlo pero algo dentro mío me hizo mantener distancia detrás de él. Cuando divise el camino para la entrada de mi casa, vi de reojos como el auto mordía la banquina y perdía el control, se ve que el conductor quiso poner bien el auto dando girando el volante, aunque lo único que logro fue que este comenzara a dar tumbos, inmediatamente clave los frenos y en cuanto mi camioneta se detuvo agarre mi celular y llame a Pablo para informarle del accidente, corte la llamada y corrí hacia el auto que estaba con las ruedas hacia arriba. Me agache a mirar por una de las ventanillas y vi a una chica desmayada, mi corazón se paró en seco y mis manos empezaron a temblar, por dios Emma dije para mis adentros. Tarde unos segundos tal vez minutos en reaccionar, pero logre componerme y trate de sacarla por la ventana pero algo me la trababa tenía el cinturón puesto, por eso no había salido despedida por el parabrisas, era buena señal, metí medio cuerpo para poder desabrocharla y mi cara quedo junto a la de ella. Mierda era una criatura, no tendría más de quince años tenía sangre sobre la ceja derecha y sobre el labio además de que le sangraba una oreja una vez que pude desabrochar su cinturón comencé a sacarla del auto, estaba inconsciente pero respiraba, mierda ¿dónde estaba la ambulancia, donde estaba Pablo?. Trate de hacerla reaccionar.

- Dale piba reacciona- le repetí varias veces. Al ver que la ambulancia no venía la cargue en mis brazos y la subí a la camioneta di la vuelta hacia el pueblo derecho al hospital, en el camino llame avisando que llevaba a una herida del accidente.
Cuando llegue al hospital me esperaban dos camilleros y una doctora con una camilla, la bajaron con cuidado y los seguí hasta la sala de espera, no podía irme. Necesitaba saber que iba a estar bien.

- Juan- me llamo Pablo sacándome de mis pensamientos

- ¿Por qué tardaron tanto Pablo?- le reproche

- ¿Cómo estás? ¿Qué paso? Solo había un auto prendido fuego.

- Es que solo había uno, la piba perdió el control del auto y dio tumbos, yo lo vi todo.

- Tendrías que habernos esperado – musculo Pablo bastante enojado.

- No podía, Pablo sabes que no podía dejarla ahí, cuando me acerque a ella vi a Emma.

- Está bien, Juan creo que va a ser mejor que vayas a descansar, yo voy a ir a hablar con los doctores e intentar encontrar a algún familiar.

- No me voy a mover de acá hasta que sepa que está bien.- escuche a pablo murmurar por lo bajo y me dejo ahí solo y tranquilo, como a mí me gustaba.
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Esta segunda parte la voy a subir toda de una porque en si la historia ya la tengo terminada...  y ahora estoy muy metida en mi nueva historia...
Besos y abrazos
Marce Caí 🤘😍



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