Veitiseis "Segundas Oportunidades"

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Mi vida había vuelto a la normalidad, mi rutina y hasta salía a cenar con los muchachos, aunque muy en el fondo seguía pensando en ella. Esa mañana tenía una extraña sensación en el pecho, era como un pinchazo que no me dejaba tranquilo, mientras me bañaba se agudizo y dolía juro que dolía, mientras me cambiaba escuche que un auto se estacionaba cerca de la entrada de casa, me acerque a mirar por la ventana y se me paro la respiración, conocía ese auto, mierda ¿era mi imaginación o de verdad era ella?, salí de casa así como estaba camine hasta el auto, ni siquiera me había visto hasta que golpee la ventanilla.



- ¿Qué haces acá? - le pregunte confundido

- Perdón no quería molestarte ni asecharte como una loca ni nada de eso pero... - se veía nerviosa

- ¿A qué viniste?- la interrumpí

- Necesitaba verte

- ¿Por qué?- pregunte tratando de contener la rabia que iba creciendo en mi interior - ¿me vas a responder?- Casi le grite.

- Perdón esto fue un error- me dijo mientras trataba de poner en marcha el auto para largarse de ahí.

- No te vas a ir- le dije enojado mientras abría la puerta del auto y me sentaba en el asiento del acompañante- quiero entenderte Fabi, mierda de verdad quiero entenderte, entender porque te fuiste y porque estas acá ahora.

- Perdóname- me dijo mirándome a los ojos.

- Cuando llegue a casa esa noche y no te vi sabía que te habías ido, aunque no entendía porque, estábamos bien- le reproche sin poder contenerme.

- Lo sé, si estábamos bien, perdón ¿sí? pero esa tarde me vi ahí sentada y me odie por caer en la rutina o eso creía hasta ayer, pensé que me había alejado porque no iba a soportar ser como todas las parejas rutinarias y ni siquiera sabía si éramos pareja, pero la verdad es que me había enamorado y me dio miedo arruinarlo todo. No soporte la idea de que nos hiciéramos daño- me dijo llorando.

- te espere, durante un mes al llegar casa pensaba que ibas a estar que habías vuelto, que había sido una chiquilinada porque sos pendeja.


- Soy pendeja si lo reconozco, eso también me asusto. No ser lo que esperabas o lo que necesitabas y que me pidieras que me fuera.

- Lo último que hubiera hecho es pedir que te que te vayas, si fuiste la primera mujer con la que intente estar después de que me separe, y no quería arruinar lo que teníamos.

- Perdón sé que arruine todo, yo solo ahora quería verte y poder explicarte lo que me había pasado.

- ¿Vas a volver a irte? ¿vas a volver a desaparecer?

- No puedo ni mirarte a la cara- en un impulso la tome de la cara para que me mirase, cuando nuestros ojos se encontraron simplemente la bese suavemente en los labios - no sabes lo que te extrañe nena- dije sin apartarme y continúe besándola a lo que ella gracias a dios respondió.

Seguí besándola, mierda la había extrañado, mi cuerpo la había extrañado, sus labios encajaban perfectos con los míos, ella me volvía un completo cursi de casi 40 años, pero me sentía vivo y como nuevo. Hasta que de un empujón me separo, su mirada estaba triste, y sus manos temblaban, algo estaba pasando algo no andaba bien, entonces comenzó a llorar.

- ¿estás bien Nena? Perdóname si te presione, solo es que... mierda la verdad es que te extrañe más de lo que pude admitirme a mí mismo, bebe no te das una idea...

- No sigas por favor, no es por vos, es por mí, estoy partida en dos- me dijo con la voz quebrada

- ¿Qué carajos queres decir con eso? ¿Tenés novio?- reproche, lo se soy un completo idiota.

- No, mierda, no vas a entenderlo- soltó de golpe

- Y si no me lo decís no, obvio que no voy a entenderlo.

- Es complicado- me interrumpió

- Una mierda, no hay nada de complicado, contame dale nena sabes que conmigo podes hablar de lo q sea.

- No me siento lista para hablar de esto, solo puedo decir que no puedo dejar que me toques, no puedo tocarte sin sentir miedo o sentir que no lo merezco

Mis ojos rodaron por todo el auto, no sabía bien lo que iba a decir, pero tenía que hacer algo para que se quede conmigo, no podía perderla otra vez.

- No me toques, no te voy a tocar ni forzar a nada, pero por favor no me dejes, no otra vez, la primer noche que llegue a casa y te vi ahí esperándome me volví a sentir un hombre, no sabía que necesitaba que me salvaran hasta que me sentí a salvo junto a vos, cuando te vi dormir en paz en mis brazos encontré mi propia paz.

- No sé qué esperas que diga...

- No me importa si en este tiempo estuviste con uno o quinientos hombres.

- No es así, no es eso.

- No me importa lo que sea entonces, solo no me dejes solo, si tengo que esperar para poder tocarte y sentirte lo voy a hacer, soy un hombre grande y a veces olvido que sos una niña.

- Hoy soy una niña asustada, y me duele admitirlo...

- No hay nada de malo en estar asustada, pero la verdad desde que te fuiste me sentí morir día a día, no entendía cómo te habías metido tan profundo en mi cabeza, pero es así te amo y te espere todo este tiempo aunque no le encuentre por qué- y si me había tirado de lleno a la pileta.


Sálvame (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora